Este mes se conmemora el 40ta aniversario de ese despertar del sueño del pueblo vietnamita a la independencia. Un sueño de esperanza y añoranza teñido por las pesadillas de la guerra, la destrucción y la muerte. Luego de casi 75 años de dominio colonial por el Imperio Francés, impuesta en 1867, en diciembre de 1941 estalló la Guerra del Pacífico, con la expansión del imperio Japonés por la región del Sudeste Asiático, en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

Con el fin de la guerra en agosto de 1945, no llegaría la paz. Aunque Ho Chi Minh declararía la independencia de la República Democrática de Vietnam en el 2 de septiembre de 1945, las antiguas autoridades francesas buscarían retomar su control sobre el pueblo y el territorio Vietnam. Así estallaría la Guerra de Indochina en diciembre de 1946 que duraría hasta mayo de 1954, en la cual las fuerzas vietnamitas salieron victoriosas. Ahora bien el esfuerzo nacional del pueblo vietnamita por la independencia, en el cual los comunistas se convirtieron en los mejores referentes, se resignificó en el contexto mundial de la Guerra Fría, caracterizado por la división bipolar del orden internacional. Esto llevó a que la paz final se diluyera en las negociaciones que tuvieron lugar Ginebra entre abril y julio de 1954. Así el pueblo y el territorio vietnamita quedaría partido por el paralelo 17, en una Vietnam del Norte dentro de la esfera de la Unión Soviética y una Vietnam del Sur bajo la protección de los Estados Unidos. Luego de 10 años durante los cuales el Norte se desarrolló establemente, mientras que el Sur sufrió de inestabilidades políticas y sociales, estalló la Guerra de Vietnam en agosto de 1964 entre Vietnam del Norte y Estados Unidos, en apoyo de Vietnam del Sur, la cual llegaría a su fin, como ya se mencionó, en 1975.

El sueño se había cumplido, pero la pesadilla continuó. Ya que una vez unificado el país, el nuevo gobierno de la República Socialista de Vietnam tuvo que enfrentarse a la reconstrucción del país producto de la destrucción de la guerra. No hay datos exactos para el período de la guerra, dados los distintos años de referencia, las distintas formas de categorización de los mismos y las diferentes fuentes utilizadas, no obstante se tratara de brindar algunas generalidades. Hacia el fin de la guerra se calcula que la población de Vietnam del Norte era aproximadamente 23.7 millones de habitantes y la de Vietnam del Sur era aproximadamente 19.5 millones, dando un total de 43,2 millones de habitantes. Ahora bien se estima que la cantidad de militares producto directo de la guerra de soldados de Vietnam del Norte fue aproximadamente 1.1 millones de personas, mientras que la de los soldados de Vietnam del Sur fue aproximadamente 300 mil.

A esto hay que agregar la cantidad de más de 2 millones de muertes de civiles vietnamitas. En otras palabras, en conjunto se trataría de una cifra que rondaría cerca de los 3.5 millones de vietnamitas muertos por causa directa de la guerra (sin considerar las nacionalidades de muertos de otros países involucrados), o poco más del 8% de la población total vietnamita al momento de reunificarse el país. Ahora bien este impacto demográfico fue mucho más sensible ya que afecto fundamentalmente a la franja entre 15-29 años, prácticamente diezmando una generación. El esfuerzo recaería sobre los mayores. Mayores que tuvieron que hacerse cargo de los más de medio millón de personas que quedaron inválidas y otra cantidad semejante de huérfanos. Y a esta hay que sumar la crisis humanitaria posterior al fin de la guerra, donde cientos de miles huyeron de personas huyeron de la región.

Los sobrevivientes empezaron a llevar adelante la reconstrucción del país no sólo con una desventaja demográfica, sino también medio ambiental. Por un lado, se estima que cerca de 75 millones de litros de herbicidas y defoliantes químicos, especialmente el Agente Naranja, fueron rociados desde aviones sobre el territorio vietnamita, especialmente sobre Vietnam del Sur, buscando destruir la maleza que funcionaba como protección natural de las fuerzas vietnamitas comunistas a la vez que la vegetación que le proveía de alimentos. Actualmente se estima que hay más de un millón de personas todavía afectada por diversos problemas de salud, enfermedades y malformaciones producto de estos químicos, mientras que medio millón ha fallecido. Por otro lado, se estima que cerca de 8 millones de toneladas de bombas fueron lanzadas sobre el territorio vietnamita por Estados Unidos durante la guerra, especialmente sobre Vietnam del Norte, a los cuales hay que sumar otro casi 8 millones de toneladas de explosivos terrestres. Los heridos y muertos por los explosivos fallados que explotaron después de la guerra ronda las 100 mil personas. Además de las pérdidas humanas por los químicos y los explosivos, hay que considerar la destrucción y contaminación al medio ambiente, donde decenas de miles de kilómetros cuadrados fueron afectados, contaminando suelos y aguas y reduciendo la biodiversidad de plantas y animales. Esto impacto en la capacidad del ecosistema vietnamita de sostener la vida humana como también la disponibilidad de recursos económicos potencialmente explotables del mismo.  Los impactos negativos humanos y económicos de estos son incalculables.

