Sudán del Sur: la masacre en el centro de protección de civiles de Malakal, un legado del fracaso de la ONU

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La Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) incumplió su mandato de salvaguarda de la población que residía en el centro de Protección de Civiles (PoC) según un informe publicado hoy por Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre mantenimiento de la paz y respuesta humanitaria al ataque que tuvo lugar los pasados 17 y 18 de febrero. Este incumplimiento se produjo a pesar de la fuerte presencia de efectivos militares  cuando el centro de las Naciones Unidas fue atacado. El análisis también muestra cómo los diferentes actores humanitarios que trabajan en el centro se encontraron con las manos atadas e incapaces de responder a las tremendas necesidades de los desplazados durante esta crisis. La normativa de seguridad de Naciones Unidas impidió su intervención durante una corta pero aun así muy aguda emergencia, en la que las necesidades eran mayores y en la que se podían haber evitado muchas muertes.

UNMISS no adoptó ninguna acción inmediata cuando los enfrentamientos se iniciaron el 17 de febrero y cuando, más tarde, un grupo externo fuertemente armado atacó el PoC. Un día después, cuando las hostilidades habían cesado, el número de víctimas mortales, se calculó, dependiendo de los informes, entre 25 y 65 personas, más de 108 habían resultado heridas y más de 30.000 habían sido desplazadas.

Más de 3.700 refugios, un tercio de los alojamientos del campo, había sido pasto de las llamas.

La población desplazada, ya hastiada de la guerra, quedaba nuevamente traumatizada y tenía que rehacer, una vez más, sus vidas desde las cenizas del campo.

“Nuestra investigación muestra que la UNMISS no cumplió con su mandato de protección de la población civil tal y como se estableció en el Consejo de Seguridad. Antes del ataque, no pudieron evitar la entrada de armas en el campo, eligieron no intervenir cuando  el enfrentamiento inicial comenzó y cuando el ataque llegó desde el exterior fueron extremadamente lentos para repelerlo”, explica Raquel Ayora, directora de operaciones de MSF.

Los centros de Protección de Civiles (PoC) son lugares singulares e incómodos para la UNMISS y es evidente que una de sus objetivos subyacentes es cerrar Malakal y trasladar a la población lejos del centro. UNMISS se muestra contraria a mejorar las penosas condiciones de vida en el centro y a poner en marcha medidas que mejorarían la seguridad en el interior del PoC. En estos momentos, el espacio disponible por persona es sólo un tercio de los estándares mínimos aceptables internacionalmente. La distribución de comida se mantiene a niveles de subsistencia y la provisión de agua no llega, a menudo, a los 15 litros por persona y día (el estándar mínimo internacional según las normas Esfera). Al mismo tiempo, los actos de violencia sexual son habituales en el campo, lo que hace de la vida diaria una apuesta.

Una encuesta llevada a cabo por MSF en el campo y publicada junto al informe muestra que más del 80% de las personas desplazadas se sienten inseguras en el PoC y que han perdido su confianza en UNMISS tras los acontecimientos de febrero.

Sin embargo, la encuesta también muestra que la inseguridad fuera del campo ha sido unánimemente mencionada por todos los encuestados como la razón principal para no dejar el lugar. En resumen, los habitantes del PoC se encuentran entre la espada y la pared.

“Los emplazamientos PoC continúan siendo una solución sólo parcialmente eficaz para cubrir las graves necesidades de protección de la gente”, dice Ayora. “Hasta que haya una alternativa más segura o mejor, los PoC no pueden ser desmantelados y las necesidades de protección y asistencia deben ser identificadas y cubiertas. UNMISS y todas las agencias humanitarias deben aprender la lección de este fallo colectivo y deben tomar medidas concretar para asegurar que, en el caso de nuevo ataque o episodios de violencia en el PoC, se adoptarán decisiones diferentes”.

MSF hace un llamamiento a la ONU para que haga públicos los resultados de sus investigaciones sobre los acontecimientos que rodearon el ataque en Malakal. Las organizaciones que trabajan en el PoC de Malakal necesitan revisar y

adaptar sus planes de contingencia así como extraer y adoptar lecciones en otras crisis en las que tienen necesidades de protección y asistencia graves.

