El caso de Argentina y Chile

Debido a la importancia de estas empresas en términos de producto como de empleo, es preciso que puedan contar con los recursos necesarios para realizar actividades de investigación y desarrollo (I+D), y en este escenario, debe considerarse que la mejor alternativa son los instrumentos de articulación público – privado que permiten, no sólo aumentar la producción de las Pymes, sino que éstas logren mayor competitividad para insertarse en los mercados internacionales, a través de las ventajas competitivas dinámicas generadas por el proceso de aprendizaje ligado al contenido tecnológico incorporado a los bienes.

En este sentido, es importante destacar la articulación entre ambos sectores, ya que se generan incentivos tanto para el sector público, que aporta parte de los recursos y en el mediano plazo obtiene beneficios que se traducen en mejores indicadores económicos; como para el privado, que financia el proceso de innovación, solo en parte, pero se compromete a realizar un proyecto de I+D de largo plazo, que no podría financiar por sí mismo. Cuando en lugar de tratarse de programas de articulación entre ambos sectores, el sector público solo se dedica a otorgar créditos a tasas preferenciales, se diluye, al menos en forma parcial, el incentivo por parte de las empresas privadas en canalizar los recursos en actividades que correspondan exclusivamente a I+D, debido a que cuentan también con otras necesidades, y al no tratarse de programas de cooperación, no se encuentran ligados al control del uso de los recursos.

FINANCIAMIENTO DE PROYECTOS DE INNOVACION

Aunque son las principales productoras de bienes y servicios y generadoras de puestos de trabajo, las Pymes carecen de igualdad de oportunidades frente a las grandes empresas para acceder a créditos subsidiados, con el objetivo de volcar esos fondos a los proyectos de innovación. En este contexto de escaso financiamiento, las mismas se encuentran con severas restricciones para competir en el mercado interno con las empresas de mayor tamaño, y a su vez les resulta aún más dificultoso hacerlo en el plano internacional.

El progreso tecnológico constituye un factor de vital importancia al momento de evaluar la trayectoria del ciclo económico.

Por un lado, las Pymes que invierten en I+D obtienen rentabilidades superiores a la media del sector, lo que les permite profundizar aún más el proceso de innovación y proveer al mercado una amplia gama de productos, compitiendo en forma directa con el resto pero con la ventaja tecnológica incorporada a sus productos; mientras que por otro lado, se producen “spillovers” (efecto derrame) sobre el resto de la economía, puesto que cuanto mayor sea la magnitud de la innovación realizada por las Pymes, mayores serán los efectos sobre los indicadores económicos.

Asimismo, es importante destacar que las actividades de I+D permiten no sólo un crecimiento de la economía en términos de aumento del PBI, sino también un desarrollo más amplio, sostenible en el largo plazo. Es por eso que el sector público debe fomentar la innovación a través de programas de financiamiento que permitan obtener los fondos necesarios, a través del otorgamiento de subsidios sin reembolso o de créditos a tasas reducidas, con el fin de que a mediano plazo, el repago de estos últimos pueda realizarse sin sobresaltos.

No obstante, para que realmente exista innovación, es indispensable que las empresas adquieran bienes de capital de última generación y disponer de un espacio productivo acorde a los mismos, con la finalidad de agregar valor y diversificar la estructura productiva. Sin estos elementos, por más que las Pymes realicen proyectos de inversión, los mismos no serán considerados procesos de innovación.

Sin embargo, uno de los inconvenientes que se les presentan a estas empresas a la hora de evaluar si cumplen con los requisitos para al financiamiento, son las insuficientes garantías de que disponen. Dicho de otro modo, puesto que los bancos o entidades financieras no disponen de información sobre el riesgo que las Pymes representan, deben soportar una mayor prima de riesgo de insolvencia, por lo tanto, el acceso al crédito es un freno para incrementar o mejorar su actividad productiva y por consiguiente, del de la economía en su conjunto.

Debido a la existencia de estos problemas en la asignación óptima de recursos, existen diversas instituciones para fomentar la innovación en las Pymes. Entre estas se encuentran las agencias de promoción que actúan en distintas áreas, siendo las más frecuentes el fomento a la creación de empresas y el apoyo para realizar innovaciones, introducir mejoras de gestión, exportar, trabajar en asociatividad, facilitar el acceso al crédito, junto con la entrega de servicios de asistencia técnica y capacitación. En algunos casos, incluso, se lleva a cabo una estrategia más integral que comprende, además de medidas para canalizar recursos, una serie de servicios a las empresas para mejorar el acceso al crédito, complementando la asistencia financiera con asistencia técnica.

