La construcción del Muro de Berlín fue la división física entre el capitalismo y el comunismo, se transformó en el símbolo de esa división ideológica que separaba ambos bloques que buscaban ser los líderes del sistema internacional. El muro se erigió como un trágico símbolo de la Guerra Fría. Su caída en 1989, además de resultar en la reunificación alemana, traspasó las fronteras y se convirtió en un símbolo de la democracia y la libertad.

EL MURO DE PROTECCIÓN ANTIFASCISTA.

AGOSTO DE 1961 – NOVIEMBRE DE 1989

Así fue bautizado oficialmente por la República Democrática Alemana (RDA) socialista. El muro dividía la ciudad de Berlín en dos: la RDA y la RFA (República Federal Alemana). Fue construido por los soviéticos en agosto de 1961 con la intención de proteger a su población del supuesto fascismo que pudiese conspirar contra la voluntad popular de construir un Estado socialista en Alemania del Este. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos.

En un principio, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. La construcción del muro tuvo causas múltiples, pero entre las principales se encuentra la intensificación de las malas relaciones entre los comunistas y los aliados luego del fin de la II Guerra Mundial. La crisis en las relaciones entre ambos bloques fue creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos Alemanias.

Otro de los factores decisivos fue la diferencia en el desarrollo económico de ambas: la descalabrada economía soviética y la próspera Berlín occidental hicieron que casi tres millones de personas se fueran de la Alemania Oriental hacia la RFA hasta el año 1961.

La necesidad imperiosa de reducir la sangría de población que huía hacia las oportunidades que ofrecía la RFA fue el punto de inflexión en la historia entre ambas Alemanias. En agosto de 1961, la RFA decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos solo 12. En pocos días se colocaron alambradas provisionales de 155 kilómetros que separaban las dos partes de Berlín. Se interrumpieron los medios de transporte y ninguno podía cruzar de una parte a la otra. El paso siguiente fue la construcción de un muro de ladrillos que se convirtió en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia. En la parte superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella.

Además del muro, se construyó una “franja de la muerte”, que estaba formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.

LA CAÍDA DEL MURO Y LA REUNIFICACIÓN

En septiembre de 1990, un mes antes de la reunificación alemana, las cuatro potencias aliadas y los dos Estados alemanes firmaron un tratado en Moscú, el Tratado Dos más Cuatro, a través del cual se puso fin a los derechos y las responsabilidades de los poderes aliados respecto de Alemania. Las fuerzas soviéticas que todavía se ubicaban en la Alemania Oriental completaron su retiro el 31 de agosto de 1994 y una semana después le siguieron las fuerzas aliadas.

La caída del muro fue el resultado de un largo proceso. Entre las causas que le dieron inicio se encuentran la situación de ruina económica de los países de Europa Central Oriental que se hallaban bajo regímenes comunistas y la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989 debido a la gran cantidad de alemanes que viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana. Este hecho motivó enormes manifestaciones en Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989, el Gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido. Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo.

LA CAÍDA DEL MURO COMO SÍMBOLO DE LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD

Captura de pantalla 2016-01-14 a la(s) 17.59.56Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en secuencia rápida, una serie de acontecimientos drásticos para la historia de Alemania y el mundo debido a lo que significaron. La dimensión de la caída del muro se multiplicó de forma exponencial al representar no solo el inicio de la reunificación alemana, una nación que debió permanecer separada forzosamente, dividiendo a una nación, sino que este suceso también representa hasta hoy la caída del bloque comunista y la piedra angular del fin de la Unión de Repúblicas Soviéticas, y la independencia de muchos países que dejaron de formar parte de la Confederación para pasar a ser países soberanos. Dejaron atrás el régimen soviético para, en la mayoría de los casos, transformarse en repúblicas democráticas.

En el campo político, se pasó de un mundo bipolar a otro unipolar, de potencia hegemónica global, que implicó el paso de una situación inicial de alta confrontación y baja inestabilidad, hacia una situación de baja confrontación y alta inestabilidad en el escenario mundial.

La democracia en Alemania, además de ser el sistema político y la forma de gobierno, se transformó en un símbolo de libertad y de unión para todo el pueblo alemán, que después de décadas de vivir separado y bajo condiciones de aislamiento, lo que fomentó la divergencia entre las idiosincrasias germano-occidental y germano-oriental, pudo ejercer el control total de su nación e incluir a la totalidad de sus habitantes, sin sufrir por falta de libertad de expresión e información. ◊

Entrevista a la Dra. en Ciencias Políticas Kristin Wesemann. Representante de la Fundación Konrad Adenauer Stiftung en Argentina

¿Cuáles fueron los factores principales que causaron la caída del Muro de Berlín en 1989?

