1. LA RAZÓN DEL CONFLICTO: CONTEXTOS

Para orientar el análisis se va dividir al país en siete regiones, a saber: 1) la provincia de Deraa, 2) Damasco y sus alrededores, 3) Homs, Hama y el centro de Orontes, 4) Latakia, Beniyas y la región costera, 5) la provincia de Idlib, 6) el este árabe, y 7) el nordeste kurdo.

Lo que comenzó a mediados de marzo de 2011 en Deraa como una protesta espontánea, por la detención y tortura de unos adolescentes que habían hecho pintadas con la frase “El pueblo quiere la caída del régimen”, escuchada mil veces en las calles de Túnez, Egipto y Libia, se extendió con rapidez por otras ciudades y suscitó manifestaciones masivas.

Gobernar por cohesión era la clave de Assad Jr. quien instaba a sus soldados y altos mandos de la cúpula militar a matar a todos los que se opusieran a él, sin discriminar edad, sexo o culpabilidad. Si no lo hicieran se los condenaría a ellos con la pena de muerte por traición al régimen. Al principio fue una práctica exitosa ya que todos temían a la mano dura de Assad. Pero con el creciente apoyo internacional, y gracias a la difusión de los medios de los horrores que ocurrían en Siria, los militares (algunos) vieron que si deseaban tendrían un bando al cual recurrir. Además había una nueva fuerza en el tablero que era el Ejército de Liberación Sirio que demandaba adeptos para sus líneas y muchos de los que antes eran del bando del presidente sirio, hoy “por amor a la patria” ya son del bando contrario.

Otros adeptos del ELS son ex militantes de Al Qaeda, que a falta de organización, encontraron un enemigo en común, y también miembros de rangos bajos de Herzbollá, que hoy acuden a ayudar a sus “hermanos sirios”.

Con las matanzas masivas que llegaron hasta la capital del Estado, Damasco, los civiles que abandonaron sus hogares para convertirse en refugiados, ya suman 267.000 personas. Y Líbano no es el destino único de ellos, sino que desde la segunda semana de marzo se registraron más de 1000 refugiados que huían por la frontera con Turquía. Hace pocos años Turquía era un fiel aliado de Siria, y de Assad que gobernaba también en ese momento; hoy es uno de los que se manifiesta abiertamente crítico de la decadencia del régimen y las mortales crímenes contra los rebeldes y refugiados.

Para el aniversario de la revuelta siria, el gobierno organizó grandes manifestaciones de homenaje al presidente “Hemos ganado”, coreaban los manifestantes. Mientras, el Ejército proseguía su campaña contra los rebeldes y contra la población civil que les apoya.

Durante meses de protestas pidieron reformas políticas y libertades. Hacia fines del verano en Siria, en septiembre de 2011, la brutalidad de la represión y el estímulo de las tensiones sectarias por parte del propio gobierno cambiaron la naturaleza de la crisis. La oposición empezó a armarse y afloraron profundos recelos entre la minoría xiíta de los alauíes (columna vertebral del régimen) y la mayoría sunita. La protesta, por otra parte, adquirió un tono crecientemente islamista.

El 21 de marzo de 2012 se desató un libre fuego a pedido de Assad contra los activistas para el cambio cuya líder es Mourtada Rasheed, que duró una intensa hora en la que se batieron con artillería pesada y bombas en el poblado de Mazzeh, cerca de Damasco.

Los residentes de la ciudad contaron sus historias a Reconciliando Mundos, luego del ataque:

“Fue terrorífico esconderse de ese sonido de metralladoras cayendo sobre mi hogar. Mis hijos no habían vuelto del colegio, y nunca pensamos que abrirían fuego en este pueblo tan cerca de la ciudad económica del país”.

“Estabamos todos muy asustados pero ahora de a poco nos acostumbramos a la situación, y después del fuego no nos queda otra que abrir las puertas de nuestro comercio para que funcione el negocio”.

El contexto sectario de Siria

Las políticas sectarias no explican lo que ocurrió en Siria, al estallar la revuelta en 2011, pero sí son una base fundamental para comprender porqué es tan complejo el análisis, y cómo el conflicto, debido a estas diferencias sociales, se complica tanto la posición del régimen como la de la oposición.

