Debe destacarse que la RSE va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas, dando por supuesto su respeto y su estricto cumplimiento. En este sentido, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medio ambiente son el punto de partida con la responsabilidad ambiental. El cumplimiento de estas normativas básicas no se corresponde con la RSE, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe cumplir por el simple hecho de realizar su actividad.

Bajo este concepto de administración y de management se engloban un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental.

Dentro de esta coyuntura, es que varios países a nivel mundial implementaron o están en vías de implementar programas de RSE tendientes a disminuir el impacto que las empresas tienen en la sociedad. En el presente artículo se presentarán, en primer lugar los antecedentes de introducción de estos programas en las empresas, y luego se analizarán tanto el rol de la empresa como del individuo. A continuación se expondrá la importancia de la RSE como un nuevo modelo de gestión y administración y seguido el caso de Chile, un ejemplo a seguir. Por último, antes de presentar las consideraciones finales, se realizará una breve reseña de la situación de estos programas en Argentina.

ANTECEDENTES

Uno de los legados más importantes del siglo XX ha sido la consolidación de distintas organizaciones sociales, las cuales llevaron a la economía a un punto en el cual no solo se demostró la existencia de distorsiones en el mercado, sino que también activó mecanismos para solucionar dichas desviaciones.

Estas entidades sociales o los individuos que la componen sirven o sirvieron como alternativa para estructurar diversos trabajos orientados a solucionar estas discrepancias generadas por el mercado. El resultado revela que los principales actores en este campo de trabajo son:

1 Organizaciones públicas y/o instituciones gubernamentales (ente regulador).

2 Organizaciones privadas con fines de lucro (pymes y macroempresas).

3 Organizaciones privadas sin fines de lucro (individuos y/o asociaciones).También se las conoce como ONG (Organismos No Gubernamentales).

Si bien dichas organizaciones son independientes entre sí, para que funcione la dinámica en la que se enfoca la solución de problemas de mercado, las mismas deben concatenarse, y tener actividades en común, tal como se observa en la siguiente gráfica.

La desagregación que muestra la figura responde principalmente a la idea de clasificar a las organizaciones de acuerdo a su función dentro de una sociedad. Así, en el sentido más amplio de su definición, tenemos que las organizaciones públicas tienen como necesidad propia la solución de problemas económicos y/o legales entre las partes. Por otra parte, las organizaciones privadas con fines de lucro son los grandes concentradores de la riqueza económica de una sociedad, dado su funcionamiento e interacción propia con el mercado.

Por último, las organizaciones públicas sin fines de lucro tienen la tarea de monitorear, observar, analizar y proponer correcciones a las distorsiones sociales que las interacciones de los otros dos grupos de empresas generan.

En este sentido, debe destacarse que si bien en el pasado se ha identificado este problema, no se han propuesto medidas eficientes tendientes a solucionar las desviaciones y fricciones entre los distintos componentes de una economía. Y es de esta forma como con el transcurso del tiempo se generaron planes en los cuales siempre alguno de los componentes se veía perjudicado.

La RSE busca superar las desviaciones del accionar diario de una sociedad y propone la corrección de la misma, sin que ninguna de las partes se vea perjudicada, es decir, soluciona el problema que muchos autores designan como la “triscordialidad”.

Si bien dichas organizaciones son independientes entre sí, para que funcione la dinámica en la que se enfoca la solución de problemas de mercado, las mismas deben concatenarse, y tener actividades en común, tal como se observa en la siguiente gráfica.

La desagregación que muestra la figura responde principalmente a la idea de clasificar a las organizaciones de acuerdo a su función dentro de una sociedad. Así, en el sentido más amplio de su definición, tenemos que las organizaciones públicas tienen como necesidad propia la solución de problemas económicos y/o legales entre las partes. Por otra parte, las organizaciones privadas con fines de lucro son los grandes concentradores de la riqueza económica de una sociedad, dado su funcionamiento e interacción propia con el mercado. Por último, las organizaciones públicas sin fines de lucro tienen la tarea de monitorear, observar, analizar y proponer correcciones a las distorsiones sociales que las interacciones de los otros dos grupos de empresas generan.

