Al anticipar la fecha de la elección para jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y separarla de las elecciones nacionales de octubre, los comicios porteños tomaron una importancia aun mayor que la que ya de por si tienen. Las miradas de todo el país estarán atentas a ver quien consigue imponerse en la votación en uno de los distritos más importantes a nivel nacional. Si bien, como en ocasiones anteriores se presentan numerosos candidatos, se prevé una elección polarizada que deberá definirse en segunda vuelta. La fórmula kirchnerista, que encabeza Daniel Filmus, aparece como la única en condiciones de disputarle la elección a la formula  conformada por el actual Jefe de Gobierno Mauricio Macri que, acompañado por María Eugenia Vidal actual Ministro de Desarrollo Social,  busca la reelección.

La elección para la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene no solo importancia a nivel local sino que también despierta gran interés y cierta preocupación a escala nacional. A la vez que marcará una pauta relativa del desempeño del electorado porteño de cara a octubre, para el entorno de la Presidenta se trata de una buena medida de evaluación en un distrito históricamente muy adverso para el justicialismo.

El frente para la Victoria (FpV) busca ganar la elección para potenciar el poder del gobierno nacional y afianzar el modelo que viene desarrollando desde 2003 allí donde ha tenido mayor oposición a lo largo de todos esos años. En las elecciones de 2007 cuando  Cristina Fernández de Kirchner  obtuvo una amplia victoria a nivel nacional y el FpV tuvo un gran desempeño a nivel provincial en general ganando las gobernaciones de Buenos Aires, Córdoba, San Juan y Santa Cruz, en la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri se impuso  con cierta comodidad en la segunda vuelta sobre el candidato de Néstor Kirchner,  Daniel Filmus, el mismo oponente para los comicios de este año.

Dos años después,  en 2009 aún cuando el machismo sufrió una caída en el porcentaje de votos obtenidos, de todas formas también resultó ganador de la elección de medio término para la renovación parcial de las bancas en el poder legislativo porteño.

De todas maneras, esa diferencia de votos no se tradujo en un crecimiento de la lista kirchnerista, que obtuvo el cuarto lugar por detrás de la lista encabezada por Pino Solanas y del Acuerdo Cívico y Social.

El volantazo de Macri en la ciudad y la postergación del  proyecto nacional

Para Mauricio Macri ganar la elección del 10 de julio y en su defecto la segunda vuelta prevista para el 31 de julio y obtener la reelección resulta fundamental no solo a nivel local para reafirmar lo hecho en los últimos cuatro años, sino también de cara al nacional para  potenciar el crecimiento de su partido. Recordemos que ya desde 2009 se especulaba con la candidatura del Jefe de Gobierno porteño a la presidencia y que en los últimos meses bajo su candidatura para buscar la reelección en la ciudad. Evidentemente el escenario previsible no resultaba el mas favorable para competir contra el aparato kirchnerista que respalda a una Presidenta que ha mejorado su imagen notablemente en los últimos 10 meses.

Propuesta Republicana (PRO) es un partido todavía muy nuevo y con bases solidas únicamente en la ciudad por lo que resultaría muy difícil conseguir una buena elección a nivel nacional a menos que lograra establecer acuerdos con otras fuerzas de oposición. La opción de construir un frente de oposición a nivel país para enfrentar al oficialismo resultó una alternativa valida pero traía consigo numerosas complicaciones, por lo tanto Macri se inclinó por la opción más segura. Decidió  presentarse en busca de la reelección en capital y lleva un candidato alternativo para representar a su partido en octubre.

De esta forma aumenta las posibilidades de conseguir una victoria y afianzar su dominio en la ciudad para,  desde allí,   apuntar a la consolidación del partido a escala nacional de cara al futuro.

Este cambio de estrategia sobre la marcha le evita un doble disgusto y lo mantiene como un importante referente político: en cambio, en caso de presentarse en octubre a competir por la presidencia sin un aliado fuerte con  presencia a nivel nacional, Macri se expondría a una derrota segura que implicaría al mismo tiempo no solo  poner  en riesgo la continuidad del PRO al frente de la ciudad sino también desprestigiar su imagen. Sin su principal figura, el PRO hubiera perdido un importante número de votos con las posibles candidaturas de Gabriela Michetti o de  Horacio Rodriguez Larreta, y de ese modo, el escenario de cara a un posible ballotage seria muy complicado.

El aparato construido por el PRO desde la ciudad no le permite a Macri competir por la presidencia ya que debe enfrentar a un aparato kirchnerista muy consolidado en los últimos años en todo el país. Por eso, las posibilidades son nulas si no se establecen acuerdos con otras fuerzas. Mucho se habló sobre posibles alianzas en los últimos meses pero a la hora de las negociaciones es muy difícil establecer acuerdos para integrar fórmulas y demás acuerdos. Macri no estaría dispuesto de ninguna manera a apoyar una fórmula en la que el no sea candidato a presidente. De esta forma se hace muy difícil conformar un frente opositor común para competir con el oficialismo. De este modo, una probable victoria en la Ciudad de Buenos Aires le permite a Macri terminar de consolidar su liderazgo en el distrito y utilizarlo como plataforma para las elecciones presidenciales de 2015, cuando  Cristina Kirchner, en caso de ser reelecta en octubre, no habrá de estar en condiciones de presentarse y se abran con ello nuevas posibilidades para un abanico de candidatos.

Frente a ese panorama intentará establecer  bases en distintas ciudades y provincias para construir un aparato mas solido a nivel nacional. Con ese objetivo en mente es que de a poco comienza a presentar listas propias en otros distritos, no con el propósito inmediato de conseguir grandes elecciones sino como estrategia para ir ocupando nuevos espacios, como es el caso de la provincia de Santa Fe.

