Se intenta incorporar este término al diccionario diario de la política internacional para explicar cuestiones bélicas y geopolíticas, cuando en realidad en árabe es un concepto que deviene del campo religioso. Más peligroso aún es la pretendida omnipotencia de querer imponer un término católico (guerra santa) a un concepto que, al no comprender, se le pone la etiqueta que mejor sirve a los intereses de ciertos actores.
A esto se le suma un problema: aunque no se entienda siquiera el origen de la palabra, se tiende a repetir el error. Es decir que tomamos como verdadero el hecho de que el yihad sea la guerra santa de los árabes, por seguir el discurso de ciertas autoridades en la materia, que con gran irresponsabilidad no clarifican su significado. Es el objetivo principal de este artículo funcionar como una herramienta educativa acerca del término para que no se sigan cometiendo errores al hablar sobre el yihad.
Si se sigue la línea de la supuesta guerra santa, se está acordando que el Islam es una religión violenta, cuestión etimológicamente incorrecta. Es un término manipulado también por los grupos de terrorismo islámico que se justifican en el yihad para atacar blancos civiles, creando pánico en la sociedad azotada, y en la comunidad internacional.
Es erróneo definir el yihad como una amenaza para occidente, o como la lógica única que motiva a un terrorista a inmolarse creando terror social. Todos los musulmanes responden al yihad. Entonces ¿todos los musulmanes son agresores en potencia? ¿Son todos los musulmanes terroristas islámicos? Si este fuera el caso la seguridad internacional estaría condenada al fracaso ya que el objetivo de todo buen musulmán sería salir a matar infieles.
Hablemos con propiedad
Qué es entones el yihad. Pues bien yihad traduce esfuerzo: no guerra santa, ni masacre contra el infiel, ni terrorismo, ni violencia. Es un esfuerzo del fiel por ser un mejor musulmán, una lucha por superar día a día las dificultades que se presentan como creyente, y no implica eliminar al que no comparte la misma fe.
Según Hisham Arquero el yihad es “el cimiento sobre el que se asienta el Din. Al contrario de la mentalidad imperante que entiende la religión en términos de paz espiritual, el Islam propone la acción como vía hacia la realización a lo que aspira. El yihad es la respuesta del Islam a todo intento de someter a los musulmanes a cualquier esclavitud –mental o física–. Es un esfuerzo individual y también colectivo”.
Mitos sobre el yihad
1) Yihad versus Guerra Santa
El término correcto es esfuerzo o lucha (en el camino de Dios). Guerra en árabe es harb y santo es qúddus. Es decir que la traducción de guerra santa al árabe sería harb muqadasah. Si se busca este concepto en el Corán, o en la sunna, no se encuentra, ya que la expresión es de la tradición católica y proviene de la época de las Cruzadas.
2) Dividir la humanidad entre el fiel y el infiel
Nuevamente el Corán no dice nada al respecto. De hecho kuffar, que se traduce como infiel, es en realidad el que niega o tapa la verdad. El sentido no es restringido a describir a quien rechaza sistemáticamente la doctrina religiosa sino que es en sentido amplio. Refiere al que no conoce la verdad revelada. No es lo mismo ser infiel, que no conocedor de la fe, y kuffar es lo segundo. Infiel es también un término propio de la tradición católica, no islámica, que nació para llamar a quienes no creen en el magisterio divino.
3) Separa el mundo en dos
Hay quienes argumentan que el yihad separa el mundo en dos: Dar al islam (el territorio del Islam) y Dar al harb (el territorio de la guerra). Pero para el Islam el mundo es la tierra de Dios (Allah). Esas divisiones entre Tierra del Islam vs. Tierra de la guerra, como otras posteriores –Dar al ahad (tierra del pacto) o Dar al dawa (tierra de la predicación)– son producto de las necesidades de algunos califatos para justificar sus acciones y políticas de gobierno.
4) Totalidad
La idea de que el Islam busca dominar al mundo, y que los musulmanes van a hacer la guerra contra el infiel hasta que el último se convierta, es absurda. Ya se explicó que el yihad militar no tiene ese propósito, e incluso que no es obligatorio para todos los musulmanes. El deseo de conquista mundial por parte del Islam, es una proyección occidental para justificar sus políticas de Estado hacia la comunidad internacional. No se puede culpar al Islam, por el equivocado mensaje de aquellos terroristas islámicos que dicen actuar en nombre de Dios, incentivados por el yihad.
Las tres religiones principales (Islamismo, Catolicismo y Judaísmo) vienen de un Dios único, y cada una se rige por lo que les ha sido revelado. El Corán, al igual que la Biblia y la Tora, abraza la idea de pluralismo como un bien deseable, y no busca que la humanidad se transforme en una sola comunidad.
Cita Sura 5:48 (Judíos, cristianos, musulmanes)
“Te hemos revelado la Escritura con la Verdad, en confirmación y como custodia de lo que ya había en la Escritura. Decide, pues, entre ellos según lo que Dios ha revelado y no sigas sus pasiones, que te apartan de la Verdad que has recibido. A cada uno os hemos dado una norma y una vía. Dios, si hubiera querido, habría hecho de vosotros una sola comunidad, pero quería probaron en lo que os dio. ¡Rivalizad, pues, en buenas obras! Todos vosotros volveréis a Dios. Ya os informará Él de aquello en lo que discrepabais”.
Cita Sura 10:99 (Dudas acerca de la revelación)
“Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la tierra, absolutamente todos, habrían creído. Y ¿vas tú a forzar a los hombres que no sean creyentes,”
El Islam es una religión que, como toda religión, depende de quien lo practique. Para un musulmán no es lícito, al igual que para un católico, atacar y matar a quien no lo agredió. Y aún así la lucha militar, como se mostró, es la última opción.
Cita Sura 2: 190 (La causa de Dios)
“Combatid por Dios contra quienes combaten contra vosotros, pero no os excedáis. Dios no ama a los que se exceden”.
Es muy importante entender que todas la religiones evolucionaron y sus libros sagrados funcionan como una guía en el camino hacia Dios. En esos textos se hace referencia a temas comunes como el amor, la justicia, la espiritualidad, y también el odio, la guerra y la violencia. Se describen incluso pasajes donde hay genocidios, violaciones, asesinatos, fratricidio, tortura, y no por ello se debe imitar o decir que los textos sagrados son propulsores del mal.
Es necesario que no confundamos, o nos dejemos confundir por los que “saben”, ya que sería poco serio definir una religión y sus objetivos en base a quienes están al mando de la cúpula religiosa en un momento determinado de la historia, y los errores que como todo humano, pueden cometer.