El mágico y sólido sonido BRIC ayudó a canalizar enormes sumas de capital hacia sus países miembro, en un momento donde las tasas de interés a nivel mundial eran bajas y los administradores de dinero estaban mirando hacia afuera en busca de mayores rendimientos. Así, los países BRIC aprovecharon la sigla de O’Neill para sacar provecho de la euforia inversora. O’Neill, hoy presidente de Goldman Sachs Assets Management, dijo a comienzos de este año que su firma ha puesto la mira en un nuevo cuarteto: México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía (MIST, si se lo expresa como sigla y en inglés). Trazando un paralelismo, hoy, con las tasas de interés de las economías avanzadas en su punto más bajo, el grupo MIST podría llegar a ser otro éxito. Junto con Brasil, Rusia, India y China, son llamadas ahora las ocho “economías en crecimiento”, para distinguirlas del genérico “emergentes” que, a fuerza de abarcar situaciones muy distintas, ya no significa gran cosa.

“Una economía emergente que tenga el 1% de la economía mundial y la posibilidad de aumentarlo debe ser tomada en serio”1, dijo O’Neill a Financial Times el 16 de enero de este año. México y Corea del Sur representan cada uno un 1,6% del producto bruto interno (PBI) mundial nominal. En tanto, Turquía e Indonesia tienen, respectivamente, el 1,2% y el 1,1%. Como base de comparación, se expone que la participación de China explica el 9,3% del producto del planeta (sólo superada por los Estados Unidos que generan el 23% del PBI mundial).

Captura de pantalla 2016-02-21 a la(s) 18.38.38Si bien este grupo de países es muy heterogéneo –poseen diferencias en la liquidez en los mercados de valores, en los ingresos per cápita, así como las diversas formas de control de capitales y los modelos macroeconómicos adoptados por cada uno de los cuatro- y carecen de la solidez de su antecedente BRIC, todos tienen en común una serie de factores: representan aproximadamente el 1% del PBI mundial, poseen un mercado interno en fuerte expansión, cuentan con una gran población –que puede traducirse en una gran reserva de mano de obra– y son miembro del G-20.

El objetivo del presente artículo es presentar el panorama actual de cada uno de los países agrupados en la sigla MIST y las perspectivas de largo plazo tanto a nivel grupal como individual. Dado que es una sigla acuñada en 2011, el artículo tendrá un fuerte carácter prospectivo y buscará poner a este grupo de países en el centro de análisis de la economía internacional, así como en la década pasada se introdujo –y fomentó- a los BRIC.

PANORAMA ACTUAL DE LOS MIST

Las economías de Corea del Sur, México, Indonesia y Turquía se han convertido en el blanco para el flujo de “dinero caliente” luego de la crisis económica de 2008, y sus respectivos gobiernos han debido instalar un fuerte control de capitales para evitar excesivos movimientos especulativos de corto plazo que pudieran perjudicar su estabilidad macroeconómica. Considerando este escenario, se prevé que la conformación del grupo MIST perjudicará la sostenibilidad macroeconómica de estos países por el exceso de capital. Sin embargo, hoy en día casi ningún gobierno dejaría pasar la oportunidad de ser “marcado” como el lugar ideal para hacer negocios, y por lo tanto, los policy-makers se la ingeniarán para que el creciente flujo de divisas no afecte la estabilidad fiscal, monetaria, cambiaria y financiera de sus respectivas economías.

En un grupo tan dispar, la economía de Corea del Sur es la de mejor desempeño, ya que su PBI por habitante es mucho mayor que el resto de los países (27.000 dólares) y es miembro de la OCDE, mientras que es muy probable que Turquía sea la que está en mayor desventaja respecto a las otras tres, con un PBI per cápita de 12.740 dólares. Sin embargo, el desarrollo sostenido de estas cuatro economías está garantizado si cuentan con el estímulo necesario por parte de los inversores.

En primer lugar, debe destacarse que Turquía se convirtió en un destino mucho más atractivo para la inversión extranjera directa (IED), rompiendo un nuevo récord en el año 2007, antes de la crisis global, con ingresos de 22.000 millones de dólares. Y si bien la inversión ha sufrido altibajos desde entonces, el país tiene un gran mercado que aún no se ha saturado, lo que debería hacerlo atractivo a los inversionistas. Asimismo, el país europeo cuenta con otros activos que lo convierten en un destino atrayente para los capitales. Es uno de los destinos turísticos con mayor potencial en el mundo y su ubicación estratégica entre el Este y el Oeste es uno de los fundamentales activos. Después de todo, uno puede cruzar de Europa a Asia por Estambul.