Filmus, la esperanza de Cristina

La fórmula elegida por la Presidenta de la Nación para representar al FpV en la Ciudad de Buenos Aires busca conseguir por primera vez para el peronismo desde 1995 tras la reforma de la Constitución, una victoria en el distrito porteño. Dejado de lado Amado Boudou, una de las alternativas que se manejaban desde la Casa Rosada para presentar como candidato, Cristina Fernández de Kirchner optó por Daniel Filmus y  Carlos Tomada,  con la intención conformar una fórmula fuerte que puede competir con la figura de Macri. Para eso puso a disposición todo el aparato partidario en busca de afianzar el modelo nacional en un distrito muy esquivo para el kirchnerismo. Con la posibilidad latente de una reelección a nivel nacional y un dominio claro en la Provincia de Buenos Aires, una posible victoria en la ciudad terminaría de afianzar el modelo que viene haciéndose fuerte en todo el país y brindaría al gobierno nacional un margen muy amplio de maniobra sin tener que enfrentar las trabas y los desencuentros que tuvo durante el último periodo con Macri al frente de la ciudad.

Al mismo tiempo, pondría un freno al crecimiento del PRO y postergaría las aspiraciones de Macri para consolidar un proyecto a nivel nacional desde la ciudad.

Para acompañar a Filmus, la Presidenta se decidió por el actual Ministro de Trabajo, Empleo  y Seguridad Social de la Nación, Carlos Tomada un hombre de confianza de la Presidenta  y  que acompaña al gobierno desde 2003 cuando formaba parte del gabinete de Néstor Kirchner.

Tras definirse la candidatura en las últimas semanas Filmus se dedicó de lleno a su campaña electoral. A fin de poder enfrentar al PRO, el candidato kirchnerista debía intentar a polarizar la votación para intentar quedarse con todo el electorado que se muestra desconforme con la gestión de Macri.  Además, había de dirigirse sobre aquellos temas con los que tuvo más dificultades y recibió más críticas en los últimos cuatro años; su discurso incluyó principalmente  los temas de seguridad y de educación.

Los problemas con los sectores estudiantiles sobre todo a nivel secundario han sido un dolor de cabeza para el PRO. Se le ha criticado asimismo la falta de presencia del gobierno en todos los ámbitos, la inacción en muchos temas que le importan a la opinión publica. Allí es donde apunta Filmus para disputarle la elección. Su mayor dificultad de cara a la segunda vuelta será conseguir votos de otros partidos; se estipula que los votos de varios partidos como los de López Murphy, Estensoro y hasta Giudici la candidata de la Unión Cívica Radical llevaran sus votos hacia el lado de Macri. Sumando esos porcentajes, de acuerdo a las predicciones, Macri estaría muy cerca de obtener la victoria en el ballotage.

El escenario de ballotage y el rol de Pino Solanas

Con la presencia de Macri en la lista el panorama previsto hace unos meses cambia considerablemente y la mayoría de las encuestas dan al PRO como seguro ganador de la primera vuelta y con muchas posibilidades de conseguir la reelección en el ballotage frente a la formula elegida por Cristina Fernández de Kirchner, Filmus – Tomada.

Así planteado el escenario para una segunda vuelta, el PRO y el FpV quedarán por disputarse los votos del resto de los candidatos en busca de conseguir la diferencia que les permita ganar la elección. En este contexto es donde cobra fuerza la figura de Fernando Pino Solanas fundador y principal figura de Proyecto Sur. Así como ocurrió con Macri, Pino Solanas también se había preparado durante el último año para competir en las elecciones de octubre por la presidencia y decidió finalmente correrse a la elección porteña. Si bien es un candidato que viene creciendo y realizó una muy buena elección en la elecciones de 2009 obteniendo un 24 % ubicarse en segundo lugar por encima del Acuerdo Cívico y Social y del Frente para la Victoria, para esta elección aparece como una tercera fuerza lejos de los otros dos candidatos.

De todas formas el caudal de votos que Solanas puede sacar en la primera vuelta puede ser la clave que defina el ballotage e incline la votación hacia un lado o el otro. Entonces pasa a cobrar mayor importancia de cara al 31 de julio el rol y la postura que tome el líder del Proyecto Sur y como se llevarán a cabo las negociaciones y los acuerdos para conseguir que incline a su electorado hacia algún lado. Solanas se ha mostrado en los últimos años muy critico del gobierno nacional y del modelo kirchnerista. Pero también es muy critico de la gestión de Macri en la ciudad y a lo largo de su campaña se ha mostrado como el rival de cara a las elecciones. Entonces no resulta claro hacia donde podrían girar los votos de Pino Solanas; si fueran para el PRO entonces se puede hablar de una victoria segura para Macri que según las previsiones podría lograr más del 50% de los votos entre sus votantes y los de Proyecto Sur, sin contar al resto de las fuerzas menores que son opositoras al gobierno nacional. Ahora bien, en el caso que Solanas se incline por la fórmula de Filmus o como es de prever le de independencia a sus votantes, la ecuación pueden variar.

En ese caso puede imponerse un voto castigo a la gestión Macri en los últimos cuatro años en la ciudad y de esa forma emparejar la votación.

El resto de los candidatos no se presentan como alternativas fuertes capaces de obtener un porcentaje significativo de votos que los posicione como elementos de negociación y chantaje frente a los principales candidatos. De tal modo, además de lo que suceda con los electores de Pino Solanas, de cara a una segunda vuelta muy pareja, ambos candidatos deben apuntar a convencer a un pequeño porcentaje de votantes independientes que pueden en última instancia, terminar de decidir la votación.