EL CASO DE ARGENTINA Y CHILE

En este apartado se presentarán los principales programas de financiamiento a las Pymes en Argentina y Chile. Como se podrá apreciar a continuación, los mismos tienen un perfil muy diferente: mientras en Argentina el otorgamiento de recursos se concentra en créditos a tasas diferenciales, lo cual genera que en el mediano plazo todo el costo recaiga sobre las Pymes, en Chile se privilegian los mecanismos de cooperación público-privado, en los cuales los costos son compartidos entre ambos sectores beneficiados por la implementación de procesos de innovación. Estos últimos mecanismos generan, en el largo plazo, mayores beneficios en términos de implementación exitosa de I+D y de desarrollo y diversificación productiva.

EL CASO ARGENTINO

El gobierno nacional ha lanzado un programa de créditos para la inversión productiva. Este cuenta con la intermediación de los bancos comerciales, a los que se obliga a destinar un 5% de sus depósitos en otorgar préstamos a tasa subsidiada. Las Pymes, en especial aquellas del complejo agroalimentario, reciben parte de esos fondos con el objetivo de impulsar aquellas industrias que tengan entre sus metas añadir valor a la producción agropecuaria, generándose así un efecto derrame sobre el resto de la economía. De esta manera, los créditos buscan aumentar la producción interna para sustituir ciertos productos importados, cuyo ingreso al país contribuiría a incrementar aún más la salida de divisas. Asimismo, el fomento de estas manufacturas de origen agropecuario deriva en un mayor nivel de empleo y producción interna, en detrimento de la oferta internacional.

Para paliar parte de los inconvenientes que se presentan en el mercado financiero, las Pymes disponen de diversos programas de financiamiento impulsados por la Secretaría de Pymes y Desarrollo Regional (Sepyme), dependiente del Ministerio de Industria de la Nación. Dichos programas se dividen según los diferentes objetivos con los que cuentan: por un lado se encuentran aquellos que consisten en mejorar las condiciones de acceso; por el otro figuran los que reducen el costo crediticio.

En línea con estos programas, el Ministerio de Industria, a través de la línea Sepyme, estableció la ampliación de fondos para brindarle a las Pymes financiamiento para sus inversiones productivas de hasta 3 millones de pesos, y los mismos cuentan con diversos objetivos:

Fondo Nacional de Desarrollo para la Micro, Pequeña y Mediana empresa (Fonapyme)

Está destinado a empresas industriales, prestadoras de servicios industriales, agroindustriales y del sector de la minería y construcción. Este fondo va otorgando durante lo que va de 2013, 250 millones de pesos a aquellas empresas que se encuentran con serias dificultades para acceder a programas de financiamiento bancarios. En el corriente año, se presentó una sobredemanda de proyectos productivos, por lo cual el Ministerio de Industria ha tenido que desviar una parte de éstos a otros programas crediticios.

El Fonapyme destinó entre 100.000 y 3 millones de pesos (con un financiamiento máximo del 70% del proyecto) para la adquisición de bienes de bienes de capital nuevos, ampliar el espacio productivo o la construcción de una planta. Estos créditos son otorgados a tasa de interés fija del 9% nominal anual, y se exige que estas Pymes cuenten con 2 años de antigüedad como mínimo, con ventas totales anuales no superiores a: industria, minería y agroindustria: $82.200.000; servicios industriales: $28.300.000 y construcción: $37.700.000, para presentar sus proyectos de inversión a través de las Agencias de Desarrollo Productivo.

Régimen de Bonificación de Tasas: constituye una vía por la cual las Pymes pueden obtener recursos con una tasa bonificada por la Sepyme, y dependiendo de qué línea se trate puede reducirse en hasta 5 puntos. Estos convenios son llevados a cabo con diversas entidades bancarias, entre las que se encuentran el Banco de la Nación Argentina (BNA), y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) S.A, entre otros.

Nexo Pyme

Es una novedosa herramienta puesta en marcha por el Ministerio de Industria que permite conectar los proyectos de inversión de las empresas, con la oferta de créditos para fines productivos otorgados por los bancos, dentro de un marco de nuevas medidas impulsadas por el gobierno nacional en materia de financiamiento de estas empresas.

A partir de esta iniciativa, las Pymes pueden registrarse y gestionar a través de dicho Ministerio distintas formas de financiamiento que se adecuen a sus respectivos planes de inversión.

