Tres semanas después de que el huracán Matthew impactara en el sur-oeste de Haití, miles de personas están todavía severamente afectadas por la falta de refugio adecuado, la escasez de comida y agua potable. Algunas comunidades remotas permanecen aún aisladas e inaccesibles.
La organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) está consternada por el deterioro del estado de salud de niños, mujeres y hombres en las provincias de Sud, Grande Anse y Nippes afectadas por el huracán.
“Nuestra cosecha fue destruida y nuestros animals están muertos”
Los equipos de MSF están viendo señales de escacez de comida: la mayoría de las cosechas están destruidas o inundadas y gran parte del ganado perdido o muerto. “Durante nuestras consultas médicas, nuestros pacientes nos dicen que no saben cómo alimentar a sus familias”, comenta Emmanuel Massart, coordinador del proyecto de Grand Anse. “Las familias han perdido el ganado, los árboles de fruta y sus reservas personales enteras durante la tormenta, y lo que quedó está pudriéndose por la insuficiente protección contra las lluvias”. En Sud y Grand Anse, MSF comenzó a monitorear el estado nutricional de los niños menores de cinco años durante las clínicas móviles que realiza, para poder tratarlos con alimentos terapéuticos listos para usar en caso que sea necesario.
“La gente necesita un techo por la noche”
El huracán de grado-cuatro voló los techos de la mayoría de las casas en el suroeste del país y las fuertes lluvias dañaron aún más las pocas casas que todavía quedaban en pie. “Familias enteras han perdido sus hogares. Sus casas fueron totalmente destruidas. Ahora están viviendo en casillas temporales o compartiendo espacios sobrepoblados junto a otras familias”, dice Renate Sinke, coordinadora del proyecto de Nippes.
“Hay mucha agua pero no hay agua potable”
Los pozos, redes de agua y reservorios han sido dañados. “El huracán dañó los precarios sistemas de abastecimiento de agua. Estos sistemas sufrieron aún más daño con las inundaciones que siguieron al huracán. Las personas no tenían acceso a agua limpia”, comenta Yves Lyre-Marcellus, especialista en agua y saneamiento en Nippes.
MSF analizó seis pozos de la línea costera de Port à Piment a Les Coteaux, de los cuales tres estaban contaminados con agua salada. En los valles o montañas, las fuentes de agua están muchas veces mezcladas con agua no segura de los ríos o desechos de los deslizamientos.
“Los pueblos más remotos están totalmente aislados”
Ya era difícil llegar a los pueblos aislados antes del huracán, pero ahora son casi inaccesibles. “Los dos caminos que conducen al distrito de Baradères están actualmente cortados. Las personas no pueden entrar ni salir de la zona. Los suministros no pueden ingresar en las aldeas y el comercio ya no puede llevarse a cabo”, subraya Sinke.
La inaccesibilidad a los pueblos aislados también está afectando la prestación de asistencia médica. “Tras la llegada a Pourcine, una aldea en las montañas, tratamos a catorce personas con lesiones graves y a una mujer que tuvo un aborto involuntario”, explica Massart. “Si las heridas abiertas no se tratan adecuadamente, el paciente puede desarrollar una sepsis. Normalmente, una renguera debería ser atendida; pero si no hay acceso a la asistencia médica, es probable que el paciente pueda morir”.
“Proporcionar acceso a las opciones de tratamiento para los pacientes sospechosos de cólera”
A medida que el número de pacientes sospechosos de cólera se redujo a seis en el Centro de Tratamiento de Cólera (CTC) de MSF en Port à Piment el 25 de octubre, el pueblo vecino de Chardonnières informó cuarenta casos sospechosos durante el día. Mientras que la epidemia es impredecible en las condiciones actuales, resulta crucial controlar nuevos casos, proporcionar suficientes centros de tratamiento, el acceso a estas instalaciones y agua potable.
A MSF le preocupa que la combinación de la falta de refugio, agua potable, alimentos y acceso conduzca a un deterioro del estado de salud general de la población. “Mujeres, hombres y niños se encuentran en una situación muy vulnerable”, explica Chiara Burzio, coordinadora médica de emergencia de MSF. “Estamos particularmente preocupados por el alto riesgo de enfermedades infecciosas, cólera y empeoramiento del estado nutricional de los niños menores de cinco años en las zonas aisladas que han resultado afectadas por el huracán”, concluye Burzio.
Tres semanas después de la intervención de emergencia en las zonas afectadas por el huracán, los equipos de MSF han:
- realizado consultas con más de 2500 pacientes en 27 aldeas. En Nippes, las enfermedades más comunes tratadas son la diarrea, las infecciones gastrointestinales, infecciones urinarias e infecciones del tracto respiratorio superior. En Sur y Grand Anse, los equipos médicos siguen tratando muchas heridas.
- referido a diez pacientes en helicóptero a Puerto Príncipe: nueve personas al centro de trauma de Tabarre de MSF y una persona al centro de MSF para quemaduras graves
distribuido refugios temporales en Sud para 1.400 familias - establecido dos Centros de Tratamiento de Cólera en Port à Piment y Baradères, y tratado a 229 pacientes sospechosos de cólera
- proporcionado capacitación, apoyo en agua y saneamiento a seis CTC en Grand Anse y un CTC en Nippes
- distribuido suministros médicos y artículos no comestibles a dos centros de salud y a dos CTC en Artibonite
- instalado cuatro tanques de agua en Grande Anse y uno en Port-à-Piment, los cuales proveen 15mᶟ de agua potable por día cada uno
- distribuido 900.000 Aquatabs (tabletas de cloro para tratar el agua) en Sud
- reforzado las actividades de vigilancia de cólera en las diez provincias del país.