En este sentido, debe destacarse que si bien en el pasado se ha identificado este problema, no se han propuesto medidas eficientes tendientes a solucionar las desviaciones y fricciones entre los distintos componentes de una economía. Y es de esta forma como con el transcurso del tiempo se generaron planes en los cuales siempre alguno de los componentes se veía perjudicado.

La RSE busca superar las desviaciones del accionar diario de una sociedad y propone la corrección de la misma, sin que ninguna de las partes se vea perjudicada, es decir, soluciona el problema que muchos autores designan como la “triscordialidad”.

EL NUEVO ROL DE LA EMPRESA

En los últimos años, el rol de la empresa ha dado un giro completo, respecto de lo que se conoce como la empresa tradicional. En la mayor parte de los países de América del Sur, por ejemplo, la visión popular de la empresa es la de producir y proveer productos que el mercado demande y la de cumplir con su objetivo original de acumular beneficios económicos que se trasladen a la sociedad como compensación a través del pago de impuestos.

La nueva situación global, que se inició a comienzo de la década del ‘90, llevó a las empresas a globalizarse y como consecuencia de esto, a una mayor concentración del poder económico, lo que produjo una disminución en las facultades del Estado como ente regulador, y una pérdida del poder de las organizaciones sin fines de lucro o del individuo tradicional a la hora de defender sus derechos. Por otro lado, si bien las empresas entraron en un período de cambios drásticos en su inserción en los mercados internacionales, debido a los cambios radicales producidos por el nuevo orden mundial, esto trajo aparejado problemas para las mismas, ya que las mismas se volvieron más notorias a los ojos de los individuos o de las organizaciones sin fines de lucro, lo que generó que el efecto descripto se vuelva más notorio.

EL PAPEL DEL INDIVIDUO

Debido a los cambios que sufrió el escenario internacional tras la caída del comunismo y con el inicio de la globalización financiera, el individuo comenzó a jugar un nuevo rol en esta nueva sociedad emergente. Con el transcurso del tiempo, el mismo tomó conciencia que perdió poder frente a las grandes corporaciones, lo que lo llevó a unirse en asociaciones sin fines de lucro, las cuales le permiten defender sus derechos frente a los nuevos centros de poder económico surgidos tras estos cambios acontecidos en el panorama mundial. En este contexto, las organizaciones sin fines de lucro intentan recuperar el espacio perdido, no solo por individuos dispersos, sino que también por consumidores concentrados que buscan no perder su poder de decisión y, sobre todo, su bienestar y satisfacción. Esto lleva a las organizaciones sin fines de lucro y a las empresas a cooperar entre sí, a fin de equilibrar las fuerzas de poder inherentes a este nuevo escenario.

UN NUEVO MODELO DE GESTION Y ADMINISTRACION

En la actualidad existen distintos acuerdos entre los actores mencionados, los cuales buscan encuadrar sus actividades sin generar fricciones con los demás agentes sociales de una comunidad.

A raíz de estos cambios, se generaron distintos modelos teóricos que intentan reflejar y solucionar las discrepancias existentes. El principal conflicto que enfrentan estos modelos es la falta de confianza a la hora de que alguna de las partes incumpla con los acuerdos firmados.

¿Entonces, en qué medida los organismos públicos son capaces de generar confianza y velar porque los actores firmantes de los acuerdos cumplan con lo firmado?

El primero de los puntos a tener en cuenta para entender la desconfianza de las empresas en participar de un programa de RSE, es el de cuantificar el aporte, considerado en términos amplios, por parte de la empresa. Aportes que no solo signifiquen desembolsos desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista social como pueden ser obras, áreas de educación física, espacios verde de uso público, etc. En base a este punto, el otro problema que aleja a las empresas, es que no reciben por parte del organismo público, es decir del Estado según los modelos tradicionales, una compensación que estimule el accionar social de la empresa.

