Una forma efectiva de poder ayudar a los pueblos originarios es saber quiénes son, cuántos son, dónde están y cuáles son sus necesidades y, después de saber esto, realizar acciones concretas para cumplir con estas necesidades. La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) detectó la existencia de 35 pueblos indígenas en la Argentina, integrados por poco más de 400 mil personas. Se sabe que un poco más de la mitad de la población en Argentina tiene al menos un antepasado indígena, aunque también se sabe que, en la mayoría de estos casos, se ha perdido la memoria o la identidad familiar de esta pertenencia. Parte de esta invisibilidad fue promovida por el Estado, desde la segunda mitad del siglo XIX.

Suelen publicarse listas de las etnias que existen en la Argentina con resultados poco veraces; un ejemplo de ello es la lista que omite a los Huarpes, que en varios informes figuran como pueblo extinguido y, sin embargo, actualmente hay 11 comunidades registradas. Ante la escasa información oficial, algunas ONG y organizaciones indígenas han estimado que el número de personas indígenas podría estar entre 800.000 y 2.000.000.

Se cree que un gran porcentaje vive en asentamientos rurales de forma comunitaria, y representan entre un 3% y un 5% de la población total del país. Algunas provincias cuentan con porcentajes cercanos al 20% de indígenas en su población. Según las fuentes mencionadas, existen más de 800 comunidades en todo el país, mientras que por efectos de las migraciones urbanas en algunas capitales provinciales hay una altísima concentración de familias y personas indígenas. Esa migración tiende a acentuarse cada vez más con el tiempo.

COMPOSICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

• Región Noreste (provincias de Chaco, Formosa, Misiones y Santa Fe): Pueblos Mbya-Guarany, Mocoví, Pilagá, Toba, Vilela y Wichí.

• Región Noroeste (provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán): Pueblos Atacama, Avá-Guarany, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita- Calchaquí, Kolla, Omaguaca, Tapiete, Toba, Tupí- Guarany y Wichí.

• Región Sur (provincias de Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego): Pueblos Mapuche, Ona, Tehuelche y Yamana.

• Región Central (provincias de Buenos Aires, La Pampa y Mendoza): Pueblos Atacama, Avá Guarany, Diaguita- Calchaquí, Huarpe, Kolla, Mapuche, Rankulche, Toba y Tupí Guarany

Se calcula que hay más de 400 lenguas indígenas en América. Sin embargo, se ha verificado que algunos grupos que se identifican como indígenas han perdido su lengua nativa. De las diferentes encuestas y últimos censos realizados podemos destacar los siguientes datos:

1. Los chiriguanos y chanés en la Argentina son unos 21.000 y 1400 respectivamente. Ambos son de origen amazónico. Los primeros de origen guaraní y los segundos, Arawak. En una época lejana los chiriguanos sometieron a los chanés. Actualmente se toma a ambos grupos como una comunidad cultural, aunque se distinguen entre sí por la lengua y porque ocupan aldeas distintas.

2. Los diaguitas – calchaquíes son alrededor de 6000. Hay numerosos mestizos descendientes. Se ha generalizado con el nombre de kollas a los puneños y sus descendientes, algunos quebradeños y toda otra población de origen quechua-aymara. Se estima que son una población de 170.000 personas.

3. Los mapuches son alrededor de 90.000 personas en Argentina y más de un millón en Chile. Hay puros y mezclados con tehuelches. Mapuche quiere decir “gente de la tierra”.

4. Los mbya guaraníes son cerca de 3000 personas que viven en Argentina. Están asentados en unas 40 aldeas o comunidades en todo el territorio de Misiones.

5. Los mocovíes pertenecen al grupo Guaycurú junto con los tobas y los pilagá. Son aproximadamente 7300 personas.

6. Los pilagá pertenecen al grupo lingüístico guaycurú, y son alrededor de 5000 personas. Viven en las provincias de Chaco y Formosa.

7. Los tehuelches son aproximadamente 1500 Aóniken, tehuelches meridionales, y unos 700 Gününa Fune, tehuelches septentrionales. Existen desde hace 1500 años. Sus nombres quieren decir “paisano” o “gente del país”.

