Una vez más los países árabes y sudamericanos intentaron acortar las distancias geográficas e históricas y celebraron, entre los días 1° y 2 de octubre de 2012, la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes (ASPA) en Lima, Perú. La cumbre incentiva la profundización de las relaciones políticas y comerciales Sur-Sur en el marco de una política de integración. Esta cumbre estaba programada para febrero de 2011 pero fue suspendida debido a los levantamientos populares que acontecieron en los países árabes a partir de diciembre de 2010.

En las últimas décadas ambas regiones han logrado progresos económicos y políticos significativos. La cumbre ASPA tiene como objetivo enriquecer los avances de cada bloque por medio del intercambio económico, político, cultural y social.

Los países que participaron fueron la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, por un lado, y por la Liga Árabe: Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Comoras, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Autoridad Nacional Palestina, Qatar, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen y Yibuti.

Hubo dos estados ausentes: Paraguay y Siria, los cuales están suspendidos por sus respectivos bloques regionales. En el caso de Paraguay el motivo de la suspensión es por la destitución del presidente Fernando Lugo por el parlamento Paraguayo, y en el caso de Siria por la violenta represión del gobierno de Bashar al Assad contra las protestas antigubernamentales.

La cumbre tuvo dos líneas: la política, la cual concentró a los jefes de Estado y en donde se realizaron actividades relativas a la agenda política; y la económica, en la cual se llevó a cabo el Foro Empresarial Árabe-Sudamericano en el que participaron más de setecientos empresarios árabes y sudamericanos con la intención de seguir fortaleciendo el comercio inter-regional (el cual aumentó más de un 100 % desde la primer Cumbre del ASPA en el año 2005 a la actualidad), de promover iniciativas de inversión y de trazar nuevas metas económicas.

Los acuerdos alcanzados sobre temas políticos, de cooperación económica, comercial, cultural, ambiental, tecnológica y de desarrollo social quedaron asentados en la Declaración de Lima. Los más relevantes son: el respaldo de todos los países miembros de la cumbre al pedido de Argentina a Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas Malvinas y al pedido de una negociación pacífica entre ambas partes; la emisión de un reclamo a los países desarrollados para que abandonen prácticas que obstaculizan el comercio internacional para así garantizar a los países del Hemisferio Sur un acceso más justo a las economías de mercado; comenzar con un proceso de desarme nuclear y reivindicar el derecho a los usos pacíficos de la energía nuclear; condenar a toda forma de terrorismo y de violencia religiosa, étnica y racial; el llamado al reconocimiento de Palestina como Estado y al retiro israelí de los territorios árabes ocupados; reclamar por la búsqueda de una solución pacífica a la guerra civil en Siria y oponerse a la intromisión de ejércitos extranjeros en ese país. Estos últimos dos puntos (violencia en Siria y el conflicto palestino-israelí) fueron los temas políticos centrales que se trataron en la formulación de la Declaración de Lima.

Este documento firmado por los mandatarios refleja la razón de la existencia de la cumbre ASPA, ya que la misma se define como “un foro de coordinación política entre los países de estas dos regiones, así como un mecanismo de cooperación en el ámbito de la economía, la cultura, la educación, la ciencia y la tecnología, la preservación del medio ambiente, el turismo y otros temas relevantes para el desarrollo sustentable de esos países y para contribuir a la paz mundial”1.

Es necesario resaltar la voluntad política que tuvieron los jefes de Estado para que se celebre esta cumbre luego de ser suspendida debido a las revueltas árabes. Esto nos refleja una decisión política que vela por profundizar la integración inter-regional, aumentando la cooperación birregional en diferentes áreas, promoviendo el desarrollo sustentable de ambos bloques y fortaleciendo los lazos, no sólo económicos, sino que también culturales y sociales.

La profundización de los vínculos entre ambas regiones es realmente importante ya que permite a los bloques tener más poder de decisión, poder ampliar sus márgenes de acción, tener más autonomía en la arena política internacional; y con estas herramientas poder luchar por un mundo multilateral con el objetivo común de construir un mundo más justo y con mayor igualdad entre los países.

Las dos primeras ediciones del ASPA se llevaron a cabo en Brasilia, Brasil, en el año 2005 y en Doha, Qatar, en el año 2009 y será en el 2015, en Arabia Saudita, donde se celebrará la próxima cumbre del ASPA. Es necesario resaltar que en el ínterin las negociaciones entre ambos bloques continúan activas. Ya está programada una reunión del ASPA a nivel ministerial, en Quito, Ecuador, para el año entrante, en donde se tratarán cuestiones relacionadas con la protección del medio ambiente.