El caso más resonante es el de Brasil, por su rol como líder de la región y su incidencia en el resto de los países de América Latina, no solo por su liderazgo político, sino también por el peso económico en muchos de los países. Dilma debió batallar en el ballottage con el representante de la centro derecha, Aécio Neves. El 51,64 % de la población confió en la experiencia del Partido de los Trabajadores, aunque gran parte de los votantes, incluso los que apoyaron a Rousseff en la primera vuelta de la elección, esperan cambios en las principales políticas de Estado, las orientaciones y opciones de relación de Brasil con el sistema internacional y con su entorno regional, especialmente sus relaciones con Argentina y Venezuela.
Evo Morales no tuvo problemas para imponerse con el 61,04 % de los votos y así encarar el tercer mandato de forma consecutiva, gracias a la interpretación de la justicia boliviana sobre la Constitución que permite hasta una reelección, pero fue habilitado para presentarse. Gobernará con amplia mayoría en el Congreso hasta 2020.
En Uruguay, el Frente Amplio y el Partido Nacional definirán en segunda vuelta quién gobernará el país hasta 2019. Tabaré Vázquez, por el oficialismo, se enfrentará a Luis Lacalle Pou, representante de la segunda minoría, el 30 de noviembre.
BRASIL
Dilma Rousseff obtuvo la reelección en el ballottage luego de la sorpresa en la primera vuelta. El PT iniciará el cuarto periodo consecutivo y gobernará Brasil hasta el 2019. La oposición se fortaleció y ejercerá mayor presión y control sobre el Gobierno.
Luego de un mes de octubre lleno de emociones en la política brasileña, con dos elecciones que mantuvieron en vilo a toda América Latina, Dilma consiguió ganar una elección que a lo largo de 2014 fue complicándose cada vez más.
El desempeño económico del país, con un crecimiento del PBI cercano a cero y con números de inflación en torno al 7,5% anual, algunos casos de corrupción próximos a la esfera gobernante en la empresa Petrobras y manifestaciones previas al inicio del mundial de futbol llevado a cabo en Brasil fueron algunas de las causas que minaron el camino a la victoria del PT. El último sacudón previo a las elecciones fue la muerte del candidato socialista, Eduardo Campos, en un accidente aéreo en el mes de agosto; este suceso dio paso a la irrupción de Marina Silva, ex candidata presidencial en 2010, en el escenario electoral.
Los sondeos la posicionaron como candidata al ballottage en poco tiempo. Silva dejaba al candidato Aécio Neves del PSDB en tercera posición y obligaba al PT a redireccionar los misiles hacia Silva.
La sorpresa sucedió el 5 de octubre durante el recuento de votos de la primera vuelta. El segundo lugar fue para Neves, quien obtuvo el 33,55%, muy por encima de Silva, a pesar de que en las encuestas y sondeos las semanas previas a la elección colocaban a la candidata del PSB en el ballottage, quien finalmente consiguió el 21,32% de los votos. El PT de Dilma, apadrinada por Lula, obtuvo el 41,59%, algunos puntos por encima de lo pronosticado por las encuestadoras.
El camino hacia el ballottage comenzó rápidamente luego de las elecciones del 5 de octubre. El PT debió acomodar su estrategia ya que en un principio esperaba que el tramo final de la campaña tuviese como oponente a Marina Silva con una orientación izquierdista similar a la del propio PT, para pasar a tener de oponente al candidato del PSDB, representante de la centro derecha, quien había logrado un gran caudal de votos. La primera jugada fue favorable a Aécio Neves debido al giro de Silva, quien declaró públicamente el apoyo al PSDB, por la fuerte campaña en contra que había sufrido las últimas semanas por parte del PT. Los sondeos de opinión dieron empate técnico las dos primeras semanas, aunque en la recta final Dilma Rousseff logró despegarse en las encuestas luego de los debates televisivos. Finalmente, la victoria fue para el PT, quien consiguió el 51,64% se impuso por un estrecho margen, el menor desde la reinstauración de la democracia en 1989. Solo un 3% de ventaja sobre su adversario, Aécio Neves, con el 48,36%.
