Las guerras no solo no han cesado, sino que se han complicado con la aparición de nuevos actores como los grupos mi­licianos del ISIS, en Oriente Medio, y Boko Haram en África. Actores con los que es imposible conectar para mediar o negociar. No es un país contra otro, una etnia contra otra, como ha ocurrido hasta hace muy poco. No tienen una patria, ni una nacionalidad, sino el objetivo común de destruir con visibilidad y violencia todo aquello que se oponga a una forma unilateral de ver el mundo. Son movimientos transnacionales y transfronterizos, y realizan acciones que resultan aberrantes para nuestros valores éti­cos, humanitarios y de respeto de los Derechos Humanos. Asesinan, secuestran niñas, promueven la mutilación geni­tal femenina, matan a la población civil. Y, especialmente provocan que este mundo sea un lugar cada vez más peli­groso e inseguro.

Los trabajadores humanitarios encuentran progresi­vamente más obstáculos para realizar su trabajo, además de la precariedad de los medios con los que cuentan. Los desplazados y refugiados sufren, por otro lado, una enorme inseguridad física, recortes en alimentación y otros bienes de primera necesidad.

I) COMENZANDO EL 5TO AÑO DE GUERRA CIVIL EN SIRIA

Ya son 11,4 millones las personas que han huido de sus casas desde que el conflicto comenzara en marzo de 2011. La masiva huida de personas de Siria ha provocado que al­gunos países como Líbano (que acoge ya a 1.161.546 de refugiados sirios) hayan visto colapsadas sus infraestructu­ras, aumentando así la tensión entre su propia población y los sirios, derivando esto, además, en medidas cada vez más restrictivas sobre la admisión de refugiados.

Turquía es el país que más refugiados acoge (1.552.839) y que más campos ha instalado: la apertura de un nuevo campo para 35.000 personas, sumaba ya un total de 24 a finales de febrero. Jordania e Irak acogen a 622.586 y 242.468 refugiados, respectivamente, en un contexto completamente inseguro debido a los conflictos armados que están teniendo lugar en este último país.

En total, se calcula que un 38% de la población refugia­da, que vive fuera de los campos, está viviendo en condi­ciones de precariedad, por debajo de los estándares míni­mos de refugio para operaciones de emergencia. Por ello, ACNUR continúa aumentando sus esfuerzos de protección y suministro de bienes básicos y coordinando el trabajo de más de cien organizaciones de ayuda en el terreno.

Durante 2014 ACNUR envió asistencia alimentaria a 1,9 millones de refugiados y miembros vulnerables de las comunidades de acogida. 966.000 personas se han bene­ficiado de la asistencia de refugio en campamentos y fuera de ellos, y un millón de personas ha recibido artículos de primera necesidad.

El informe de ACNUR “Tendencias en el primer semestre de 2014”, publicado el pasado 7 de enero, muestra que los sirios se han convertido en la mayor población de refugiados bajo el mandato de protección de ACNUR, los mismos repre­sentan, prácticamente, uno de cada cuatro de los 13 millones de refugiados mundiales que son asistidos por ACNUR.
Los niños sirios sueñan con un futuro mejor

Durante casi cuatro años, los niños de Siria han sido las principales víctimas del conflicto: ver a sus familiares y se­res queridos desaparecer o morir, sus escuelas destruidas y sus esperanzas desvanecidas los han convertido en una de las poblaciones más vulnerables afectada por esta guerra.

Además, corren el riesgo de sufrir diferentes formas de explotación, como: trabajo infantil; reclutamiento en gru­pos armados; matrimonio precoz u otros tipos de violencia de género. Casi dos millones de refugiados sirios son niños. Sin ayuda urgente, muchos de ellos no podrán recuperarse de tanta pérdida y miedo. Su futuro y el futuro de su nación están en juego.

II) LUZ PARA LOS REFUGIADOS DE IRAK

El Comité español de ACNUR y la Fundación IKEA ponen en marcha, por segundo año consecutivo, esta iniciativa solida­ria, con la que se han conseguido instalar farolas de energía solar en las calles de los campos de refugiados, así como linternas solares para el interior de las tiendas, mejorando la calidad de vida y la seguridad de sus habitantes.

El año pasado, primer año de la campaña, se recaudaron 7,7 millones de euros, de los cuales casi medio millón se recogieron gracias a la solidaridad de los clientes de las 15 tiendas de IKEA en España, suministrando una vida mejor para más de 350.000 niños y sus familias, proporcionán­doles sistemas de energía renovable, como cocinas de bajo consumo. La campaña también ha servido para formar a algunos refugiados en teoría e instalación de energía solar y ha ayudado a mejorar la calidad de la educación primaria.

“El poder de la luz”, busca instalar iluminación sosteni­ble en estos sitios, mejorando su calidad de vida, su seguri­dad, así como el acceso a los estudios de los niños y niñas de los campos de Etiopía, Chad, Bangladesh, Sudán y Jordania.