Sin embargo, como se desvanecen las perspectivas de Turquía de adherirse a la Unión Europea, el país está observando nuevas oportunidades económicas con sus vecinos más cercanos. En ese contexto, Ankara ha establecido planes de viaje sin visados con Jordania, Líbano, Libia y Siria, y similares acuerdos bilaterales en discusión con otros países en el Oriente Medio y África del Norte. En tanto, también debe considerarse que el potencial de Turquía reside en su capacidad para explotar su proximidad a los mercados estratégicos de la región, tales como el Oriente Medio, Asia Central, los Balcanes, Rusia, así como tomar ventaja del mercado energético regional.

No obstante, la importancia de la Ruta de la Seda ya no es lo que era, y Turquía no puede limitarse a repetir su pasado de la época otomana, utilizando su posición geográfica. Hoy en día es necesario que se cree un entorno fiscal favorable, que se lleve a cabo la inversión en infraestructura, y que el país sea competitivo. Y la tarea más complicada es la referida a la competitividad. Los costos de mano de obra turca son relativamente altos, y sus principales exportaciones -automóviles y textiles- se encuentran bajo la presión de sus rivales asiáticos, mientras que la inversión de alta tecnología no suele ir a Turquía. Sin embargo, durante los últimos años el país se ha transformado en una gran potencia industrial, con una economía diversificada que incluye la fabricación de automóviles y sus partes, equipos industriales, fabricación de electrodomésticos, producción de energía eléctrica (se están preparando para la construcción de plantas de generación de energía nuclear e incrementar la generación de energía eólica) y dispone de corporaciones industriales muy potentes y diversificadas como el Grupo Koç y el Grupo Tofas.

A nivel infraestructura, si bien el país debe incrementar su inversión, dispone de una saneada estructura bancaria y de adecuadas redes de comunicación terrestres, aéreas y marítimas que garantizan la exportación de sus productos, incluido el millón de barriles diarios de petróleo que se extrae del Mar Caspio, tanto a sus socios regionales como a Europa, en especial a Alemania que es su principal socio económico y el receptor de los mas de dos millones de turcos que trabajan en ese país.

Una característica que Turquía comparte con otros países del bloque –sobre todo con México– es que existe una fuerte disparidad social. La participación de la fuerza de trabajo de las mujeres es menor al 22% y el desempleo juvenil es alto (más del 25% según la OCDE). Asimismo existen grandes brechas económicas entre las zonas más ricas, como los alrededores de Estambul, y las zonas del este y noreste de país, donde los ingresos per cápita son inferiores en un 10%.

Por último, una desventaja adicional de la economía turca es que a diferencia de las economías crecientes de Asia, el ahorro interno es bajo. En este contexto, deben introducirse nuevos códigos comerciales con el fin de favorecer los negocios, de lo contrario el potencial del país puede ser desperdiciado.

Y al mencionar las economías asiáticas es necesario referirse a Indonesia y Corea del Sur. En primer lugar se analizará la economía insular.

Indonesia constituye una de las economías de más rápido crecimiento en Asia y posee un sólido desempeño económico. Este complejo país, formado por unas 17.500 islas, está ubicado en el sureste asiático y en él habitan más de 237 millones de personas, lo que lo convierte en el cuarto país mas poblado del mundo. En cuanto a su desempeño económico, es importante destacar que su producto bruto interno (PBI) ha crecido a una tasa promedio anual del 11% entre 2006 y 2009 y posee los costos laborales más bajos de las naciones más desarrolladas de esta región del globo (Malasia, China, Tailandia, Filipinas).

Como resultado de este exitoso desempeño macroeconómico, en enero de este año Moody’s Investors Service elevó la calificación crediticia de Indonesia a “Ba1”, que es sólo un peldaño por debajo del grado de inversión y justo detrás de las posiciones de Brasil y la India2. Pese a esto, las autoridades de Yakarta no han quedado satisfechas con esta mejora y declararon que se esforzarán por obtener el codiciado grado de inversión de las agencias de calificación occidental este año.

Y al gobierno le sobran razones para creer que este año podrán lograr su objetivo. La economía de Indonesia cuenta con grandes reservas de recursos energéticos, y basa su economía en la explotación del petróleo y el gas natural. Asimismo posee recursos forestales y minerales –principalmente oro, cobre y estaño– y cuenta con una desarrollada industria textil y un fuerte desarrollo en turismo y agricultura. Todos estos factores hacen que hoy en día Indonesia esté considerada la mayor de todo el sudeste asiático y una de las que más crecen en el planeta, y debido a que sus bases son sólidas, se espera que continúe generando riqueza y bienestar para sus ciudadanos en el largo plazo.