El segundo punto en cuestión es la formación de los individuos que trabajan en las empresas. De los estudios realizados en diferentes países de la región, se concluyó que pocos empleados conocían el concepto de RSE y mucho menos, que la mayoría de los mismos ni siquiera tenían en cuenta el daño que ejercían sobre los demás actores económicos. Si bien en la actualidad este punto tiende a corregirse mediante capacitaciones y programas de organismos públicos destinados a que tanto las empresas como los empleados tomen conciencia de esto, aun falta un largo camino por recorrer.

Tercero y último, existe el problema de la gobernanza del programa de RSE. El mismo necesita siempre de un organismo de control que se encargue de generar equidad entre los distintos agentes económicos actuantes en la sociedad.

Como caso de estudio, a fin de presentar un modelo exitoso en el ámbito de implementación de programas de RSE, se presentará la experiencia chilena. Existe una gran diversidad de programas de este tipo que se han llevado a cabo en el país trasandino, y se observa que el organismo de control no siempre ha sido el Estado Nacional, sino que en ciertos casos esta tarea es llevada a cabo por las cámaras industriales. En el caso de la producción vitivinícola de alta gama, el órgano de control es la unión “I+D consorcio de Vinos de Chile”, organismo que representa a los distintos productores en el exterior y que además actúa como consorcio de innovación para todo el sector.

PROGRAMAS DE RSE EN CHILE, UN EJEMPLO A SEGUIR

El programa de RSE en Chile es ampliamente reconocido a nivel mundial, no solo por su eficiencia a la hora de control de la equidad de los actores, sino también por los alcances que el mismo ha obtenido. El desarrollo de estos programas responde a metas, los cuales además de trabajar en la interacción con los diferentes individuos, tal como se mencionó con anterioridad, también buscan mejorar los aspectos intra-empresa.

De esta manera, se encuentra que el programa contempla la realización de un cuestionario de preguntas como hoja de ruta, la cual permite a la empresa alcanzar una certificación con reconocimiento internacional y les permite a los productores la inserción de sus productos en los mercados internacionales con mayor facilidad. Esta certificación le genera a la empresa importantes ahorros tanto de representación en ferias internacionales como así también en el envió de mercadería para ser testeada por los futuros compradores y, por otra parte, es necesario destacar un punto fundamental: otorga la transferencia de tecnología de punta.

Como se mencionó entonces, para alcanzar esta certificación la empresa debe completar un check-list, el cual comprende tres áreas: un área roja, donde se revisa la eficiencia productiva de la empresa en busca de viabilidad económica, un área verde en la cual se abarcan temas más específicos, como la prevención de la contaminación de los recursos naturales, es decir, un área de sustentabilidad ambiental y un área naranja que contempla tareas tales como la calidad de vida de los individuos, marketing, compromiso de las empresas hacia los consumidores y la ética de la empresa. En resumen, este programa alcanza las siguientes áreas de interacción de una empresapara el financiamiento.

El diseño administrativo de los programas de RSE emplea un sistema de gobernabilidad que es responsabilidad primaria del organismo de control y que trabaja bajo de un código de ética que permiteentre otros:

1 Planificar, desarrollar implementar, operar y mantener un sistema de gestión empresarial orientado a la sustentabilidad.

2 Minimizar los posibles impactos sociales, ambientales derivados de la producción y/o distribución del producto final.

3 Guiar equitativamente ya sea dentro de la empresa, como así entre empresas (proveedores, clientes, etc.), las relaciones laborales

4 Mejorar la comunicación con sus clientes, proveedores y partes interesadas en la cadena productiva.

Este sistema de RSE es el llevado adelante por “I+D consorcio de Vinos de Chile”, el cual puede ser replicado con facilidad no sólo a nivel inter-sectorial en una economía, sino que además alcanza de manera equitativa a todas las empresas del sector, independientemente si se trata de Pymes o grandes empresas transnacionales. Para el ejemplo del consorcio de innovación mencionado, el cumplimiento de ciertas metas les otorga a las empresas la posibilidad de usar la marca país.