Sociedades de Garantía Recíproca (SGR)

Son sociedades cuyo objetivo es otorgar garantías a las Pymes, que en gran cantidad de ocasiones resulta un impedimento de suma importancia al momento de solicitar un crédito, puesto que pueden representar para el acreedor un riesgo imponente. Por lo tanto, estas entidades les allanan, en parte, el camino debido a que les hacen entrega de esos medios indispensables para cumplir con los requisitos que se imponen al momento de acceder a créditos.

Programa Mi Galpón

Consiste en impulsar el desarrollo de las MIPymes en todo el país a través del acceso a una unidad productiva propia. Para dicha meta, el Ministerio de Industria a través de la Secretaria de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional realiza una bonificación de una parte de la tasa de interés de aquellos créditos otorgados por la línea “Financiamiento de Inversiones de Actividades para la MIPyMe-Reg. Nº 400/23” implementada por el Banco de la Nación Argentina. El monto de crédito otorgado por dicho programa será de hasta $1.500.000, y en lo concerniente a la tasa de interés se establece que para disponer de la bonificación, las micro, pequeñas y medianas empresas deberán poseer una declaración de elegibilidad emitida por SEPYME.

EL CASO CHILENO

A diferencia del caso argentino, las Pymes chilenas cuentan con una gama más amplia de incentivos a la producción y a la innovación. El principal organismo estatal encargado del financiamiento de estas empresas es la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, la cual conforma una entidad ejecutora de las políticas gubernamentales en el ámbito del emprendimiento y la innovación, a través de herramientas e instrumentos compatibles con los lineamientos centrales de una economía social de mercado.

El objetivo principal de este organismo es el emprendimiento y la innovación para mejorar la productividad de Chile, y alcanzar posiciones de liderazgo mundial en materia de competitividad, lo que implica que la Corfo no se encarga exclusivamente del financiamiento, sino que el mismo tiene un claro sesgo hacia la innovación, el desarrollo y la competitividad, entendida en sentido dinámico.

En el marco dicha Corporación, al igual que en Argentina, también existen diferentes programas, los cuales apuntan a diversos objetivos para la inserción de las Pymes chilenas en el mercado mundial:

Crédito Corfo Micro y Pequeña Empresa

Este crédito tiene como objetivo financiar inversiones y capital de trabajo de pequeños empresarios, micro y pequeñas empresas. Se otorga a través de instituciones financieras no bancarias con recursos de Corfo. Entrega un monto máximo de UF 5.000 ($105 millones de pesos chilenos, aproximadamente), a 120 meses de plazo máximo.

Proyectos Asociativos para la Microempresa

Estos proyectos tienen como finalidad apoyar la preparación y el desarrollo de un nuevo negocio asociativo para un grupo de seis o más empresas, cuyas estrategias de negocio en común permitan instalar y fortalecer las capacidades técnicas, productivas, financieras, asociativas y de gestión del nuevo negocio, haciéndolo más rentable, competitivo y sostenible en el tiempo. Este programa entrega apoyo en dos etapas. Cofinancia hasta un 70% del costo total con un tope de $8.000.000 para la Etapa de Diagnóstico, y un 70% con límite de $40.000.000 para la Etapa de Desarrollo. En ésta última, se podrá cofinanciar hasta el 50% del costo de un Proyecto de Inversión, con un tope de $3.000.000 por beneficiario y de hasta $25.000.000 por proyecto.

Fondos de Garantía a Instituciones de Garantía Recíproca (IGR)

Este programa de financiamiento apunta a fomentar el desarrollo de las instituciones de garantía recíproca (IGR), para que estos organismos puedan garantizar créditos a micro, pequeñas y medianas empresas y, de este modo, las MIPymes logren acceder a financiamiento para sus actividades empresariales, productivas, profesionales o comerciales.

Programa Pymes Competitivas

Tiene como objetivo apoyar a grupos de 10 a 15 dueños(as) de empresas PYMES, para que disminuyan su aislamiento formando redes de colaboración, de contacto y de aprendizaje entre pares, para mejorar la competitividad de sus empresas, a través de coaching colaborativo e individual que facilitan el proceso de aprendizaje entre pares.

Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP):

Está destinado a apoyar proyectos de empresas que busquen mejorar la calidad y productividad de sus proveedores. De esta manera, la “empresa líder” o demandante debe presentar una estrategia de desarrollo para un grupo de sus empresas proveedoras, el cual debe estar compuesto por un mínimo de 10 empresas si pertenecen al sector silvoagropecuario o cinco empresas si son de otros sectores productivos.

