“NOS DECÍAN QUE ERA IMPOSIBLE”
“(…) Nos decían que era imposible. Que Irán no quería sentarse a conversar. Con el premier turco y el canciller turco después de dieciocho horas, conseguimos firmar un documento en el que ellos estaban dispuestos a sentarse y negociar con el Grupo de Viena, que era el grupo formado por Rusia, EEUU y Francia. Para mi gran sorpresa, cuando el domingo por la noche –nosotros exigimos un plazo para que Irán cumpliese–, mandan el documento, los países del Grupo de Viena, al revés (estando dadas las condiciones para negociar), empezaron a discutir el aumento de las sanciones. O sea, probablemente ni siquiera querían leer el documento. Lo que más me molestó fue que el documento –y se los puedo decir a ustedes ahora– cuando nosotros firmamos con Ahmadineyad, reproducía fielmente los términos de la carta que Obama nos mando a mí y al primer ministro turco.
Exactamente lo que Obama me dijo que era necesario conseguir, nosotros lo conseguimos. Y de repente aquello era un acuerdo que se convertía en sanciones. Yo no creo en sanciones porque esas sanciones también tienen problemas. Porque hay sanciones para las empresas argentinas, para las empresas brasileras, pero con seguridad para las empresas rusas no, ni para las empresas americanas, o para las empresas chinas. Esos no, ellos van a continuar, Rusia va a continuar construyendo la planta nuclear en Irán; China va a continuar explotando petróleo allá; y los demás mortales comunes están fuera.
A mí me decepcionó mucho esto porque me pregunto hoy si la gente realmente desea la paz o si la gente quiere mantener el clima de inestabilidad que existe para utilizar una teoría muy conocida de Maquiavelo: “es necesario dividir para reinar”. Hoy estoy convencido de por qué no es posible. La gente no habla con quien está en conflicto para negociar. ¿Cómo puedo hacer la paz con Piñeira si no me siento con él para conversar? ¿Cómo puedo reestablecer la armonía entre Colombia y Venezuela, si Chávez y el nuevo presidente no se sientan para conversar? ¿Cómo es posible resolver un conflicto entre Brasil y Argentina si con Cristina no nos sentamos para hablar? O sea, en política no podemos justamente subcontratar el mandato que nos confirió el pueblo. En política el que fue elegido tiene que ejercer su mandato y hacer lo que hay que hacer: negociar, conversar. Porque a veces un compañero nuestro, un consejero piensa diferente de nosotros. Y quiero hacer una aclaración: vamos a discutir con él, con ellos en la ONU. Voy a discutir con ellos en el G20 y llegar al fondo de este asunto porque yo creo que nosotros no queremos guerra. Si ese alguien quiere conocer ese lugar tranquilo en el mundo mire hacia Sudamérica. Mire para este continente, acá tenemos todos los defectos del mundo, pero hace mucho tiempo que nosotros no hacemos la guerra entre nosotros.
A veces tenemos unas guerras verbales, que no hieren a nadie, no matan a nadie. Por ejemplo hice una declaración a la prensa estos últimos días y el presidente Uribe se puso nervioso, me hizo una nota. Y me voy a vengar de Uribe ¿saben cómo? El viernes por la noche voy a su cena de despedida, para que vea que yo no tengo ningún problema, que yo lo quiero, que es mi amigo, yo quiero ayudar a construir la paz. Mi gesto va a ser en la cena, a ver si me invita a que me siente a su lado para poder hablar mejor con él.
Sino no vamos a construir la paz en el mundo, no construimos la tranquilidad, no construimos el Mercosur, no construimos la Unasur, no construimos el Parlamento del Mercosur.
Porque aprobamos el Parlamento del Mercosur. ¿Cuál es la dificultad que tenemos? ¿Cuál es la gran diferencia de fondo para que no tengamos aún un Parlamento del Mercosur? Porque eso va a ayudarnos a hacer las cosas, con errores y con cosas buenas. Es un proceso de aprendizaje. Y vamos aprendiendo con los errores, sabiendo lo que no puede haber: supremacía de un país sobre el otro. Sabiendo que el parlamento no puede aprobar una cosa que hiera la soberanía de otro país, y nosotros sólo vamos a alcanzar la madurez política cuando tengamos responsabilidad.
Entonces mis queridos compañeros y mis queridas compañeras, yo pienso… que voy a abandonar mi discurso escrito para otra oportunidad. Yo creo que aún tenemos mucho que hacer. Por ejemplo en Brasil aprobamos una gran política de innovación tecnológica. Y esta política de innovación tecnológica no puede ser apenas para Brasil. Tenemos que tener laboratorios en toda América del Sur. Cada país del Mercosur tiene que tener su laboratorio, interconectado con los otros para poder progresar en esto de la innovación tecnológica que es una necesidad hoy día en el mundo. En la cuestión energética no podemos quedarnos. A cada invierno, a cada verano, un país nuestro tiene problemas de consumo de energía. Tenemos que sentarnos y pensar definitivamente cómo vamos a resolver esto.
(…) Espero que en mi presidencia podamos avanzar un poco más y que en otras presidencias podamos avanzar un poco más también, hasta que el Mercosur sea algo que nadie tenga más la menor duda de que somos amigos de verdad en la construcción de un bloque político, económico, social y cultural. (…)
De modo que mucha gracias compañeros y feliz Mercosur para todos”.