La apreciación de los logros obtenidos por la UA se dificulta por la poca cobertura de los medios de información hacia los problemas africanos, solo en los casos en que se ven envueltos los intereses económicos y políticos de los países desarrollados se otorga relevancia a los asuntos de África.

La realidad es que la UA ha tenido avances muy discretos en la frustración del tráfico de armas y venta de artefactos de guerra con fines estratégicos. También se ha afrontado, aunque no se haya podido mejorar la situación, la amenaza del sida, enfermedad que diezma a la población africana.

La reorientación de los presupuestos de las naciones africanas hacia prioridades básicas de los pueblos e intereses colectivos genuinos han sido asumidas como asunto relevante de la agenda. Las advertencias de la UA han contribuido a llamar la atención de la comunidad internacional sobre la violación sistemática de los derechos humanos, situaciones como aislamiento de niños soldados, la esclavitud laboral y sexual y el genocidio de poblaciones y culturas enteras.

La UA se ha establecido como institución internacional para mediar ante otros órganos internacionales de países desarrollados (por ejemplo, la Unión Europea) para la asistencia económica y social del continente.

La UA aboga constantemente por contribuciones para la cooperación al desarrollo (se ha hablando del 0,7% del PBI de países más industrializados para el desarrollo de naciones africanas).

Los órganos de trabajo de la Unión combate con insistencia la falta de respeto a las culturas africanas, por parte de gobiernos que imponen a sus pueblos ritmos y conceptos de desarrollo, estilos de vida, de producción y consumo contradictorios respecto a tradiciones y sentir autóctono de las naciones.

Las labores de la Unión Africana han surgido como representación de peso relativo frente a presencia incesante en África de empresas multinacionales que luchan por el mantenimiento del dominio y explotación de los recursos naturales y energéticos en territorio de países africanos.

Aunque los grandes avances de la Unión Africana en estos dos últimos años han sido estructurales puede afirmarse que se mantienen incólumes los firmes propósitos bajo lo que fue creado: “liberar al continente de los vestigios del colonialismo y apartheid; promover la unidad y solidaridad entre los Estados Africanos, así como promover la cooperación internacional dentro del marco de Naciones Unidas”.

El organismo ha ganado en identidad internacional y capacidad de conmover al mundo y entorno internacional sobre la importancia de resolver los problemas que padece la gente en África. Los programas de la UA aunque no cuenta con fondos suficientes sirven de alerta constante a países desarrollados, la organización africana ha hecho avances convincentes para persuadir a la comunidad internacional que los agudas problemas que extreman las condiciones precarias de vida en África tienen efectos globales.

Unión Africana frente a la “primavera árabe”

Las revoluciones y protestas en el mundo árabe de 2010 y 2011, denominadas por distintos medios, como la revolución democrática árabe o la primavera árabe, consisten en una serie de alzamientos populares en los países árabes, como Túnez, Libia y Egipto, que se caracterizaron por un reclamo democrático, y de una mejora sustancial de las condiciones de vida.

La realidad es que la Unión Africana condenó la represión y reconoció la legitimidad de los reclamos democráticos, pero se pronunció en todo momento contra una intervención armada extranjera. El líder libio Moammar Gadhafi, quien tiene grandes influencias en el organismo ya que les ha brindado grandes cantidades de dinero, no fue ni será parte de los intentos de la Unión Africana de crear un tratado de paz en la nación en medio de una guerra. “El comité de alto nivel ad hoc de la UA acepta que el coronel Gadhafi no sea parte del proceso de negociación”, expuso Ramtane Lamamra, el comisionado para paz y seguridad de la Unión Africana, a reporteros de la CNN.

Es que miembros del comité se han reunido con Gadhafi y líderes de la oposición durante los últimos tres meses para un intento de llegar a un acuerdo de paz, entre rebeldes y Gadhafi, liderado por la Unión Africana, pero falló en abril pasado.

La UA se inquietó mucho ante el bombardeo continuo de la OTAN y sus aliados que es para ellos una “verdadera preocupación”, ya que la intención era proteger a los libios de acuerdo con la resolución de la ONU que autorizó el uso de la fuerza en la nación del norte de África.

Lo cierto es que la UA hace un arduo trabajo de mediación por llegar a resoluciones pacificas en medio de un continente conflictivo en términos políticos, a veces con desaciertos y otras veces con aciertos parciales ya que los países que están más en conflicto son los que tienen fuerte influencia en el organismo por solventarlo económicamente. Esta es la gran debilidad del organismo.

Conclusiones

Los proyectos emprendidos para la coordinación regional entre naciones del mundo subdesarrollado se han visto insistentemente frustrados por la estatura de los problemas económicos, escasa calidad de vida y toda aquella suma de carencias que sostienen las relaciones de dependencia con naciones industrializadas.

África ha intentado emular modelos exitosos de otras latitudes como la experiencia de la Unión Europea, sin embargo la formula solo ha contado con logros discretos en el plano del sostén normativo y la configuración estructural de una organización con oficinas establecidas y jurisdicciones definidas.

Las limitaciones del máximo órgano de cooperación son el financiamiento y la escasa tradición del pueblo africano de concebirse representada por órganos que trasciendan la soberanía nacional

Las naciones africanas se han habituado, por haber padecido procesos de colonialismo más abiertos y duraderos, a la imposición de soluciones europeas sobre los intereses autóctonos y el escaso gobierno de su porvenir económico. Este perfil histórico de subordinación a las potencias industrializadas no puede ignorarse, porque entre las naciones africanas e incluso el seno de la Unión Africana pervive como esperanza la mano salvadora del “hombre blanco europeo”.  Es que la mayoría de los proyectos elaborados por las comisiones y discutidos en la Asamblea General incluyen la subvención de las naciones desarrolladas.

La estructura intrincada de la Unión Africana es el reflejo de la naturaleza diversa de las dificultades y contradicciones afines a la realidad de este continente empobrecido. La UA no encuentra todavía vías expeditas para la materialización de planes para el desarrollo conjunto de los países que lo integran, sea por falta de financiamiento o por las pocas alternativas ante la proporción de inmensos problemas sanitarios, la creciente violencia armada o la inestabilidad política, los objetivos inmediatos de la UA no parecen vincularse al desarrollo económico de las naciones africanas sino mas bien a la solución prioritaria de la escasa calidad de vida.

La integración regional creció bajo la sombra del ideal Panafricano que cobro fuerza en la misma medida que el sentimiento anticolonialista, por esta razón en cualquier valoración del modelo impuesto por la UA puede encontrarse el germen entusiasta de la defensa de la autonomía política de las naciones africanas y la invocación del deber moral de las antiguas metrópolis por resarcir los daños ocasionados en las colonias.

Los problemas del continente africano distan mucho de ser superables, el recorrido no conocerá termino en los siguientes años, ni siquiera un apoyo financiero incondicional de las naciones desarrolladas puede asegurar progresos en la solución de los conflictos socioeconómicos del África actual, pese a esa circunstancia desesperanzada, la incorporación del más pobre de los continentes a modelos de integración global luce como una vía  optima para mantener la atención mundial sobre estos países.