Captura de pantalla 2016-02-21 a la(s) 18.38.45La economía de Corea del Sur, en tanto, es la más desarrollada de las que componen el grupo MIST. Entre las décadas de 1960 y 1990 fue una de las de mayor crecimiento en el mundo. A la rápida transformación en una economía rica e industrializada en este corto tiempo se le llamó “el milagro del río Han”3. Esta oleada de crecimiento se logró a través de la fabricación orientada a la exportación y a una fuerza de trabajo altamente calificada. En medio de este rápido ascenso, en el año 2009, era el noveno país con mayores ingresos por sus exportaciones y como el más grande de los cuatro tigres asiáticos, la economía surcoreana es la cuarta más grande en Asia y la decimotercera más grande en el mundo. Al mismo tiempo, debe destacarse que Seúl, su capital, es una de las diez ciudades más importantes para la economía mundial a nivel comercial y financiero y fue nombrada la sexta ciudad económicamente más poderosa del mundo, según la revista Forbes4. También es miembro fundador del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, la Asociación de Naciones del Sureste Asiático y de la Cumbre del Este de Asia.

Teniendo en cuenta el sistema de organización económica, debe destacarse que la economía surcoreana es liderada por grandes conglomerados conocidos como “chaebol”. Estos conglomerados incluyen las multinacionales como Samsung, LG y Hyundai-Kia. Sin embargo, debe considerarse que la posición actual de la economía coreana no es azarosa. El país cuenta con una infraestructura de alta tecnología y es uno de los líderes de innovación en la tecnología, siendo el tercer país con más patentes registradas, sólo después de Japón y Estados Unidos.

Por lo expuesto, se considera que Corea del Sur será a los MIST lo que China a los BRIC. Si bien ambos grupos cuentan con cuatro países integrantes, el dominio de uno sobre los otros marca el rumbo a seguir.

En último lugar queda presentar el panorama de México, segunda economía de América Latina, y tercera del continente americano5. En los últimos años, la economía mexicana ha entrado en un sendero de estabilidad macroeconómica que ha reducido la inflación y las tasas de interés a mínimos históricos y que ha incrementado el ingreso per capita. Debido a este robusto desempeño, las corporaciones Moody’s y Fitch IBCA le han otorgado grados de inversión a la deuda soberana de México. Sin embargo, aún existen grandes brechas entre ricos y pobres, los estados del norte y los del sur, y entre la población urbana y rural. Asimismo es importante destacar que el envío de remesas por parte de los migrantes internacionales constituye la segunda fuente de ingresos más importante del país después del petróleo.

La industria petrolera en México está controlada en su totalidad (exploración, refinación, comercialización y exportación) por la empresa estatal PEMEX (Petróleos Mexicanos), que es la tercera empresa productora de petróleo en el mundo, la sexta en ventas, y es la empresa más grande de América Latina. En febrero de 2009, De Goyler & McNaughton, Netherland & Sewell y Ryder Scott certificaron que el complejo de Chicontepec contiene reservas comparables a la mitad de las reservas en Arabia Saudita, lo que pondría a México en el tercer lugar de los países con más reservas de petróleo después de Arabia Saudita y Canadá. Sin embargo, México carece de la tecnología necesaria para explotar esas reservas.

Además de la industria petrolera, la economía contiene una mezcla de industrias y sistemas agrícolas modernos y antiguos, ambos dominados cada vez más por el sector privado. Los gobiernos recientes han expandido la competencia en puertos marítimos, telecomunicaciones, la generación de la electricidad y la distribución del gas natural para modernizar la infraestructura. Siendo una economía orientada a las exportaciones, más del 90% del comercio mexicano se encuentra regulado en tratados de libre comercio (TLC)6 con más de 40 países, incluyendo a la Unión Europea, Japón, Israel y varios países de la América Central y la América del Sur.

El TLC más influyente es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), firmado en 1992 por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, el cual entró en vigor en 1994. El 2006 el comercio de México con sus socios norteamericanos representaba cerca del 90% de sus exportaciones y el 55% de sus importaciones.

Dada la fuerte dependencia de la economía mexicana del mercado estadounidense, el impacto de la crisis económica internacional con epicentro en los Estados Unidos asestó un doloroso golpe a la segunda economía de América Latina, y demuestra una vez más la fuerte ligazón de la economía azteca a los ciclos económicos de la mayor economía mundial.