8. Los tobas pertenecen al grupo lingüístico guaycurú, y son alrededor de 60.000 personas. Viven en las provincias del Chaco, Formosa, norte de Santa Fe y Salta. También hay comunidades en Paraguay. Existen asentamientos por migración en Rosario y Buenos Aires.

9. Los wichi son aproximadamente unas 80.000 personas. Junto con los chulupíes (que suman unas 1200 personas) y los chorotes (que son unos 900) forman la familia Mataco – Mataguayo.

PUEBLOS ORIGINARIOS

Chanés: Ocupaban el Chaco Occidental. Eran cazadores, pescadores y agricultores incipientes de maíz, algodón y porotos. Hilaban algodón y se destacaron como ceramistas. Junto a los Chiriguanos eran de origen selvático y provenían de la Amaconia. Los chanés que siguen hoy practicando la artesanía tradicional, especialmente la confección de máscaras, son poco más de mil y viven en Salta, al igual que los chiriguanos.

Guaraníes: Asentados sobre los ríos, en las actuales provincias de Misiones y Corrientes, eran cazadores, pescadores y agricultores de batata, mandioca, maíz y porotos; fueron hábiles canoeros. Las aldeas eran rodeadas por empalizadas, característica defensiva típica de la selva amazónica. Tenían fuertes cacicazgos y una cosmovisión muy rica. Sus descendientes, a los que se sumaron en tiempos recientes grupos Mbeyá de Paraguay, viven actualmente en la selva misionera.

Tobas: Ocupaban la región del Chaco Oriental, integrando la familia lingüística guaycurú. Eran nómades, cazadores de venados, avestruces, pecaríes, tapires, tatúes e iguanas; también fueron recolectores. Lucharon duramente junto a los abipones y fueron derrotados por el ejército ya bien avanzado el pasado siglo. Son una de las etnias más numerosas y viven en Chaco, Formosa, Salta, Santa Fe y zonas urbanas. Además de otras prácticas tradicionales mantienen su trabajo en artesanías, especialmente en cestería, tejido y cerámica.

Wichis: Habitaban el Chaco Central. Vivían de la caza y la pesca. En su organización social tenían un lugar destacado los Consejos de Ancianos y los chamanes. Gran cantidad de espíritus de la naturaleza regulaban la relación de los wichis con ella. Vestían prendas realizadas con fibras de una planta llamada chaguar, sus diseños imitaban motivos de la naturaleza. Hoy viven en Salta, Formosa y Chaco en gran número, y mantienen en sus comunidades la forma de vida tradicional. Son destacados artesanos en tallas de palo santo, tejidos y cerámica.

Mapuches: Pueblo amerindio de la familia lingüística araucana, cuyos habitantes actualmente viven en Chile y Argentina. Su origen arqueológico-migratorio está aún por establecerse; sus vestigios más antiguos datan del 500 a.C. y no está demostrado si provienen del centro de Sudamérica, del Chaco y de las Pampas o de algún otro lugar. En 1546 se produce en Quilacura la primera batalla contra los conquistadores españoles. Antes de su llegada, los mapuches eran un millón de personas. En 1859, se produce un alzamiento general que origina la definitiva campaña del coronel argentino Cornelio Saavedra contra este pueblo (1860-1883). El territorio mapuche es desmembrado y la propiedad de la tierra pasa al Estado, quien entre 1884 y 1919 distribuye 475.000 ha en 3.000 ‘títulos de merced’ a unos 78.000 mapuches: tal es la base de la actual situación. En la actualidad, los mapuches tratan de recuperar sus tierras agrupándose en organizaciones indígenas herederas de otras muchas, como fueron, por ejemplo, la Sociedad Caupolicán (1910), la Sociedad Mapuche de Protección Mutua-Federación Araucana (1916), la Nueva Sociedad Lautaro (1958) o la Confederación de Sociedades Mapuches (1968). Se calcula que hoy viven unos 900.000 en Chile y 150.000 en Argentina.

