Vayamos paso a paso. El año comenzó con un escenario que muestra un gobierno con poca afinidad con la opinión pública. Desde una visión económica, la merma del gobierno se debe a una baja generalizada en cuestiones relativas a la economía. Pero sí bien es cierto que hay cierta correlatividad, hay que tomar distancia de la coyuntura para comprender la dimensión del problema. La baja no es nueva ni sorpresiva, ya se ha hecho consistente a lo largo de un año y la animosidad se mantiene. ¿Puede esperarse que ciertas mejoras coyunturales en la económica modifiquen un poco el apoyo actual? Sí, claramente, pero eso no responde la pregunta de largo plazo. Eso es, sí acaso el “modelo” kirchnerista tendrá la posibilidad de reinventarse, ganar apoyos y controlar la sucesión presidencial en el 2015. Tras un eventual 2014 con ajuste de las principales variables económicas (inflación, tasa de interés, devaluación, etc.), ¿será suficiente para retomar el predominio público? ¿Solo con una mejora del ciclo económico recompondría la relación entre el gobierno y la opinión pública?

El descenso en el nivel de aprobación del gobierno no es solo una cuestión económica, también está anclado en estilos de liderazgo y formas de gobierno. Vayamos a la cuestión de fondo ¿estamos ante un agotamiento del gobierno por estilo y corrosión de años o de un debilitamiento de la matriz de opinión pública sobre la que se sostuvo el kirchnerismo (Estado regulador y prestador de servicios públicos, crecimiento distributivo, soberanía económica y ciertos símbolos progresistas para los grandes centros urbanos)?

Lo que estamos viendo en los últimos estudios es que buena parte de la matriz de opinión pública sobre la cual se erigió el kirchnerismo se mantiene en pie. La arquitectura de fondo tiene buena sintonía con la matriz cultural de los argentinos. Tras la crisis del 2001, y más marcadamente desde el 2003, el electorado argentino se inclinó por opciones de política económica que promovían la intervención del Estado en la economía.

Esto explica el amplio respaldo a políticas como la estatización de las AFJP, YPF, AySA, Aerolíneas Argentinas, sumadas a políticas distributivas como el ingreso universal para la niñez, la movilidad jubilatoria y el plan conectar igualdad. Entonces la valoración del rol del Estado en la economía sigue en pie, con algunas moderaciones, pero firme. Sí esta matriz de opinión pública se mantiene estable, hay dos claves para tener en cuenta:. 1.- Es más probable que un candidato opositor triunfe en oposición al estilo de liderazgo y a la forma de gobierno antes que a las políticas de fondo (no se espera un giro a la derecha al menos en lo discursivo). 2.- Algunos elementos del modelo económico y social son valorados pero con una moderación más destacada.

Sí la matriz se mantiene estable, ¿La caída es por erosión temporal, estilo de liderazgo y/o formas de gobierno? Es lo más verificable. En su momento el kirchnerismo supo resolver una agenda de temas que la sociedad sentía prioritaria como la remoción de miembros cuestionados de la Corte Suprema, su política de derechos humanos, su oposición al ALCA y a la política de EEUU en la cumbre de Mar del Plata, y su oposición acérrima a las políticas de los años 90 por nombrar algunas. Muchas de esas demandas fueron satisfechas y las fugas fueron tapadas. Pero la agenda pública fue teniendo corrimientos, aparecieron nuevos hoyos y se comenzó a complicar el panorama. Inseguridad (narcotráfico) e inflación son temas que crecieron en la agenda de la opinión pública durante el kirchnerismo y el gobierno no ha logrado resolver ninguna de ellas.

Con este escenario, una opción anti-kirchnerista neta puede tener su espacio duro pero difícilmente la mayoría, una opción post kirchnerista tiene ciertas chances pero depende de cómo el gobierno recomponga su apoyo y la otra opción con posibilidades es un liderazgo moderado, que retome ciertas políticas de la matriz de opinión pública y sea crítico las formas de gobierno del kirchnerista. Lo que es evidente es que una buena porción del electorado estará en busca de nuevos liderazgos que llenen estos espacios.

Entonces, en perspectiva, ¿qué eje de coordenadas podríamos ver en los próximos años? No esperamos un giro a la derecha en el 2015 pero sí esperamos ver cierto corrimiento al centro. Se valora que se siga resguardando el rol del Estado en la economía, sin nuevas avanzadas fuertes pero aún restringiendo ciertas variables de la económica (servicios públicos y sectores estratégicos – petróleo y aerolíneas-). Cierto resurgimiento de líderes “nuevos”, que estén aislados de la matriz K, sobre todo en la corriente opositora mayoritaria. Y una necesidad de liderazgos que muestren capacidad de gobernabilidad, gestión y eficiencia. ¿Es un liderazgo de centro? Es un liderazgo mucho más moderado al que venimos viendo en los últimos años.

La actual coyuntura favorece a quienes muestran un estilo distinto de resolver los problemas, más dialoguistas y abiertos. También hay una buena parte del electorado opositor que espera líderes que hagan énfasis en la legalidad, en las formas institucionales, la ética, transparencia. Como decía Confucio, sería un candidato “modesto en el hablar, pero abundante en el obrar”.

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* Augusto Reina, Consultor político especializado en campañas electorales, comunicación de gobierno y opinión pública. Cursó estudios de campañas electorales (Fundación Konrad Adenauer - Berlín), Comunicación institucional (UCA) y Comunicación gubernamental (Universidad Austral). Ex Dir. de Doserre - Consultoría Política, para 27 campañas electorales en Argentina y América Latina, capacitando a más de 40 equipos de campaña, candidatos y gabinetes de gobierno. Docente e investigador en la Univ. del Salvador; FLACSO; el Inst. Tecnológico de Monterrey; Universidad Nac. de Cuyo. Consultor en IPSOS - Mora y Araujo y Carlos Fara & Asoc. Coautor del “Manual Acciones para una buena comunicación en gobiernos locales”, editado por la Fund. Konrad Adenauer y ACEP. Escritor en Revista Argentina de Ciencia Política y Revista de Cs. Sociales de la UNQ. ** Máximo Reina, Consultor político especializado en comunicación, medios y opinión pública. Trabaja en la implementación de estrategias de campaña y gobierno para municipios, organismos gubernamentales y legisladores. Dir. de Doserre, consultoría política, para 27 campañas electorales, en Argentina y América Latina. Ha trabajado junto a consultoras internacionales como Newlink Political y Carlos Fara & Asoc. Dicta cursos y seminarios de media training para dirigentes, partidos políticos, empresas e instituciones. Especializado en Comunicación en la UCA y en la Univ. Austral; y en Economía en el IAE. Realizador de piezas institucionales y documentales radiales y televisivos.