En el marco institucional descripto, el programa de RSE implementado en el país transandino tiene como objetivos generar los siguientes impactos:

1 Mejorar la imagen y generar una mayor confianza en los mercados.

2 Aumentar las ventas e introducir las mismas a mercado cada vez más exigentes desde el punto de vista de la calidad.

3 Mejorar la productividad en término de costo beneficio de las empresas.

4 Disminuir el riesgo de inversión.

5 Mejorar la calidad final del producto.

6 Disminuir la vulnerabilidad final de la industria.

7 Mejorar las relaciones con la comunidad y con los individuos que la componen.

Si bien los objetivos planteados pueden considerarse ambiciosos, hay que considerar el trabajo continuo que se ha venido realizando en dicha temática, y si bien no se han generado aun todos los impactos enumerados, no cabe duda que en el transcurso de los años, los programas completarán de manera exitosa todas sus fases.

LA RSE EN ARGENTINA

El tema de la RSE comenzó a desarrollarse en los últimos años más como una moda importada del exterior, que como el reconocimiento cierto de las ventajas que un programa de estas características trae aparejado para la producción y comercialización de los bienes y servicios.

Si bien todavía no existen programas bien definidos como si hay en Chile, Colombia o en países de Europa o Centroamérica, debe destacarse que los diferentes actores del mercado comienzan a realizar esfuerzos para interiorizarse del tema y ver la potencialidad del desarrollo del mismo en el país.

De todos los sectores económicos de nuestro país, el que comenzó a generar algún plan, si bien no estrictamente de RSE, pero si de responsabilidad social, es el bancario. Si bien el sistema bancario no busca, al menos por el momento, llevar a cabo un programa tan ambicioso como los programas de RSE implementados en Chile, si busca superar las discrepancias entre los distintos actores económicos. Es así que en los últimos años los bancos desarrollaron códigos de ética con la finalidad de solucionar aspectos ásperos de la interacción entre cliente-banco.

Considerando el gran sector de las pequeñas y medianas empresas, el sistema de RSE no se encuentra desarrollado como si lo está en otros países y como se mencionó con anterioridad, estos programas, por ahora, solo aparecen en algunas empresas grandes y en ciertos estudios universitarios, a nivel más teórico – normativo (más “lo que debería ser” que “lo que es”).

En el escenario descripto, el principal problema que enfrentan las Pymes en el país es la falta de un interlocutor serio que plantee, no solo la necesidad de un programa de RSE, sino que además lo impulse desde los diferentes estamentos sociales y políticos, para que el o los programas de RSE se desarrollen y alcancen la eficiencia deseada o buscada. Y esto es de suma importancia, ya que gran parte de los ingresos económicos del país son generados por la actividad económica realizada de las Pymes, por lo que resulta desconcertante el desinterés que presenta el gobierno nacional y las distintas cámaras industriales a la hora de desarrollar programas de este tipo. La decisión de hacer negocios rentables, de forma ética y basados en la legalidad es realmente estratégico.

MANTENER LA RSE COMO POLÍTICA EMPRESARIAL

A modo de conclusión, es posible afirmar que el desarrollo de los programas de RSE no es sólo una moda pasajera. Estas nuevas nociones de comportamiento de las empresas, como un agente social más y ya no sólo como una unidad de producción aislada, significan el desarrollo de un plan real que incentive a las mismas a formar parte de estos programas, buscando de esta forma generar beneficios para todos los actores.

Por otra parte, existe la noción tradicional de que los programas de RSE solo buscan la eficiencia desde el punto de vista ambiental. Tal como se ha presentado en el presente artículo, puede notarse que esto es sólo una arista de una figura mucho más compleja: los mismos buscan generar mecanismos reales de inserción en los mercados, eficiencia en la producción, generación de puestos de trabajo y, sobre todo, busca generar beneficio para todos los actores involucrados, no solo beneficio para la empresa.

Por ultimo cabe recordar que, en un plan de RSE eficiente, parte del beneficio economico obtenido por la empresa debe volver a la sociedad en forma de obras, puesto de trabajo y bajo cualquier otro mecanismo que las empresas consideren necesarios: hay una postura activa sobre al impacto de sus operaciones.