Fue en esta herencia de muerte y destrucción en la cual se tuvo que gestar la esperanza del futuro del pueblo vietnamita. A los pocos años de reunificado el país, las autoridades decidieron realizar un giro en su política económica, caracterizada hasta ese entonces por la planificación y la colectivización. En 1986 una nueva generación de autoridades vietnamitas empieza a implementar una serie de reformas conocidas en su conjunto como Doi Moi para fomentar la economía de mercado, la apertura comercial y la propiedad privada, aunque sin perder el espíritu socialista. Nueva iniciativa económica que tuvo que sobrellevar todavía el embargo comercial de los Estados Unidos, establecido en 1964 por la guerra y mantenido durante estos años por la situación de Camboya, siendo levantado este recién en 1994.

En este contexto, no pocos han sido los logros de Vietnam. A los pocos años de finalizada la guerra, tuvo lugar una importante crecimiento demográfico. Esto llevo a que durante estos cuarenta años, la población de Vietnam prácticamente se duplicará llegando a 90,7 millones de habitantes para el 2014. Detrás de este dato, que ubican a Vietnam como el 15avo país más poblado del mundo, se esconden grandes esfuerzos. Un indicador de las mejores condiciones de salud y bienestar de la población es la expectativa de vida, la cual en Vietnam pasó de 63 años en 1976 a 75 años en 2014, siendo actualmente quinto en importancia en Asia Oriental, luego de Japón, Singapur, Corea, China, Brunei y compartiendo el puesto con Malasia. Relacionado parcialmente con lo anterior, sirviendo de soporte, está el porcentaje del gasto público, con participación creciente, y privado, de carácter estable, en salud con relación al PBI, el cual paso de 5.2% en 1995 (fecha más antigua de la cual se dispone este dato) a 7.1% en 2014, siendo actualmente el tercero en importancia en Asia Oriental, luego de Japón y Corea del Sur. Esto expresa, en parte, el gran esfuerzo social que se está haciendo para atender a los sobrevivientes de la guerra.

Junto con los indicadores de demográficos previamente mencionados, se encuentran importantes datos económicos. Desde la implementación del Doi Moi, la economía de Vietnam prácticamente se septuplico, pasado su PBI de US 26,3 billones en 1986 a US 186,2 billones en 2014. Asociado con esto tuvo lugar una transformación de su estructura productiva, ya que hubo un descenso de la participación de la agricultura pasando de 38,1% en 1986 a 17.7% en 2014, mientras que la participación del sector industrial en el PBI aumento, pasando de 28,9% en 1986 a 33,2% en 2014, al igual que la participación del sector de servicio en el PBI, aunque en menor medida, pasando de 33,1% en 1986 a 39% en 2014. Esto trajo como consecuencia, a pesar del aumento demográfico, de un incremento en el PBI per cápita. En 1986 con una población de 60,2 millones de habitantes, el PBI per cápita de Vietnam era de US 437,1, pero para 2014, con una población de 90,7 millones de habitantes, el PBI per cápita paso a US 2000. Es decir que en 2014 cada vietnamita ganaba en promedio 4.5 veces más de lo que ganaba en 1986. Es verdad que tiene todavía terreno por recorrer para llegar a los niveles del resto de las económicas importantes del Sudeste Asiático (Brunei, Malasia, Tailandia, Indonesia y Filipinas), sin mencionar a las economías desarrolladas del Asia Oriental (Singapur, Japón, Corea y China). Pero no hay que olvidar que empezó con retraso y con bastante hándicap a causa de la larga guerra, a diferencia de muchas de ellas, y no obstante viene a paso acelerado ganando terreno con tasas promedio  de crecimiento económico del 7,4% para la década de 1990, con la crisis asiática de 1997-98 mediante, y del 6,6% para la década de 2000, con la crisis mundial de 2008-09 mediante, de las más altas de la región de Asia Oriental en esas décadas.

Finalmente, Vietnam ha podido acompañar su desarrollo socio-económico con una amplia y amistosa inserción internacional. Luego del levantamiento del embargo comercial en 1994, normalizo las relaciones con los Estados Unidos en julio de 1995. Ese mismo mes se incorporó como miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, indicando el mantenimiento de relaciones amistosas y de cooperación con sus vecinos regionales del Sudeste Asiático, algunos de los cuales estuvieron en lados opuestos en el período de la Guerra Fría. En la década de 2000, ya en el marco de la ASEAN, firmaría acuerdos de libre comercio con Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea y China. Y es miembro original en la recientemente establecida en 2015 del Acuerdo Trans-Pacífico de Cooperación Económico, a la vez que finalizó las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

Hace cuarenta años Vietnam se constituía finalmente, luego de más de 30 años de guerra, en un país unido, independiente y soberano. La herencia de la guerra fue, y sigue siendo pesada, pero no ha sido un obstáculo. Se trató de un nuevo desafía que el pueblo vietnamita con esfuerzo logro enfrentar satisfactoriamente. Todavía es largo el camino del desarrollo que tiene por delante, no obstante viene avanzando a paso firme. Así nada impide para que la historia atestigue los esfuerzos y los logros del pueblo vietnamita como un nuevo milagro en Asia.

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Licenciado en Estudios Orientales de la Universidad del Salvador. Desde 2012 Profesor de las asignaturas Historia del Sudeste Asiático e Historia Contemporánea del Asia y el Pacífico de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador. Desde 2012 Coordinador del Centro de Estudios del Sudeste Asiático del Departamento de Asia y el Pacífico del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata. Desde 2016 maestreando en la Maestría en Relaciones Internacionales del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata. Desde 2013 Profesor de la asignatura Filosofía de Oriente de la Universidad de Morón. Becario del gobierno de la República de Indonesia en 2007-2008. Becario del gobierno de la República Popular de China en 2010-2011. Becario del gobierno del Reino de Tailandia en 2013.