INFORME MSF SOBRE EL ATAQUE AL CAMPO DE PROTECCIÓN DE CIVILES DE MALAKAL SUDÁN DEL SUR, Y LA SITUACIÓN POSTERIOR

Resumen ejecutivo

La violencia estalló entre las personas desplazadas de diferentes grupos étincos en el Campo de Protección de Civiles (PoC, por sus siglas en inglés) ubicado en Malakal, Sudán del Sur, el 17 de Febrero de 2017. Los enfrentamientos se prolongaron hasta la tarde del día siguiente. Existen grandes evidencias de que fuerzas militares externas se vieron envueltas dentro del combate. La violencia y el consiguiente cruce de disparos causaron la destrucción de grandes franjas del campo (el 35% de los refugios y alojamientos del campo quedaron devastados) y entre 25 y 65 personas murieron (incluyendo dos trabajadores humanitarios de Médicos Sin Fronteras), 108 heridos y más de 29.000 desplazados internos convirtiéndose, de nuevo, en desplazados. Este informe recoge los resultados de una revisión interna realizada por Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre estos hechos. Esta investigación ayuda a identificar las lecciones aprendidas de la respuesta de emergencia médica y contribuye a esclarecer las circunstancias entorno a lo sucedido y el papel de los diferentes actores.

Resultados del informe:

 Los resultados ponen de relieve un fallo evidente de una parte de Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) en la protección de los civiles que residen en el PoC. Al no garantizar que se tomaran medidas preventivas, ni actuar para detener la violencia de una manera adecuada y bloquear activamente a los desplazados que buscaban seguridad durante gran parte de la emergencia, la UNMISS falló claramente en su tarea, encomendada por el Consejo de Seguridad de la ONU, de proteger a los civiles.

 La rígida estructura de la misión integrada de la ONU en el PoC impidió una respuesta de emergencia eficiente debido a la fuerte dependencia de las organizaciones humanitarias hacia el aparato de seguridad de la ONU. Sus recomendaciones sobre seguridad incluían que estas no podían ser movilizadas para asistir en la respuesta a la emergencia humanitaria y médica. Esto dio lugar a una brecha en la respuesta durante el pico de mayor violencia del incidente, donde no se pudo contar con la capacidad de respuesta de quienes estaban presentes en el PoC.

 La respuesta médica de MSF a la crisis fue oportuna, pertinente y eficaz. MSF asumió el liderazgo en la respuesta de emergencia y tuvo la capacidad de actuar cuando muchos otros no pudieron. Muchos pacientes fueron tratados en su hospital que también proporcionó refugio a desplazados que huían de la violencia. El equipo, y sobre todo el personal nacional, mostró un compromiso con la respuesta de emergencia. La necesidad de una mejor preparación para urgencias una gestión más eficiente y digna de los cadáveres se encuentran entre las lecciones aprendidas por MSF a partir del incidente. Las circunstancias que rodearon la muerte de los dos integrantes de MSF deben investigarse más a fondo. Debido al contexto tan volátil en Sudán del Sur y los frecuentes ataques contra la población civil, es muy probable que la gente continúe buscando refugio en los PoC durante los próximos meses y años, especialmente en la región del Gran Alto Nilo. Por lo tanto, es preocupante que las condiciones de vida de los residentes del campo sigan siendo tan pésimas cuatro meses después del ataque. Los resultados de un reciente estudio de MSF en el PoC muestran que la seguridad sigue siendo la clave para que la gente elija quedarse o irse. Permanecer en el interior del PoC, sin embargo, no les ha garantizado librarse de la violencia lo que ha motivado, como mostró la encuesta, que la confianza en las fuerzas de paz UNMISS entre la población sea baja. La OIM, agencias de Naciones Unidas y ONG internacionales han estado trabajando para ampliar el campo y que este cumpla con las normas humanitarias básicas. Sin embargo, la UNMISS es reacia a ampliar la protección para los nuevos sectores. Cuatro meses después de los acontecimientos resulta alarmante que no haya signos de que la ONU esté tomando medidas para mejorar la situación en los PoC o para admitir sus errores durante los acontecimientos de febrero. El Secretario de la ONU para Operaciones de Paz ha anunciado que los resultados de las dos investigaciones de la ONU llevadas a cabo se harán públicas en breve.

Este informe tiene por objeto abrir un debate constructivo dentro de la comunidad internacional para asegurar que los fracasos de febrero se analicen y se pongan en marcha medidas concretas que mejoren las condiciones de protección y de vida de los desplazados en Malakal y en otros PoC en Sudán del Sur. Los PoC continúan siendo una solución parcialmente eficaz, aunque incómoda, para las grandes necesidades de protección de la población. Aunque no sean la mejor alternativa ni la más segura, no pueden ser desmantelados y los déficits y lagunas identificadas en la protección y la asistencia deben ser abordadas.