VOLVER A DISCUTIR, UN LEGADO FUNDAMENTAL

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El año 2003 recibió a los argentinos con grandes cambios a nivel político, económico y social. Claro que para ese entonces nadie suponía que la asunción de ese personaje traído desde la lejana Patagonia por interés del presidente provisorio Eduardo Duhalde, cambiaría el escenario político del país en todos sus aspectos. Así fue como Néstor Kirchner irrumpió en las páginas de los diarios, ocupó progresivamente más minutos de aire televisivo y radial, y se coló en las crecientes discusiones políticas entre ciudadanos “comunes” ya desacostumbrados a debatir sobre la temática.    

Hoy, siete años y medio más tarde de aquel 25 de Mayo del 2003 donde tan sólo alcanzó poco más del 20% de los votos,  somos testigos del fin de una etapa que tuvo como principal actor al ex presidente recientemente desaparecido. La muerte de Néstor Kirchner no significa solamente el deceso de un hábil político, un férreo militante o un gran confrontador, es la conclusión de una etapa signada por la discusión, el enfrentamiento y la despiadada defensa de determinados ideales.

Tal vez no sea momento para juzgar valorativamente los años de gestión kirchnerista, ya que probablemente se tomará verdadera dimensión de los cambios realizados por el gobierno hoy encabezado por Cristina Fernández cuando se los compare con próximos mandatos presidenciales. Sí es necesario resaltar, aunque simplemente sea a modo enumerativo, las acciones que dieron forma a un gobierno más conciliador en un primer momento, y fuertemente confrontador a medida que su poder se incrementaba. Y es de vital importancia remarcar las políticas “K”, ya que justamente en su esencia combativa le tocó luchar contra el cuarto poder, que jugando el mismo partido que Kirchner batalló sin importar las consecuencias ocasionadas en el grueso de la población. Del lado de los adeptos muchos dirán que el gobierno actual impulsó fuertes políticas sobre derechos humanos, acelerando los juicios por los crímenes de lesa humanidad,  estatizó empresas altamente deficitarias e ineficientes como Aguas Argentinas y Aerolíneas Argentinas, y puso punto final a las AFJP modificando el sistema de jubilaciones y dejándolo en manos de la Anses. Desde la otra vereda, resaltarán el incremento injustificado de sus bienes personales, las altas tasas de retención aplicadas a los sectores exportadores, la relación económica con Venezuela, la permanente belicosidad, y el rol de funcionarios polémicos como el Jefe de Gabinetes Aníbal Fernández y el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno entre otros.

Mucho se discutieron sus iniciativas en vida, más aún se debatirán los legados de sus cuatro años de mandato mas su influencia en los años del gobierno de su esposa Cristina Fernández. Hay quienes, ciegos de un fanatismo infundado, aseguran que todo lo que el ex presidente hizo estuvo bien, y otros, afectados en su orgullo más profundo, propio de una cultura regresiva e importada, denostan cuanta idea se relaciona gobierno actual. En la discusión de las creencias está el equilibrio, y más allá de las virtudes y los defectos a nivel político, económico y social, ese fue el legado de un proceso kirchnerista que instauró nuevamente el debate, no sólo en los distintos parlamentos sino también en el seno de una población que volvió a sentir interés por la política.

La desaparición física de Néstor Kirchner el último 27 de octubre, seguramente cambiará el escenario político de cara al 2011. Quien se perfilaba como el candidato más firme del oficialismo, ya no está, como así tampoco el principal enemigo de una oposición dispersa y acéfala. Pero sin dudas que la carrera electoral del año que viene estará marcada a fuego por la huella de este personaje, y por la real convicción popular de que a través de la política, es posible transformar el país.

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Comunicación Social (UCES), Columnista político de programa de radio “Mi lugar”, Productor programa político “Región Norte”, "TN", Cautela Productora. Productor periodístico.