Reconciliando Mundos reproduce un extracto de su emblemático discurso en la Universidad de Stanford (2005):

“Me siento honrado (…), yo nunca me gradué de una universidad. Deseo contarles tres historias de mi vida.

LA 1a TRATA DE CONECTAR LOS PUNTOS

(…) Mi madre, una joven soltera, estudiante, decidió darme en adopción si mis padres adoptivos prometían que yo iría a la universidad.

Así fue el comienzo (…) los ahorros de mis padres se gastaban en mí matrícula, y yo no tenía idea de lo que quería hacer y de cómo la universidad me iba a ayudar. Me retiré del Reed College en los primeros meses y fui,18 meses, como oyente a las clases que se veían interesantes (…) Dormía en el piso de los cuartos de mis amigos. Recogía botellas y las vendía, me pagaban cinco centavos por cada una. Caminaba 11 km. (…), para conseguir una buena cena a la semana en el templo Hare Krishna (…) las cosas con las que tropecé por curiosidad e intuición fueron invaluables posteriormente, por ejemplo: el Reed College ofrecía la mejor instrucción en caligrafía. En todo el campus, los posters, las etiquetas estaban bellamente escritos a mano (…) decidí tomar una clase de caligrafía. Aprendí de las fuentes serif y san serif, de la variación de espacio entre las combinaciones de letras, era artísticamente sutil.

Nada de esto tenía una aplicación práctica en mi vida, pero, 10 años después, diseñando la primera computadora Macintosh con Wozniak todo tuvo sentido. Si no hubiera asistido a ese curso, la Mac nunca habría tenido fuentes múltiples o proporcionalmente espaciadas (…) las computadoras personales tal vez no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro desde la universidad. Sin embargo, quedó claro, mirando hacia atrás, 10 años después. (…) hay que confiar en el instinto, porque creer que los puntos se conectarán más adelante les dará confianza de seguir a su corazón, y eso hará la diferencia.

MI 2a HISTORIA ES DE AMOR Y PÉRDIDA.

Yo descubrí lo que amaba hacer. Woz y yo comenzamos Apple, y creció desde nosotros dos en un garaje, hasta una compañía de 2.000 millones con más de 4.000 empleados. Habíamos lanzado hacía un año nuestra creación (la Macintosh) y yo recién tenía 30 años. Luego me despidieron (…) mientras Apple crecía, (…) contratamos a alguien para dirigir la compañía conmigo (…) con el tiempo nuestras visiones futuras comenzaron a divergir y nos separamos, la junta de directivos se puso de su parte. El foco de toda mi vida había desaparecido. Sentía que había decepcionado a la generación previa de emprendedores (…) Pero algo empezó a gestarse en mí, (…) decidí empezar de nuevo.

(…) El peso del éxito fue reemplazado por la ligereza de ser un principiante. Me liberó hacia uno de los períodos más creativos de mi vida. Los siguientes cinco años, emprendí una compañía llamada NeXT; otra llamada Pixar (…) que creó la primera película animada por computadora, Toy Story,y en un giro de los eventos, Apple compró NeXT, regresé, y la tecnología desarrollada en NeXT está en el actual renacimiento de Apple. Esto no habría sucedido si no me hubiesen despedido (…) Lo que me permitió seguir fue que amaba lo que hacía, es la única forma de hacer un gran trabajo. Si aún no lo hallaron, no se detengan hasta encontrarlo.

LA 3a HISTORIA ES SOBRE LA MUERTE

A los 17 años, leí esta cita: “Si vives cada día como si fuera el último, es probable que algún día hagas lo correcto”. Desde entonces, todas las mañanas me pregunto: “Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer? (…)

Recordar que moriré es la herramienta más importante para decidir las elecciones de mi vida (…) Las expectativas externas; el orgullo; el temor a la vergüenza o al fracaso, todo desaparece ante la muerte, queda aquello que es realmente importante (…) es la manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. (…) Hace un año me diagnosticaron cáncer (…) mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses.

(…)Significa intentar decir a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos años, en pocos meses. Significa despedirte (…)

Al vivir esa experiencia, puedo contarla con más certeza que cuando la muerte era un intelectual concepto: Nadie quiere morir. Es el destino que compartimos. (…) probablemente la muerte es la mejor invención de la vida. Es el agente de cambio, elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo.

Ahora, ustedes son lo nuevo, pero algún día, serán lo viejo (…) Su tiempo tiene límite. No se dejen atrapar por dogmas, es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante aún, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser (…)

Cuando era joven, había una publicación: The Whole Earth Catalog, anterior a las computadoras personales y a la edición por microcomputadoras, editada con máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid (…) era idealista, rebosaba hermosas herramientas y grandes conceptos. En la tapa de la última edición, hubo una foto de una carretera en el campo tomada por la mañana (…). Debajo decía: “Mantente hambriento. Mantente insensato”. Siempre he deseado eso para mí. Ahora, que se gradúan para empezar de nuevo, es lo que les deseo: Mantente hambriento. Mantente insensato”.