No es meramente una premonición meteorológica es una radiografía de la encrucijada en el que se encuentra la península italiana y que compartimos con algunos matices desde el punto que nos toca como ciudadanos italianos que viven en América del Sur.
Elecciones
En mayo pasado se celebraron elecciones en varias ciudades de Italia en las que se eligieron intendentes cuyo resultado era un tanto previsible un descenso de electores que optaron por el Partido Democrático, la coalición que Gobierna actualmente el país, y un importante crecimiento del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) logrando la victoria en varias ciudades entre ellas Roma y Turín. Sumado a esto el reciente referéndum en el Reino Unido (Britain for Exit – Brexit) ha debilitado a Italia considerada uno de los eslabones más débiles de la Unión Europea, que se ha convertido en los blancos preferidos de los mercados financieros. El mundo político y económico de la península está esperando señales de recuperación que no llegan.
Se presagiaba que el 2016 fuese el año de la ansiada recuperación, pero no ha sido así, por lo menos en el primer semestre. Estas últimas semanas han recrudecido estas sombrías perspectivas: el sector bancario está bajo presión desde hace meses uno de los emblemas del mundo bancario, el Monte dei Paschi di Siena, está en un momento de incertidumbre que se debate en las rigideces de la Unión en relación a la política en torno al Euro. En tanto que desde el punto de vista político el referéndum constitucional convocado para octubre próximo se está revelando como otro pasaje de riesgo para el ejecutivo italiano. Ante la inminencia de la consulta las fuerzas políticas con representación parlamentaria y, hasta ahora, aliadas al Partido Democrático han entrado en una nebulosa con respecto a qué hacer; acompañar o no un proyecto que cambiara radicalmente la Constitución para darle mayor estabilidad a los gobiernos italianos. Una nueva fuga de parlamentarios tendría efectos impredecibles sobre la posibilidad de mantener la mayoría en el Congreso con lo que trae aparejado para una república cuyo Presidente del Consejo está atado a los humores de los parlamentarios que, de por sí son muy volátiles.
Bloques
La actual coyuntura política italiana en términos de consensos está integrada por tres bloques electorales casi empatados entre ellos, con una pequeña ventaja del Movimiento Cinco Estrellas que en un hipotético ballotage; se impondría. El punto débil de esta agrupación política son las competencias de egos notorias y puesta de manifiesto con lo trabajoso que fue el armado del equipo que secunda a la Intendenta de Roma, Virginia Raggi.
Las internas y los métodos un tanto surrealistas en la elección de candidatos y de los equipos de gobierno no aportan certezas con respecto a las capacidades de las nuevas autoridades que hipotéticamente podrían hacerse cargo de la Nación. Ha habido intentos, hasta este momento, todos fallidos para darle una coherencia pero las lógicas internas de las distintas facciones se rebelan para no darle un perfil más orgánico y transparente a un Movimiento que tiene apetencias de gobernar Italia. En la última cita ante las urnas, en virtud del buen desempeño electoral, plantea una gran incógnita en otras formaciones políticas y de todos aquellos que esperan una Italia moderna y europea. El suceso del M5S, como es el caso de todos los partidos anti sistema, tiene responsables y son quienes no han logrado resolver los problemas de un país desigual en que la maraña burocrática, literalmente, ha bloqueado al Estado.
El segundo de los bloques es el centroizquierda que tiene pocos meses para demostrar de haber entendido la lección de las urnas italianas y del Brexit. El actual Premier, Matteo Renzi, hace dos años había generado esperanzas logrando en las elecciones europeas a encauzar hacia el Partido Democrático las esperanzas de transformación. Hoy el Presidente del Consejo tiene una nueva oportunidad para sortear el gran desafío de Italia darle un fuerte impulso a la economía sobre la base de la innovación centrada en las PyMEs.
El último de los tres bloques es la centroderecha que se debate en una lógica dañosa de internismo continuo que, no obstante, en Milán ha sabido darle un perfil moderado dándole nuevamente una impronta competitiva. En este bloque es necesaria la generación de nuevos liderazgos que vean a Europa como una oportunidad y no como un escollo como lo ha hecho la ‘vieja’ dirigencia del centroderecha italiano con anclaje en la Lega Nord.
Argentina
En la actualidad en Argentina viven casi un millón de ciudadanos italianos que usufructúan de los derechos políticos consagrados en la Constitución. En general no hay un conocimiento sobre la situación política interna de Italia no obstante lo cual ítalo-argentinos ocupan bancas; tres de las seis asignadas a Sudamérica. La politización ha comenzado muy tímidamente en el centro de nuestro país de la mano de actividades y gestiones que se están llevando adelante junto a los cada vez más asiduos contactos con agrupaciones políticas italianas que están a la búsqueda de hacer pie en Argentina. Momento bisagra por las posibilidades que contempla la articulación de convenios entre Universidades, ciudades y ONG de ambos países que tienen una carga cultural común y, por sobre todo, el interés mutuo de acercamiento que reforzara los lazos y se tendrá una real dimensión de lo que significa ejercer con responsabilidad el derecho al voto concedido por el país de nuestros antepasados.
La Pampa no está al margen de estos ‘nuevos tiempos’ que nos tiene como protagonista en cuanto a que la colectividad ha logrado poner en agenda de los Partidos políticos italianos una serie de ítems que pasan por ir más allá de la trillada promesa de las plataformas políticas de las últimas elecciones en el que el punto principal pasaba por cuestiones genéricas como la organización de cursos de idioma y cultura cuando el momento histórico es propicio para conjugar, por ejemplo, la tecnología italiana con los recursos humanos y naturales que posee Argentina. Los derechos políticos están consagrados en la Constitución Italiana el desafío de la hora son los sociales y civiles fusionándoles con los que gozamos en Argentina lo que implicaría un enriquecimiento en varias dimensiones para ambos países.