LA HISTORIA DE YPF- EMPRESA Y LA ESTATIZACIÓN

El gobierno de José Figueroa Alcorta junto a los integrantes de la generación del `80, impulsaron exploraciones e investigaciones geológicas y mineralógicas con el objetivo de encontrar petróleo y carbón en suelo argentino y, de esta forma, sustituir la principal fuente energética del país: el carbón mineral importado del Reino Unido que representaba el 95% de las necesidades del país.

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Como resultado de esto, el 13 de diciembre de 1907 se realiza el primer descubrimiento de petróleo en Argentina en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia. La legislación de la época consideraba que el recurso debía ser explotado por el sector privado. Sin embargo, el peso político y estratégico de mantener la producción petrolera bajo la órbita del Estado condicionó fuertemente la organización de la industria en sus primeros años de vida.

LA FUNDACIÓN Y SUS COMIENZOS

En 1922, fue creada la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) bajo la administración del gobierno de Hipólito Yrigoyen. El 16 de octubre de ese mismo año, durante la ahora presidencia de Marcelo T. de Alvear, el militar e ingeniero civil, General Enrique Carlos Alberto Mosconi, fue nombrado Director General de YPF, cargo que ocuparía durante ocho años, dedicando grandes esfuerzos para incrementar la exploración y desarrollo de la extracción de petróleo.

Excluyendo a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS), YPF fue la primera petrolera estatal integrada verticalmente en todo el mundo, significando esto que la empresa abarcaba casi la totalidad de los eslabones del circuito productivo del petróleo: extracción, refinación y comercialización.

A pesar de que también existía una considerable participación en la industria de las multinacionales Shell y Esso, el General Mosconi e Hipólito Yrigoyen le dieron a la empresa el monopolio legal del petróleo durante toda su existencia como Sociedad del Estado. De todos modos, su producción siempre superó la del sector privado.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)1, la extensión de la explotación de YPF en las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén, Salta y Santa Cruz desde la década de 1920, implicó una movilización de recursos y trabajo en la construcción de la infraestructura. Además de abrir nuevos polos de producción, se construyeron barrios para los obreros, se abrieron caminos, se mejoró la comunicación y se instalaron escuelas para las poblaciones que se creaban alrededor de la explotación del petróleo. YPF fue pionera en un tipo de concepción del trabajo que involucraba, junto con el empleo, la preocupación por la satisfacción de la vivienda, la educación y el tiempo libre de los trabajadores.

DE LA DÉCADA DEL ´30 AL ´80

YPF fue el principal activo estratégico y económicamente viable del Estado argentino entre los años 1922 y 1992, logrando expandir la oferta y producción de energía en todas sus formas: combustibles derivados del crudo, gas natural y electricidad, diversificando el suministro eléctrico y permitiendo una configuración de la estructura socio-económica del país basada en la industrialización para sustituir importaciones (modelo ISI) de productos de consumo masivo en industrias clave como el acero, la petroquímica, el sector automotriz, aeronáutico y naval y el avance científico-tecnológico en el sector nuclear2.

A partir de la década del ’30, los grandes saltos productivos se dieron en el marco de procesos de desregulación y de incentivo a la mayor participación del sector privado en el negocio del petróleo. Con el golpe de Estado de 1930 que derrocó a Hipólito Yrigoyen en su segundo gobierno, se inauguró la denominada “década infame” en la Argentina. En este marco de inconstitucionalidad, el 10 de septiembre de 1930 Enrique Mosconi renunció al directorio de YPF -cuatro días después de producido el golpe- negándose a trabajar con un gobierno de facto, siendo Enrique Zimmerman el nuevo Director de la empresa estatal.

En esta etapa, existieron pocos avances en la producción del petróleo y se dio un estancamiento relativo de YPF. El elemento a destacar fue la inauguración del Edificio de YPF en 1938 en Diagonal Norte, entre las calles Esmeralda y Juan D. Perón, en Buenos Aires.

Después de la década infame asumió Juan Domingo Perón en 1946, encontrándose con una YPF con mucha debilidad institucional. La postura de Perón planteaba continuar con una política desarrollista y nacionalista para YPF. Sin embargo, cuando comenzó el segundo mandato de Perón en 1952, Argentina se encontraba en una aguda crisis energética: YPF estaba muy lejos de autoabastecer de combustible al país y, en consecuencia, importaba un 60%, lo que generó en 1954 la primera crisis en la balanza de pagos.

Pese a su postura, hacia el final de su gobierno en 1955, Perón buscó la ayuda de capitales extranjeros para incrementar la producción: YPF firma un contrato con la empresa estadounidense Standard Oil de California para explorar petróleo. Este contrato se frustró por la oposición de diversos sectores, incluso dentro de su propio partido y luego, por el propio derrocamiento de Perón

En ese marco, durante el gobierno desarrollista de Arturo Frondizi (1958-1962), YPF seguía siendo una empresa petrolera incapaz de generar el autoabastecimiento de petróleo, un objetivo que Frondizi al igual que Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, quería alcanzar. Frondizi reconoció que YPF no era capaz de lograr el autoabastecimiento y que para lograrlo, sería necesario la ayuda del capital extranjero. Sin dejar de apoyar el monopolio estatal, inició un programa de inversiones privadas para extraer crudo y así llegar al autoabastecimiento, lográndolo durante el transcurso de su gestión.

Asimismo, durante ese mismo gobierno, se creó YCF (Yacimientos Carboníferos Fiscales), empresa encargada de la exploración y extracción de carbón.