Asimismo, existen numerosos programas no sólo orientados a las Pymes, sino a todas las empresas en general, que se enfocan exclusivamente en la I+D. Actualmente, desde la Corfo se están incentivando proyectos de innovación, a través de la “Ley de Investigación y Desarrollo”, la cual otorga beneficios impositivos a las empresas que realicen este tipo de inversiones. Esta ley tiene por objetivo contribuir a mejorar la capacidad competitiva de las empresas chilenas, al establecer un incentivo tributario para la inversión en I+D que permite a estas entidades rebajar vía impuestos de primera categoría, el 35% de los recursos destinados a dichas actividades, y de esta forma abaratar los costos de sus proyectos de mejoras tecnológicas.

CONSIDERACIONES SOBRE EL FINANCIAMIENTO

Cuando se evalúan las alternativas de financiamiento de corto plazo de las Pymes se encuentra que el sistema bancario es la opción más difundida no sólo en Argentina sino también en la mayoría de los países del mundo, puesto que las restricciones para acceder al mercado financiero son menores que las presentadas en el mercado de capitales. No obstante, en el caso de Chile los programas de cooperación público-privado realizados por la Corfo y otros organismos de fomento, son los de mayor preponderancia.

Respecto al segundo tipo de financiamiento mencionado, una de las causas más difundida sobre la imperfección del mercado de capitales es la asimetría de la información. Es por ello que debe coexistir una relación armoniosa entre estos dos sectores dinámicos de la economía, y para ello es importante que los bancos se interioricen en las necesidades de estas empresas y mejoren la información que disponen de ellas, con el fin de evitar que las entidades financieras incurran en diagnósticos erróneos sobre la solvencia o el riesgo de ciertas PYMES.

La información asimétrica entre las partes se agudiza en el caso de Pymes, debido a que éstas presentan problemas como la calidad del proyecto en términos de rentabilidad del mismo y la confiabilidad de repago, sumando a esos hechos que los bancos no disponen en sus estructuras con departamentos especializados en este tipo de empresas, por lo cual no poseen conocimiento pleno de todos los mercados.

Sin embargo, el mercado de capitales constituye otra de las vías hacia la cual puede recurrir el sector privado en busca de financiamiento puesto que capta todo el ahorro de la sociedad y lo destina al sector productivo. Conforma una solución viable para las Pymes en los países desarrollados, pero no lo es en Argentina, ni en la mayoría de los países en desarrollo. No obstante, el país debe continuar trabajando y avanzando en dicha dirección para lograr un mercado de capitales maduro capaz de canalizar los fondos excedentarios de la población y financiar los proyectos productivos de innovación de las Pymes y de esta forma generar un “círculo virtuoso” de crecimiento e I+D.

En el caso de Chile, se observa que parte importante del financiamiento a las Pymes se otorga en forma de subsidios no reembolsables, las cuales deben cumplir ciertas metas cuali-cuantitativos, como así también un régimen de transparencia en la utilización de los fondos. Esto genera mayores incentivos a implementar procesos de innovación, debido a que el costo al que se enfrentan las empresas es menor a los beneficios que éstos generarán.

La consideración de dos experiencias distintas da un marco de referencia sobre el estado actual de la política industrial de fomento a la I+D, y nuevas herramientas sobre las que trabajar, con el objetivo de avanzar en una sociedad con un mayor desarrollo productivo, en vista a los desafíos que enfrentan las Pymes a la hora de insertarse en los mercados internacionales. Es clara la necesidad de modificar la estrategia de desarrollo tecnológico hacia las pymes. Y este cambio de enfoque implica, entre otras cosas, una mayor interacción entre un conjunto de instituciones públicas que operan en distintas áreas de acción: las agencias (o ministerios), las secretarías pymes, los Ministerios de Trabajo (cuando los mismos estén implementando políticas activas de empleo). ◊

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Eliana Scialabba, Lic. en Economía (UBA), Posgrado en Economías Latinoamericanas, (CEPAL-NU), Santiago de Chile. Magíster (cand) en Economía Aplicada (UCA). Consultora, investigadora, docente UBA, UCES, UP, USAL, UB, área de expertise: macroeconomía, economía internacional, industrial y política económica. Mariana Scialabba, Lic. en Economía (UBA). Consultora, docente UBA, USAL, área de expertise: macroeconomía, economía internacional, medición del crecimiento económico.