Fibrillazioni, en español: fibrilaciones, es el término más reproducido en los medios de prensa italiana. Es un vocablo que proviene de la ciencia médica y que refiere a un “Trastorno en la contracción espontanea asincrónica y desordenada de las fibras musculares en especial las del corazón”. Esa palabra recurrentemente utilizada por periodistas y analistas políticos italianos para, análogamente, aplicar sobre lo que está pasando con la República de Italia desde las Elecciones Políticas del pasado 4 de marzo.

La República Italiana se encuentra en un momento extremadamente delicado y que, a tres meses vista de las elecciones, continua agravándose por ello la analogía con la que encabezamos el articulo. La semana pasada hubo un impasse tras el ensayo de acuerdo entre el Movimento Cinque Stelle (M5S) y la Lega en torno a la figura de un Jurista, Giuseppe Conte, como candidato a premier. Esta propuesta por quienes detentan la mayoría en el Parlamento y, sobre todo, la configuración de los ministerios trajo aparejados complicaciones al poner en el centro de la escena lo que es una política de Estado como lo son la Unión Europea y monetaria.

La elección del profesor Paolo Savona para el Ministerio de Economía encendió luces de alarma ante la conocida posición euro escéptica del economista al punto de que algunos analistas sostienen que había elaborado, en un par de días, un programa para salir del euro una vez llegado al Gobierno.

Ante esto el Presidente de la Republica haciendo uso de las prerrogativas taxativamente expresas en la Ley Fundamental y en línea con los tratados internacionales rubricados por Italia, veto parte de la nomina presentada para los ministerios que se reñían con las bases fundacionales de la República y el destino que inexorablemente tiene a Italia como uno de los miembros en la Unión Europea y que culturalmente es indisoluble fuera de Europa, ante lo que Conte dimitió.

La inmediata respuesta del máximo responsable del Movimento Cinque Stelle (M5S), Luigi Di Maio, fue con una temeridad inconducente el impeachement contra la primera magistratura desconociendo u haciendo caso omiso de las legítimas atribuciones que le compete al Presidente de la República. Veinticuatro horas más tarde el mismo Di Maio desistió de continuar con el impeachement y le solicitó al Presidente, Sergio Mattarella, más tiempo para intentar formar gobierno Lega-M5S. Esta alternativa, mientras el lector lee esta columna, el sainete con ribetes tragicómicos de la política italiana continúa con final abierto e incierto.

La incapacidad política manifiesta por quienes detentan la mayoría en el Parlamento en formar Gobierno, la utilización de declaraciones políticas que generan incertidumbre en los mercados hundiendo la cotización de las acciones de las empresas italianas y bonos del Estado en la Bolsa de Valores, subiendo el spread y poniendo en jaque los ahorros de los ciudadanos italianos, paralelamente al desconocimiento de los mecanismos constitucionales da pauta claras de que no están a la altura de conducir los destinos de una de las principales potencias europeas. La sumatoria de los términos de esta ecuación ha desembocado en una crisis institucional de envergadura entre el Parlamento y la Presidencia de la República. Mattarella tratando de sortear este inmovilismo convocó a Carlo Cottarelli para un nuevo Gobierno con un perfil independiente, políticamente europeísta y en línea con los principios constitucionales. De obtener los consensos en el Parlamento este Gobierno de carácter Técnico y no Político las Elecciones Políticas anticipadas serian a principio del 2019, no obstante, como están dadas las circunstancias en el seno del Congreso es poco probable que consiga los consensos por lo que no se descarta una vuelta a la urnas antes de fin del 2018.

Por estas horas frenéticas todas las vías esta abiertas. No obstante para los observadores italianos y extranjeros es imposible aventurar hipótesis atadas a un razonamiento político e institucional lógico, sobre todo teniendo en cuenta las anomalías en que Lega y M5S representan en el tradicional panorama político italiano de acuerdo a los golpes de escena a los que nos habituaron desde hace tiempo. Dos cosas son ciertas y claras: la responsabilidad con la que ha actuado el Presidente de la República Sergio Mattarella y la confianza de los ciudadanos italianos, en conjunto a los partners internacionales, depositada en la Constitución Italiana.

AUTORES

Eugenio Marino: Integrante de la Dirección del Partido Democrático Italiano, Ex-Responsable Nacional PD para el Extranjero

José Francisco Minetto: Consejero (ComItEs), Consulado Gral de Italia en Bahía Blanca, Ex-Candidato a Senador de la República de Italia (2018).

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Consejero (ComItEs), Consulado Gral de Italia en Bahía Blanca Ex-Candidato a Senador de la República de Italia (2018) Ex.-Presidente, Federación de Entidades Italianas de La Pampa Prof. en Historia en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNLPam. Realizó estudios de Historia del Arte Medieval en la Università per Stranieri di Siena año 2008. En el 2014 coordinó y tradujo las videoconferencias de los profesores Humberto Eco y Massimo Vedovelli desde la Università degli Studi di Milano y la Università per Stranieri di Siena.