Desde la visión de la RDA, hay una causa fundamental que es el rol de la Perestroika desde la Unión Soviética. El jefe del partido comunista Gorbachov, quien al día de hoy sigue teniendo una visión muy humanista, la cual en aquel momento no era tan previsible. Esa visión del mundo que era más pacífica, con menos bombas atómicas, menos guerras, menos Guerra Fría y con más relaciones entre los distintos países del mundo. Su idea no era destruir el comunismo ni el socialismo, sino que él entendió que gran parte del mundo, sobre todo los países que formaban parte del bloque comunista, vivían en totalitarismos y que, al mismo tiempo, muchos atravesaban una profunda crisis económica, lo que se traducía en crisis social, casi humanitaria. Además la gente comenzaba a “pensar”, llegaba información del Oeste a través de los medios de comunicación (radio y televisión) que transmitían información hacia el Este, lo que fue generando un caldo de cultivo que no tardaría en convertirse en un estallido social si no se modificaba. Las economías estaban sostenidas y tuteladas por el comunismo soviético, pero la situación macroeconómica del bloque no era buena y se dificultaba sostener a los países que se encontraban bajo su paraguas, sobre todo por la presión que se ejercía desde el bloque aliado que tentaba a los países en crisis con prosperidad económica y libertad para sus pueblos.

Helmut Kohl, canciller de Alemania Federal durante la caída del muro, siempre estuvo dispuesto al diálogo con la RDA y con los países socialistas, pero sin perder ni poner sobre la mesa de discusión la democracia y la libertad.

Otra de las causas fueron las revoluciones, las flexibilizaciones y la transición democrática que sucedieron en Polonia, República Checa, Hungría. Sus políticas migratorias cambiaron y la población de Alemania del Este comenzó a presionar sobre sus embajadas. La situación económica del socialismo ya no era viable, la gente ya no solo sufría la falta de libertad, sino que pasaba miseria. En mayo de 1989, fueron a las urnas en la RDA sabiendo que las elecciones y sus resultados serían afectados por escandalosos fraudes. A partir de allí comenzaron a producirse las manifestaciones de los lunes y la de Alexanderplatz, que eran pacíficas. Dieron así el inicio del proceso denominado Wende, que daría los primeros pasos hacia la progresiva democratización. La población del Este sabía que estaba gobernada por una gerontocracia y ya no quería seguir viviendo en esa situación. Durante ese verano mucha gente comenzó a viajar a través de las fronteras que fueron habilitadas hacia los países de Europa Occidental con el fin de llegar a la RFA. La situación era inaceptable e intolerable, el estallido social era inminente, los soviéticos ya no podían seguir sosteniendo el régimen en la RDA, las manifestaciones comenzaron de un día para otro y no pudieron contenerlas ni modificar el sentimiento de la población, que había llegado al punto tal que no hubo ni siquiera intentos represivos, ni brutales, para controlar la situación.

¿Cómo quedaron definidos el sistema político y el sistema de partidos con la reunificación de Alemania?

Durante los primeros años hubo un proceso de reunificación orientado a lo social más que a lo político, más allá de que al principio se mantuvo la forma de gobierno de occidente. En cuanto a la situación política propiamente dicha, los pronósticos electorales daban como posible ganador a la Social Democracia, aunque esto luego no sucedió y fue electo por la Unión Democrática Cristiana (CDU) Helmut Kohl, quien había propuesto un plan económico de 10 puntos, que incluía la implantación de una economía de mercado, pero además la propuesta de defender y sostener los valores democráticos, en sentido integrador hacia la sociedad en su conjunto y hacia el sistema democrático como forma de gobierno. No proponía negociar estos valores ni nada de lo que se había construido en el lado occidental referido a la democracia y que se había ganado con la caída del muro. La gente tuvo mucha confianza y dio respaldo a ese Gobierno que siempre había mantenido la idea de la reunificación y que no iba a discutir las bondades que recibían de la democracia con los partidos socialistas y comunistas de la ex RDA, no solo por razones económicas, sino por razones humanitarias. Al ganar la CDU, se integró efectivamente a los partidos del Este, aunque segunda quedó la Social Democracia. En ese entonces, la CDU decidió formar coalición con el FDP y la CSU y algunos partidos de la ex RDA, aunque bajo el sistema de gobierno de Occidente y sin ceder los valores democráticos, dándoles la palabra de que también en el Este funcionaría un sistema democrático como el que funcionaba con éxito en Occidente. Esto se debió a que el pueblo de Alemania del Este carecía de la cultura democrática y estaba adoctrinado bajo la ideología soviética comunista, con años de crisis económica traducida en desempleo y pobreza, escasez de información en los medios sobre la realidad social y económica. Es algo que yo viví y no me lo contaron, viví a una hora de Hamburgo… Por ese entonces, permanecieron en la arena política y participaron de elecciones el PC y PS, que continúan participando al día de hoy; incluso participaron de las elecciones que se llevaron a cabo en Sajonia en el mes de agosto y obtuvieron casi el 20% de los votos, son la segunda fuerza en esa región, lograron formar gobierno en coalición con el SPD en algunas provincias del Este. Lamentablemente, sigue habiendo algunos comunistas con ideas extremas, antidemocráticas y antisistema, que no aceptan el orden democrático y todavía hablan de destruir el sistema, pero no están prohibidos ni proscriptos. Hay mucha gente con ideas de izquierda que es razonable, a pesar de que siga habiendo extremistas.