Luego de la victoria, la reelecta presidenta Rousseff, en un discurso desde el bunker oficialista, se refirió a la lucha contra la corrupción, a la necesidad de una reforma política y a la urgencia en retomar la senda del crecimiento económico. Se mostró inclusive abierta al diálogo con otras fuerzas para abordar estas delicadas temáticas.
El discurso no fue de carácter proselitista, sino con claras intenciones de cerrar las divisiones abiertas por la intensidad de la campaña.
“Mis primeras palabras son un llamado a la paz y a la unión. Unión no significa necesariamente unidad de ideas. Presupone, en primer lugar, apertura y disposición al diálogo. Esta presidenta está dispuesta al diálogo y ese es mi primer compromiso para el segundo mandato: diálogo. Algunas veces en la historia los resultados apretados produjeron cambios mayores y más rápidos que las victorias amplias”.
BOLIVIA
Evo Morales obtuvo un cómodo triunfo en las elecciones presidenciales y estará al frente del ejecutivo boliviano por tercer período consecutivo. Será el presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia, 14 años ininterrumpidos.
La victoria le da a Evo Morales un tercer mandato consecutivo para el período 2015-2020, al final del cual habrá gobernado Bolivia por 14 años. El pueblo boliviano votó de forma contundente al líder socialista, quien consiguió un 61,04% de los votos. La diferencia con el segundo candidato fue muy clara. El empresario conservador Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata, consiguió un 24,49%. El tercer lugar, con un 9,07%, fue alcanzado por el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), del Partido Demócrata Cristiano, y le siguieron el exalcalde de La Paz, Juan Del Granado con el 2,72% y el líder indígena Fernando Vargas con 2,69% de los votos. Además de la presidencia, el partido de Evo, el Movimiento al Socialismo, obtuvo victorias en ocho de los nueve departamentos del país. La región amazónica de Beni le fue esquiva, fue frente a la postulación de Samuel Doria Medina, cuyo candidato a vicepresidente, Ernesto Suárez, es originario de ese departamento y tiene allí altos índices de popularidad. Evo Morales logró ganar por primera vez en el próspero departamento oriental de Santa Cruz, que históricamente ha sido propiedad de la oposición y años atrás fue también epicentro del movimiento autonomista.
Evo debió realizar una jugada político-judicial para poder aspirar a la re-reelección, en abril de 2013. La Corte Suprema de Bolivia dictaminó que la primera presidencia de Evo Morales no contaba bajo los límites de períodos constitucionales. Esta interpretación se dio debido a que la constitución fue reformada en ese período, antes de que Bolivia fuera “refundada” como el “Estado Plurinacional de Bolivia”. El 20 de mayo, el vicepresidente Álvaro García Linera firmó una ley en presencia de miembros del Congreso, miembros de las fuerzas armadas y representantes del Movimiento al Socialismo. Señaló que “el presidente Evo Morales está habilitado constitucionalmente para ser candidato a la reelección en 2015”. Esto ocurrió aún cuando Morales no había hecho ninguna declaración sobre una posible candidatura.
A diferencia de las elecciones presidenciales de Brasil y Uruguay, los bolivianos no necesitaron del ballottage, eligieron presidente en la primera vuelta, en la que Evo obtuvo la victoria con mayoría absoluta, con una diferencia del 36,5% con respecto al segundo, donde se evidenció el absoluto liderazgo de Morales con respecto a la oposición. Si bien perdió un 3,5% en relación con las elecciones de 2009, mantendrá la mayoría propia en ambas Cámaras de Congreso: 88 de 130 en Diputados y 26 de 36 en Senadores. El pueblo boliviano ha firmado un “cheque en blanco” al presidente. Evo contará con todo el poder del cargo ejecutivo en suma con gran parte del poder legislativo, a disposición de las políticas públicas de Estado que se proponga, sin necesidad de consenso con la oposición, al menos hasta 2020. Evo, durante sus dos primeros mandatos, se ha caracterizado por llevar adelante un proceso de estatizaciones y nacionalizaciones de una gran variedad de empresas como la petrolera YPFB, la mina de estaño de Huanuni y de Colquiri, se le rescindió el contrato de Aguas del Illimani y se nacionalizó Entel. Además el Estado boliviano adquirió la totalidad de la Compañía Logística de Hidrocarburos Boliviana (CLHB), compró más del 50% de las acciones de la petrolera Andina, se estatizaron las acciones de la empresa AIR BP Bolivia y las generadoras de electricidad.