En la sociedad siria hay una diversidad enorme que caracteriza al país en cuestiones religiosas, de lenguaje y de diversidades étnicas. El 82.5% de la población es de habla árabe y el 68.7% son musulmanes sunitas: es decir que los árabes de lengua árabe y que son musulmanes sunitas constituye el 57.4% de toda la demografía. El grupo de ciudadanos restante se puede clasificar en minorías étnicas o religiosas.

La mayor minoría religiosa en Siria es la alauí con el 11.5%, los drusos con el 3%, los ismaelitas con el 1,5% y los cristianos griegos ortodoxos con el 14.1%. La principal minoría étnica son los kurdos con el 8.5%, los armenios con el 4%, los turcomanos con el 3% y los circasianos. Mientras que los kurdos, turcomanos y los circasianos son casi exclusivamente musulmanes sunitas, y en este aspecto pertenecen a la mayoría de la población; los armenios son cristianos ergo ambos representan una minoría tanto religiosa como étnica. De las minorías religiosas mencionadas, los alauíes, drusos, ismaelitas y cristianos griegos ortodoxos son exclusivamente de lengua árabe.

Alauitas

Una de las cosas que une a Irán con Siria, y también con Irak y parte de Líbano es la adhesión a la rama shiíta. En especial la secta alauí a la que pertenece Assad, premier de Siria. Los alauitas son una derivación fundada por un predicador llamado Mohammed ibn Nusayr en la península arábiga en el siglo IX. La base de su fe es que hay un dios único con una jerarquía de seres divinos, en lo alto de la cual está Alí. De ahí el nombre de alauitas, que significa “seguidores de Alí”. Claro que siempre contamos con occidente para intervenir, y así fue que los franceses, a principios del siglo XX, tomaron a los alauitas como aliados y les ofrecieron la zona autónoma de Lataki en la frontera de Líbano y Siria. Desde allí se integraron en la política siria, hasta que Hafez al-Assad (padre del actual Assad), alauita, alcanzó el poder en 1970.

Factores que contribuyen a la coexistencia de tantos grupos dentro de Siria

1· Las tres religiones monoteístas, judaísmo, cristianismo e islam, tienen sus orígenes en lo que es o fue territorio sirio.

2· El Creciente Fértil es una parte de Siria que en el pasado ha estado expuesta a las conquistas de varios grupos como los árabes, kurdos, mongoles y turcos, y es aún hoy un centro de movimiento poblacional, tanto tribal como individual.

3· Siria fue siempre un centro en Medio Oriente para todos aquellos que por alguna razón se convertían en refugiados al exiliarse del país de origen, ergo la mezcla cultural, lingüística y étnica, fue inevitable.

2. QUIÉNES SON Y PORQUÉ SE PELEAN

Muchos hablan de la Revuelta Siria, pero su denominación real es Guerra Civil, y ya se cumplió poco más de un año de resistencia. Uno de los elementos sobre los que se concentra el régimen de Assad es en tratar la crisis como una lucha existencial para la supervivencia de la minoría alauita y por extensión a la Siria moderna. La memoria del levanta,oemtp de los Hermanos Musulmanes entre 1976 y 1982 formateó la visión del régimen sobre el conflcito actual, y lo ven como una conspiración de los salafistas para reinar sobre una región que históricamente ha sido sunita. El régimen de los aluíes es apoyado por otras minorías alrededor del Estado, ya que temen el ascenso de los sunnitas al poder. Y si ellos asumen, muchos temen lo que pueda pasar con los alauitas que forman parte de las fuerzas de seguridad que han matado a tantos.

Sin embargo hay que tener en cuenta que el Ejército sirio tiene poco más de 300,000 conscriptos que son sunnitas, pero casi el 70% restante está conformado por soldados aluitas de carrera. Además si la posibilidad de caída del régimen es real, Assad va a luchar hasta las últimas instancias para preservar los logros de una protodinastía comenzada por su padre Hafez Assad. Es por ellos que el Ejército ha adoptado una inmensa brutalidad para con los civiles de las ciudades que intenta controlar, y es esto mismo lo que lo está llevando a un aislamiento internacional.

Los bandos

a· El Ejército de Liberación Siria

· Muchos (millones) de civiles odian a Assad.

· Hay más de 8.000 muertos según cifras oficiales de Naciones Unidas.

· No logran ser un caso más de la Primavera Árabe, ya que Siria es un Estado paria dentro de la región por su fuerza política y gran resistencia al cambio.