Tehuelches: Poblaban gran parte de la Pampa y la Patagonia. Eran de una gran contextura física. Eran cazadores nómades de guanacos, ñandúes, liebres y zorros. Conservaban la carne secándola al sol. La misión de los caciques era dirigir las cacerías y organizar los traslados de las “tolderías”. Gran parte de los tehuelches se mestizaron con los mapuches y el resto desapareció por los enfrentamientos con el Ejército durante el siglo pasado. Hoy quedan unos pocos centenares en la provincia de Santa Cruz y mestizos en distintos puntos del país.

Collas: Esta etnia es reciente y, junto con mapuches, tobas, chiriguanos y wichis, es una de las más numerosas. Habitan especialmente en la región de la Puna, en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca. Son los descendientes de las comunidades originarias del Noroeste y de inmigraciones más recientes de pobladores quechuas y aymarás. Viven de la agricultura, alfalfa, papa, maíz y del pastoreo de ovejas, cabras y llamas. Visten con tejidos de lana realizados en telar. Rinden culto a la Pacha Mama (Madre Tierra). Celebran en nuestros días un gran número de ceremonias en las cuales se integran elementos de origen indígena con el catolicismo. Muchos collas se encuentran hoy en las grandes ciudades.

Yamanas: Habitaban los canales fueguinos y vivían de la caza y la pesca. Eran canoeros; transcurrían casi la mitad de sus vidas embarcados. Hacia la primera década de este siglo se extinguieron, como consecuencia de las matanzas a manos de los “loberos”, los “ejercicios de tiro” de los navegantes extranjeros y las epidemias por contacto con los blancos.

Huarpes: Habitaban parte de los actuales territorios de Mendoza, San Juan y San Luis. Los que estaban cerca de la cordillera eran agricultores sedentarios de maíz y quínoa; los ubicados más al este eran cazadores de liebres, guanacos, ñandúes, y vizcachas; finalmente estaban los huarpes “laguneros”, de Guanacache, básicamente cazadores y pescadores desde balsas de totoras. Vestían tejidos realizados en telar. Con la conquista y colonización se fueron mestizando hasta desaparecer como etnia, aunque recientemente se han hecho presente descendientes de la población originaria.

Diaguitas: Habitaban los Valles Calchaquíes, en el noroeste. Vivían en grandes concentraciones urbanas, regidas por fuertes jefaturas. Sus cultivos principales eran maíz, zapallo y porotos. Poseían importantes obras de riego artificial y almacenaban los alimentos. Fueron criadores de llamas y recolectores de chañar y algarroba. Poseían avanzados conocimientos de medicina y astronomía. El arte diaguita, en cerámica y metalurgia, es el más destacado de nuestras culturas indígenas. Adoraban a la Madre Tierra y a diversas deidades de la naturaleza. Opusieron una de las más enconadas resistencias al conquistador español. Sus descendientes viven hoy en Tucumán y Catamarca.

Abipones: Junto con tobas y mocovíes, pertenecían a la gran familia lingüística guaykurú de la región chaqueña, conocidos como “los frentones” dada la manera de rasurarse el cabello hasta la mitad de la cabeza. Cazadores de avestruces, tapires, venados, pecaríes y tatúes; recolectores de hierbas y frutos, se asentaron en la ribera norte del río Bermejo inferior. Realizaban complejos tatuajes en sus cuerpos que iban completando a lo largo de su vida. En el caso de las mujeres, se hacían en ocasión de los rituales de iniciación, cubriendo todo el rostro con diseños sumamente elaborados. Hábiles guerreros, resistieron hasta el final del siglo pasado, cuando las campañas militares exterminaron a sus últimos representantes.

Selk’nam: Conocidos también como onas, habitaban en Tierra del Fuego. Eran cazadores nómades de guanacos, patos y cisnes, también fueron recolectores de frutas y raíces. Pintaban su cuerpo con series de rayas y puntos de manera sumamente estética para sus rituales de iniciación o en ocasión de las ceremonias de las “sociedades secretas de varones” para aterrorizar a las mujeres. Vestían con mantos de pieles de zorro y otros animales de la zona. La autoridad recaía en ancianos y chamanes. Hoy quedan algunos pocos descendientes. Prácticamente desaparecieron a principios de este siglo por las matanzas de los colonos y las epidemias. ◊