URUGUAY
Ballottage: el Frente Amplio y el Partido Nacional definirán en segunda vuelta quien gobernará el país hasta 2019. Tabaré Vázquez, candidato por el oficialismo, se enfrentará a Lacalle Pou, representante de la segunda minoría, el 30 de noviembre.
El Frente Amplio dio el primer paso hacia la victoria que le daría un tercer mandato consecutivo en el gobierno del país oriental. Se impuso de forma contundente en la primera vuelta, tras las elecciones del 26 de octubre, donde el candidato oficialista y ex presidente, Tabaré Vázquez obtuvo la mayoría de los votos, el 47,8%. Sin embargo, este porcentaje no fue suficiente para obtener la presidencia en la primera vuelta. El segundo puesto quedó en manos del Partido Nacional con el candidato Lacalle Pou, quien obtuvo el 31,1% de los votos. El Partido Colorado quedó en el tercer puesto, con el 13% de los votos, con el representante Pedro Bordaberry. Mientras que el minoritario Partido Independiente alcanzó el 3% de los sufragios y logró por primera vez una banca en el Senado. A pesar de que la diferencia es muy amplia entre el primero y el segundo, se especula con una alianza entre el Partido Nacional y el Partido Colorado, lo que no dejaría al Frente Amplio con una cómoda victoria en el ballottage. Si el 100% de los votantes del Partido Colorado votara por el candidato Lacalle Pou, alcanzaría el 44,4%, pero todavía se encontraría a una distancia considerable del candidato oficialista. El panorama es poco alentador para la oposición uruguaya que ha criticado fuertemente algunas de las iniciativas progresistas llevadas a cabo por el Frente Amplio desde que asumió el gobierno en 2005, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y la legalización de la marihuana.
De cara al ballottage, Lacalle Pou asegura que daría continuidad, en términos generales, al rumbo económico que llevó a Uruguay a sostener durante una década un crecimiento superior al 5% anual y a reducir el desempleo a mínimos históricos, menor al 12% de la población económicamente activa, aunque propone mejorar la seguridad y la educación. En su plataforma propone, además, derogar la producción y venta de marihuana, una medida rechazada por la mayoría de los uruguayos, respetando la posibilidad del autocultivo. Precisamente la legalización de la marihuana, que aún no se aplica, es una de las polémicas leyes aprobadas durante la gestión de Mujica que podrían ser revisadas incluso por el oficialismo en caso de triunfar. Por el lado del ex presidente, entre 2005 y 2010, Tabaré Vázquez buscará seguir con la senda marcada desde su primera presidencia y sostenida por “Pepe” Mujica hasta la fecha, quien no se presentó en las elecciones debido a que en Uruguay la Constitución no otorga la posibilidad de reelección presidencial inmediata. La situación en el parlamento se mantendrá como la última década. El Frente Amplio logró mantener la mayoría, y en caso de que gane la segunda vuelta, no deberá formar coaliciones a la hora legislar. El resultado de la primera vuelta, a pesar de no alcanzar la mayoría absoluta de los votos, fue lo suficientemente bueno en relación con la repartición de escaños y dejó al FA sin el compromiso de buscar el consenso en cada proyecto de ley. Los uruguayos votaron para renovar a 99 diputados y 30 senadores.
Luego de la victoria, Tabaré Vázquez pronunció un discurso en el que agradeció el apoyo y además se refirió al ballottage: “Encararemos desde el día de mañana esta nueva etapa electoral y encararemos la nueva etapa en busca de la presidencia en el diálogo, en el respeto a otras fuerzas. Y más allá de las mayorías, el camino será buscar el diálogo y conocer las opiniones de otras fuerzas políticas”, dijo.