PERSPECTIVAS DE LARGO PLAZO

En primer lugar, debe considerarse que es fundamental la importancia de la demanda interna en este “seleccionado” de países emergentes agrupados en el MIST. La misma jugará un papel aún más importante en el futuro, debido a la desaceleración del crecimiento de las economías más avanzadas. Por lo tanto, en este naciente grupo el crecimiento del consumo interno debe ser impulsado y sostenido de dos maneras: a través del incremento de la renta per cápita y, más importante aún, de la maduración de la población trabajadora joven. En este contexto, la política fiscal, a través del incremento de obras de infraestructura, creación de empleo y transferencias en efectivo a los grupos vulnerables, deberá cumplir un rol central en el sostén de la demanda, sin dejar de ser compatible con la sostenibilidad a mediano plazo. Debido a esto, se espera que los principales desafíos a los que se enfrenten los MIST vengan desde el frente fiscal.

Si los gobiernos no logran enfrentar de manera correcta los retos de sostener la creciente media y el aumento de nuevos consumidores, por ejemplo, por la falta de empleo y un elevado gasto del gobierno, esto podría crear un circulo vicioso de inflación, inestabilidad política, que a su vez devendría en una trampa de la pobreza persistente y una creciente brecha entre ricos y pobres.

En la actualidad, si bien los cuatro países denominados MIST presentan características muy distintivas entre sí, Corea del Sur y México son particularmente importantes. México se convertirá en la sexta economía más grande del mundo en 2050 y Corea del Sur se transformará en el país con mayor ingreso per cápita del G-7, luego de los Estados Unidos. Se estima que hacia 2050, el PBI por habitante en Corea del Sur llegará a los 81.462 dólares, mientras que en México podría rondar los 52.990. Como base de comparación, en los Estados Unidos, en el mismo año el ingreso por habitante estará en torno a los 89.663 dólares (actualmente se encuentra entre los 42.000 y 43.000 dólares y Corea alcanzará ese nivel entre los años 2015 y 2020).

No obstante, ambas economías tienen líneas conductoras contrapuestas. Mientras se espera que la economía mexicana continúe avanzando de la mano de la explotación de recursos energéticos y el ensamble de manufacturas (maquila) orientadas al mercado estadounidense, la economía surcoreana seguirá en base al consumo y la exportación de manufacturas de alto contenido tecnológico. Por lo tanto, tal como se mencionó en la sección previa, se estima que Corea del Sur será a los MIST lo que China a los BRIC, ya que si bien ambos grupos cuentan con cuatro países integrantes, la preponderancia de las economías asiáticas sobre el resto marcará el rumbo a seguir por los bloques.

En tanto, se espera que Indonesia continúe avanzando a paso firme y que este año pueda conseguir su “ansiada” calificación de grado de inversión. Si hasta ahora, con una calificación inferior, ha logrado posicionarse en el esquema económico mundial en el grupo de las “ocho economías privilegiadas”, con una suba en la misma entrará en un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, debido a que ingresarán muchos capitales al país, el gobierno deberá tener especial cuidado en materia cambiaria, ya que una creciente cantidad de capitales especulativos podría dañar la competitividad de Indonesia.

Por último, el futuro de Turquía es el más incierto. Si bien la economía turca cuenta con un potencial extraordinario, su ubicación –que conforma uno de sus activos– en estos momentos le juega en contra, debido a los conflictos en el norte de África y en Medio Oriente. Sin embargo, si logra aislar los factores externos, se espera que continúe diversificando su industria y que poco a poco mejore su competitividad.

A nivel grupo, como antecedente se tiene que el potencial de crecimiento de los BRIC fue suficiente para que estas economías se expandan. A pesar de los detractores de O’Neill, su profecía BRIC se cumple a sí misma y MIST promete seguir su ejemplo.

En las imágenes, MIST evoca insipidez, a diferencia de los BRIC. Pero simbolismo aparte, la primera podría redefinir la segunda década de este siglo, mediante la distribución de poder mundial de manera más horizontal. En este contexto, se espera que la palabra “multipolaridad” tenga más sentido si el grupo MIST se convierte en realidad.

El “catchiness” de una agrupación de cuatro países que pueden ser pronunciadas en un sencillo formulario abreviado ha demostrado ser un éxito seguro con los BRIC, que cautivó a la comunidad de inversores y sacudió la geopolítica mundial. Si MIST puede alcanzar el mismo estado de halo, sinónimo de alta rentabilidad, garantizando dinero y como un presagio de la redistribución de la potencia en el sistema internacional, aún está por verse.

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Lic. en Economía (UBA), Posgrado en Economías Latinoamericanas (CEPAL, NU). Mg. en Economía Aplicada UCA. Economista CATALAXIA Consultores. Asesora de empresas, organismos públicos nacionales e internacionales. Docente de Microeconomía, Macroeconomía, Economía Internacional y Cuentas Nacionales en UBA, UCES, UP, USAL, UB. Columnista de Infobae, El Economista, Cronista Comercial, Reconciliando Mundos, Desarrollo Industrial.