Las linternas y farolas de las calles permiten a los adultos continuar trabajando y celebrar reuniones de la comunidad después del atardecer, ya que sin iluminación artificial la vida acaba tras la puesta de sol. Gracias a este proyecto de Fundación IKEA y ACNUR se aumenta la seguridad, sobre todo de mujeres y niñas, al anochecer y se alarga la jornada ofreciendo la oportunidad de continuar con las actividades cotidianas, como salir al servicio o regresar a las tiendas de campaña, cuando ya no hay luz solar.
Colabora con los refugiados sirios: www.ayudairakysiria.org

III) EL HAMBRE EN ÁFRICA

El año pasado ACNUR, junto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), lanzaba un llamamiento pidiendo ayuda para los más de 800.000 refugiados en riesgo de insegu­ridad alimentaria. Por ello, en octubre de 2014, el Comité español de ACNUR puso en marcha la campaña “Con tu ayuda, el hambre tiene los días contados” con el objetivo de lograr el mayor apoyo posible para los proyectos de nu­trición en los campos de refugiados más afectados por esta emergencia. Gracias a la solidaridad de los socios y donan­tes puntuales, a principios de 2015 se lograba el objetivo: un millón y medio de euros.

En 2014, más de 800.000 desplazados africanos vieron reducidas sus raciones de alimentos diarias entre un 5 y un 60%. Los motivos de estos recortes han sido diversos: des­de el drástico aumento de la cifra total de personas bajo el amparo de ACNUR en todo el mundo, que en 2014 alcan­zaba los 46,3 millones; hasta la escalada de violencia en los conflictos de República Centroafricana y Sudán del Sur, que ha impedido la distribución de las raciones de alimentos con seguridad. En cualquier caso, las consecuencias de esta emergencia alimentaria eran inaceptables: más de 205.000 niños refugiados africanos con desnutrición.


Emergencia en Sudán del Sur

Se han visto obligados 637.000 sursudaneses a escapar de su país y buscar refugio en países vecinos. De ellos, 505.300 huyeron desde el 15 de diciembre de 2013. El país tiene además 1,5 millones de desplazados internos. El pasado 21 de enero, el presidente Salva Kiir y el líder opo­sitor Riek Machar firmaron un acuerdo en Arusha (Tanza­nia) para unificar el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), que previamente se encontraba dividido en tres facciones. El partido que gobierna en Tanzania, Chama Cha Mapinduzi (CCM), está mediando en las negociaciones sobre el proceso de reunificación, siendo el presidente de Tanzania, Jakaya Kikwete, el anfitrión de las negociaciones.

Asimismo, a finales de enero, más de 20 líderes juveniles que viven en el campamento de la UNMISS (La Misión de la ONU, en Sudán) y en Bentiu (en el estado de Unity), reci­bieron formación sobre la mitigación de conflictos y sobre cómo reducir los delitos en los campamentos de protección.

Esta formación se organizó en respuesta al aumento de los conflictos, la alta tasa de criminalidad y la violencia en los campamentos, e hizo hincapié en el fomento de la paz y en la promoción de líderes juveniles que potencien la misma.

Emergencia en República Centroafricana

En la República Centroafricana hay 442.500 desplazados internos desde la escalada de violencia en diciembre de 2013 hasta hoy. Aproximadamente 50.300 de ellos se en­cuentran en la capital, Bangui. Desde esa fecha, 190.500 centroafricanos llegaron a los países vecinos (República Democrática del Congo, Chad y Camerún), elevando a 431.000 la cifra total de refugiados de esa república, en países colindantes.

Durante 2014, los puentes aéreos de emergencia de ACNUR enviaron toneladas de ayuda de emergencia, sin embargo, no es suficiente. Por ello, en enero, ACNUR y 18 socios lanzaron el “Plan de Respuesta Regional” ofreciendo asistencia a los Refugiados de la República Centroafricana para el año 2015, por el cual, ACNUR y sus socios solicitan 331 millones de dólares para responder a las necesidades de protección y asistencia de los más de 460.000 refugiados centroafricanos que se calcula habría a la fecha de diciembre de 2015, de continuar la situación en los países vecinos.

Emergencia Nigeria

Nigeria registra ya más de 1.500.000 de desplazados in­ternos. En los últimos meses la campaña de terror, llevada a cabo por grupos insurgentes, se ha incrementado signi­ficativamente, extendiéndose a los países vecinos. En total, la violencia en el noreste de Nigeria ha forzado a más de 157.000 personas a huir a Níger (100.000), Camerún (40.000) y Chad (17.000).

Durante los últimos años, Nigeria ha venido haciendo frente a una insurgencia armada en los tres Estados del noreste (Adamawa, Borno y Yobe), en donde viven alrede­dor de unos 14 millones de personas.
El 14 de mayo del año 2013, el Gobierno de dicho país declaró el estado de emergencia en estos tres Estados y, rápidamente, puso en marcha varias medidas operativas para llevar a cabo una operación de contrainsurgencia. Para ese entonces, ya mi­llones de personas se habían visto afectadas, de las cuales al menos 650.000 se convirtieron en desplazadas internas en las mencionadas regiones. El secuestro, el día 14 de abril del año 2014, de más de 200 niñas en un colegio de la ciudad de Chibok, en el estado de Borno, ha llamado fi­nalmente la atención de la comunidad internacional sobre esta crisis humanitaria. ◊


 

* Alto Comisionado de Naciones Uni­das para Refugiados, 2015.

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