¿Cómo define la experiencia democrática alemana luego de 25 años de la reunificación?

La reunificación de un Estado en la situación como en la que se encontraba Alemania en ese momento era un desafío muy grande, sobre todo por la diferencia entre las dos Alemanias, que fue bien resuelta más allá de que tomó más tiempo del estipulado.

La diferencia entre ambas Alemanias era muy notoria, no solo desde lo ideológico y lo económico-financiero; la nutrición de la población y la educación era muy distinta y se encontraba en una situación muy desproporcionada. La integración era un reto gigante para Alemania como país y para la democracia como sistema de gobierno inclusivo e integrador.

En el Este lo que quedó de las industrias luego de la caída fue cerrando sus puertas por dos razones: la primera es que hubo grandes olas migratorias hacia Occidente durante el fin de la década del ochenta y la segunda es el desorden institucional sumado a la crisis económica en esas regiones, las industrias implantadas de forma artificial por los soviéticos, que en esa región se tornaron insostenibles. La capacidad del Estado alemán en la década del noventa transformó lentamente la situación con una economía de mercado social, integrando y haciéndose cargo de los desocupados y de la población en situación de pobreza.

El Gobierno de Helmut Kohl prometió un país floreciente en poco tiempo, aunque no fue así y tardó un poco más. En las provincias del Este volvieron al rol industrial y económico que tenían antes de la Segunda Guerra Mundial; tenían usinas de pensadores, tenían ingenieros, volvieron a tener las industrias que tradicionalmente conocían y dominaban, además de desarrollar el sector agropecuario.

Con el sistema democrático en pleno desarrollo y la defensa de sus valores de forma coincidente, Alemania llegó a un gran nivel de funcionamiento democrático en todo su territorio. Los debates y los consensos son la forma natural de la gestación de políticas de Estado y políticas públicas, lo que le permitió, además, desarrollarse económicamente.

Los políticos alemanes son respetados, tanto los que forman parte del Gobierno como los parlamentaristas del Bundestag y la Corte Suprema de Justicia, en el mismo sentido, que es la institución más respetada en el país.

El parlamentarismo fue el escenario de debate y consenso de la democracia en Alemania, que a través de este sistema de gobierno influyó mucho en la reunificación de la sociedad bajo estos valores pluralistas e integradores que representan de forma transparente a la sociedad en la esfera pública. Tradicionalmente, las coaliciones han sido el eslabón fundamental en la democracia alemana y no fue la excepción durante los veinticinco años desde la caída del Muro de Berlín. Desde el mismo Konrad Adenauer, quien en 1949 decidió formar un gobierno de coalición, a pesar de tener mayoría absoluta, para reforzar la democracia y darle un carácter de pluralidad a la democracia alemana, a través del debate y el consenso de ideas de forma intragubernamental, además de la discusión y el debate parlamentario.

¿Cuál es la importancia de la democracia hoy en el mundo? ¿Por qué la comunidad internacional debería poner mayor atención en casos de países con baja intensidad democrática, como lo es Venezuela?

La democracia hoy en algunos países no se encuentra estabilizada. Algunos de estos Gobiernos buscan demostrar sus puntos democráticos asociados a los derechos humanos de forma interna y en organismos internacionales como la ONU, o establecer vínculos como los que ahora establecieron Argentina y Rusia.