El gobierno de Frondizi sentó tres pilares básicos para la política petrolera:

1. Nacionalización del petróleo.

2. Monopolio de YPF.

3. Autoabastecimiento petrolero.

En la presidencia de Arturo Illia (1963-1966) varios de los trece contratos petroleros firmados durante la administración de Frondizi fueron anulados por ser acusados de “perjudiciales para la Nación” y “lesivos” y el país retorna al desabastecimiento. El gobierno de facto de Juan Carlos Onganía (1966-70) modificó la Ley 14.773 (impulsada por Frondizi), y mantuvo el mismo principio de la propiedad estatal del petróleo, pero eliminándose el monopolio de YPF.

En las gestiones de los siguientes gobiernos militares y civiles no hubo muchos cambios en la política petrolera y la producción fue en aumento. No obstante, durante la última dictadura militar (1976- 83), predominó el desmantelamiento de YPF a fin de garantizar el costoso endeudamiento externo. Una empresa exhausta, pero todavía potencialmente pródiga quedó, durante este período, subsumida en una gran crisis financiera. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín las reservas de petróleo descendieron, aunque hubo un pequeño incremento en la producción.

LA PRIVATIZACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN

La “Ley de Reforma del Estado” sancionada por el peronismo a fines de 1989, abrió una instancia de desnacionalización de los recursos económicos y energéticos estratégicos del país. Como la mayoría de las empresas públicas argentinas, durante el gobierno de Carlos Saúl Menem, YPF fue privatizada en un contexto de avance de políticas liberales dentro del país.

Una primera etapa de reformas se llevó a cabo entre los años 1989 y 1992, en donde la principal modificación fue el cambio de tipo societario deYacimientos Petrolíferos Fiscales (que era una Sociedad del Estado) para convertirse en una Sociedad Anónima (YPF S.A.) y transfiriendo los yacimientos de hidrocarburos del Estado Nacional a las provincias. Asimismo, se vendieron acciones de la empresa al capital privado, quedando el Estado, para el año 1993, con tan solo el 20% de las acciones y la acción de oro, y un 12% los estados provinciales. El sector privado era ahora propietario del 46% del accionariado, compuesto por bancos y fondos de inversión de diversos países europeos y de América Latina.

En una segunda etapa, para el año 1998, el sector privado ya contaba con casi el 75% de las acciones, mientras que el Estado mantenía su acción de oro. Finalmente, este período culmina en 1999 con la privatización, al venderse el último 24% de acciones estatales y provinciales a la española Repsol por un valor de 9.000 millones de dólares, pasando a denominarse la empresa como Repsol YPF. Repsol compró en el mismo año otro 73% de acciones que pertenecían al sector privado.

Para el año 2000, la empresa empleaba a 5500 personas y ganaba 500 millones de dólares por año y poseía el 46% del mercado de combustibles. Sin embargo, la petrolera española Repsol sobreexplotó los yacimientos, pero no se exploraron nuevos.

En resumen, las políticas tomadas por Repsol en ese período se basaron en dos pilares: la desestatización de YPF y la provincialización de los recursos naturales e instrumentos socio-económicos (conocido como descentralización o desnacionalización).

¿PROVINCIALIZACIÓN O NACIONALIZACIÓN?

A lo largo del desarrollo histórico-político de YPF, se perciben las relaciones dialécticas que se dan entre intentos de provincialización y nacionalización de los recursos hidrocarburíferos del país, siendo estos antagónicos -aunque concurrentes- desde 1853 hasta 2006. A continuación, una breve genealogía de las principales medidas y políticas adoptadas desde una u otra ideología (provincialización y nacionalización) durante ese período:

Este cuadro sintetiza la idea de una constante oscilación entre dos modelos jurídico-institucionales contrapuestos en una lógica de disyuntiva provincialización-nacionalización que es materia de debate hasta la actualidad.

RE-ESTATIZACIÓN Y EXPROPIACIÓN

En diciembre de 2007, el Grupo Petersen, conglomerado argentino de empresas al mando de Enrique Eskenazi, compró el 14,9% de YPF S.A., pasando al año siguiente a tener un 15,46%. El 4 de mayo del 2011 aumentó su participación accionaria en la compañía en un 10%. Para el 31 de diciembre de 2011 el Grupo Petersen poseía el 25,46% de YPF, la compañía Repsol el 57,43%, el 17,09% restante estaba en manos de inversores privados, flotando en bolsa, y un 0,02% en poder del Estado argentino, que conservaba la acción de oro.

El 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió un proyecto de ley al Congreso Nacional denominado «De la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina» para expropiar las acciones de YPF, equivalentes al 51% de su capital social. A su vez, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), dispuso la intervención de la empresa Repsol YPF y declaró de interés público nacional la exploración de hidrocarburos, para lograr el autoabastecimiento. La caída de reservas de petróleo en la gestión de Repsol fue el principal motivo para expropiar. Desde la adquisición en 1998 hasta 2011, esa caída fue del 54% en petróleo y del 97% en gas. Del 51% expropiado, un 24.99% se destina a las provincias petroleras y un 26.03% al Estado nacional.

REFLEXIONES FINALES

Si bien cada contexto histórico-social y político fue diferente, y los valores y concepciones de cada momento fueron disímiles, el debate se encuentra aún hoy sobre la mesa: los “anti” y los “pro” a lo largo de la historia contemporánea argentina fueron una constante que llegan hasta nuestros días.

Desde el descubrimiento en 1907 del petróleo en suelo nacional argentino, como consecuencia de la laboriosa y tenaz investigación minera y geológica emprendida por aquellos hombres de la generación del ´80 que buscaban independizar energética- y económicamente al país con el fin de plasmar un desarrollo autónomo, se han sucedido de modo pendular, diferentes y hasta antagónicas políticas en los distintos períodos, en lo que respecta a cómo debería administrarse un recurso clave para el país como lo son los hidrocarburos.