· Aprovechando la crisis, afloró el factor islamista por el que la oposición no sólo comenzó a armarse luego de los primeros seis meses de revuelta sin resultados, sino que se agudizó el conflicto entre las minoría religiosa alauí (eje del régimen) y la rama suní que es mayoría en Siria.

· Semana del 10 al 16 de marzo, hubo más de 23 cadáveres en las ciudad de Idlib.

· En Homs, en la misma fecha, se hallaron más de 50 cadáveres de mujeres y niños.

· Los rebeldes cuentan con una acotada resistencia militar llamada Ejército Sirio Libre (ESL) que se según fuentes no oficiales cuenta con el apoyo de Arabia Saudita, Libia y Qatar, quienes pasan armas al ESL o les dan los fondos para que las adquieran y las ingresen por las fronteras de Líbano y Turquía.

b · El régimen de Assad

· Superioridad militar frente al armamento de las fuerzas rebeldes.

· Recuperó las ciudades de Homs e Idlib.

· Assad presentó propuestas de cambio político como las elecciones generales prometidas para el mes de mayo.

· Una de sus estrategias es convencer a las minorías de que la venganza de los sunitas contra ellos sería terrible, si alcanzaban el poder del Estado.

· El empresariado y la derecha son quienes toleran al régimen de Assad ya que son quienes al tener los medios económicos, detentan el verdadero poder en el país. En cada toma de ciudades por el Ejército Sirio hay represalias contra la población civil para ser una amenaza ejemplarizante para quienes quieren avanzar contra la estabilidad del régimen.

Es poco realista esperar que el régimen de Assad caiga en lo inmediato, como también es irreal que se mantenga el status quo previo. Y la esperanza, no de solución para la paz, sino de freno a las terribles matanzas y los altos niveles de violencia con la población, está en el seno mismo de la sociedad siria, el factor internacional poco tiene que hacer en la resolución de este conflicto, más cuando la cara visible es Naciones Unidas, y el veto de China y Rusia, van a poner un tope a cualquier operación de seguridad que se quiera realizar en territorio sirio.

Si bien el ejército de Assad presenta una cohesión mucho mayor que la de los rebeldes, cada provincia mantiene su propia fuerza policial y servicio de inteligencia autónomo, manejado en general por “líderes” sectarios característicos de cada región, por ejemplo el “gobierno” o mano invisible de miembros ex Al Qaeda en la provincia cuya capital es Aleppo

Esto hace que muchas veces las operaciones de seguridad del régimen se vean superpuestas por la de las propias ciudades, de manera que el trabajo de Assad para brindar mayor homogeneidad al frente contra los rebeldes, es negociar con cada provincia y fuerzas de seguridad, y así lograr la victoria que tanto ansía. Más el ELS intentará hacer los mismo.

Hay un elemento de gran importancia, ausente por desgracia en los cálculos de numerosos sectores regionales e internacionales propensos a evaluar la crisis siria desde presupuestos geoestratégicos e imperativos ideológicos teóricos: la percepción particular de una porción considerable de ciudadanos sirios.

A éstos, al igual que a los egipcios, los tunecinos, los libios, los saudíes, los jordanos, los omaníes y así con todos los árabes, les importa mucho la relación de estrategias de sus países con el entorno regional y sobre todo su encaje en el contexto de la perspectiva internacional de Estados Unidos, la única gran potencia en la actualidad. Y a los sirios, por supuesto, les interesa mucho cómo y cuánto haya de influir la naturaleza de su sistema político en el ámbito de la lucha contra el proyecto predador del régimen de Tel Aviv.

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María Cecilia Benac es conferencista, escritora e investigadora. Magister en Políticas Públicas (Flacso), Profesora en Diplomacia y Licenciada en Relaciones Internacionales (USAL). Especializada en seguridad y estudios internacionales. Entre otros posgrados realizados, se destacan los de la Universidad de Leiden (Países Bajos), Emory, Yale (EEUU) e IESE (España). Docente de la Escuela Argentina de Negocios entre otras instituciones. proyecto humanitario comunicacional, el cual dirige hasta la actualidad. Como miembro de Reporteros Sin Fronteras, cubrió los conflictos y guerras en Medio Oriente entre 2010 y 2016. Participando también de Misiones de Seguridad y Acción Humanitaria en Palestina, Egipto, Líbano, Marruecos y Siria. Es periodista y redactora en medios especializados.