Lo que vemos que pasa en este momento en el mundo es un desafío porque no se puede asegurar el bienestar de una nación si no se es libre, y a largo plazo los populismos derivan en autoritarismos que terminan en crisis económicas, perjudicando a la población, sobre todo a los de bajos recursos. La democracia es la forma de gobierno que permite de forma libre la elección de los gobernantes y, a través de la libertad de información y de expresión, la elección de las políticas económicas que le conviene a todo el conjunto de la sociedad y no solo al grupo de gobernantes o el líder.

Es importante, desde mi punto de vista, que países que atraviesan largos períodos democráticos se junten y muestren mayor interés para dar mayor respaldo a los países como Rusia, que de una forma no tan pasiva, la forma de ser y de vivir la democracia entre ellos es dialogar y conversar, negociar, consensuar. Cuando hay países que no lo quieren hacer y van hacia adelante con lo que quieren, esto se transforma en un peligro. En Occidente esto tendría que ser mucho más fuerte.

En América Latina hay países como Chile y Perú que están un paso adelante en el nivel de sus democracias con respecto a otros como Venezuela o Ecuador, donde hay libertades que se encuentran notoriamente disminuidas, como la libertad de expresión y de información. Cuando el sistema político sirve solo a los políticos o a un grupo de la sociedad en particular, entonces ese sistema solo funcionará por algún tiempo, pero no se podrá sostener un por período extenso. Por lo tanto, es importante que los países democráticos de Occidente se junten más, con el objetivo de defender esa forma de convivencia, esa forma de gobierno, ese sistema político, pero no para ellos mismos, sino para la gente que vive en los países con baja intensidad democrática. En un sistema democrático se puede discutir y debatir todo, desde las políticas económicas, la distribución de los recursos, hasta la protección del medioambiente y las políticas y acciones a tomar en relación con el cambio climático; también se puede incluir a las minorías y formar coaliciones a través de las cuales consensuar las políticas de Estado que afectan a toda la sociedad e incumben a todos por igual.

Es cierto que el proceso de toma de decisiones es más largo y lleva más tiempo en el sistema democrático y que no todos tienen la paciencia. Lamentablemente, en Argentina no hay mucho consenso con los partidos que no forman parte del Gobierno e incluso se utiliza el método del decreto en lugar del diálogo.

Mis padres formaban parte del partido y sufrieron en sus profesiones y sus carrearas. Cuando era chica, me dijeron que no podría estudiar y que no iba a poder tener una educación, y todo eso finalmente lo pude lograr por la caída del muro. Pero mis padres, que hoy se encuentran en una buena situación económica, me dijeron que es preferible comer pan y tomar agua hasta el fin de mi vida, pero si se tiene siempre el poder de pensar y expresarse con libertad. Para ellos es tan importante la democracia y los valores que simboliza que nunca podrían aceptar que se ponga en riesgo esa forma de gobierno y darían la vida para que eso no suceda. A cualquier avance autoritario o totalitario, ellos se opondrían de la forma más enérgica desde el primer momento que surja.

¿Qué reflexión puede hacer sobre el aniversario n. ° 25 de la caída del Muro de Berlín y su importancia como símbolo de la democracia, como representante de KAS?

El KAS está trabajando en más de 100 países a través de oficinas en más de 80, y de programas regionales en los restantes. La mala noticia es que cerramos la oficina en Ecuador, debido a que el Gobierno exigió que mostremos los libros internos de la oficina y expliquemos a quiénes iban los fondos y el apoyo institucional de la fundación. La gente que trabaja con nosotros comparte la convicción de libertad, justicia y solidaridad, que son los principios hacia los que se orienta el trabajo de la Fundación Konrad Adenauer. Como cofundador de la CDU y primer canciller federal alemán, Konrad Adenauer (1876-1967), vinculó las tradiciones social-cristiana y liberal. Su nombre representa la reconstrucción de Alemania, su asentamiento en política exterior en una comunidad de valores transatlánticos, la visión sobre la Unión Europea y la orientación hacia la economía social de mercado. Su legado intelectual sigue siendo para nosotros tarea y obligación al mismo tiempo.

La oficina de la KAS en Argentina desde hace más de 35 años desarrolla proyectos de acuerdo con la coyuntura política y económica aportando ideas, propuestas y oportunidades de capacitación, formación y asesoría. El objetivo principal ha sido y es el fortalecimiento del sistema democrático, de sus instituciones y sus actores. En este país, el trabajo ha estado caracterizado por una fuerte y exitosa interacción con las diversas organizaciones contrapartes y una gran cantidad de personas e instituciones afines que hoy en día conforman una importante red de contactos y cooperación mutua. ◊