Debemos romper con los malentendidos occidentales respecto del Islam. Despojarnos de esos imaginarios sociales acerca de la cultura islámica, pero que no son construidos por islámicos. Para entendernos entre las culturas no sólo deben ellos comprendernos a nosotros sino que es nuestra responsabilidad hacer el esfuerzo de mirar al Islam bajo la lente de dicha cultura.

Estamos prendidos de esas fantasías que nos hacen creer que el Islam es una tierra de incivilización, de brutales torturas, de mujeres esclavas, barbaries, turbantes, sensualidad, guerras, guerras, violencia y guerras. Pero ¿quién conoce por ejemplo el arte islámico? ¿Acaso no tiene moda, cine, teatro, literatura, gastronomía, arquitectura, televisión? ¿Quién sabe de la cantante egipcia Oum Kalsum quien llegó a vender en el mundo árabe, más discos que los Beatles en Occidente?

“La primera confusión es no distinguir religión de geografía, el Islam no es una zona, y el mundo árabe no es de una sola religión”1. El Islam es la segunda religión (monoteísta) del mundo después del catolicismo, con más de un billón de creyentes en todo el mundo. Si bien el mundo árabe es la cuna del Islam, sólo el 20% de los musulmanes residen allí. Esta religión-cultura alcanza varias zonas: la árabe, la turca, la persa, el áfrica negra, Asia. De hecho las primeras tres naciones musulmanes son Indonesia, Pakistán y la India: engloban dos terceras partes de la umma2.

EXPANSIÓN DE ISLAM

Los primeros musulmanes fueron árabes, el Corán se reveló en lengua árabe, y los primero cuatro califas luego de la muerte de Mahoma fueron de linaje árabe. Después se Islamizaron otros pueblos y etnias en una rápida expansión del Estado islámico que desde el siglo VIII propició dos procesos aglutinantes: el de Islamización y el de arabización. Así se vieron afectadas de distintas maneras las poblaciones del territorio islámico. Por lo tanto es clave entender que hay musulmanes árabes y no árabes que conviven en territorio del Islam.

En la Edad Media en el Islam no árabe se destacan los ámbitos de Irán, Afganistán, Transcaucasia y la India, quienes resistieron la arabización total, pero adoptaron por ejemplo la grafía árabe para escribir sus propias lenguas. En el caso de India, lenguas como el sinhi y el cachermirí pasaron a escribirse con el alfabeto árabe, y otras lo utilizaron solo para plasmar textos religiosos o jurídicos islámicos, como el punjabi, hindi, bengalí, tamil y gujarati. “La presencia del Islam en estos territorios dio origen a una nueva lengua, el urdu, que en el siglo XX se convirtió en la lengua oficial del Pakistán”3.

En Asia central y África luego de la Islamización del siglo XI, los pueblos que eran de habla turca mantuvieron sus rasgos culturales y sus lenguas. De todas formas adoptaron el abecedario árabe por una cuestión de practicidad del desarrollo de la lengua y la comunicación. En el caso de África, la cultura árabe y la incorporación de su alfabeto, completó vacíos de varias lenguas como el hawsa, el swahili y el tuculeur.

Así el Islam formó otro bloque musulmán en África septentrional (bereberes) y en el África negra. Desde el punto de vista de las corrientes del Islam, a partir del siglo X en el mundo turco se produjo una división de la sunna conocida como sufismo.

El Islam como religión y como sistema de vida, tiene una relación particularmente estrecha con los árabes, siendo estos su núcleo y agente creador, pero el Islam se difundió a pueblos muy diversos y dejó de ser un sistema exclusivo de los árabes. De esta manera en la historia y en la actualidad, pueblos no árabes asumen y representan, en un primer plano, la defensa del Islam, con el que se han identificado totalmente: fue el caso del Imperio Otomano4.

Con la descolonización del siglo XX el Islam sirvió para dar identidad a los Estados-nación recién creados. No es sólo Medio Oriente sino África y el sudeste asiático. Muchos países musulmanes nacieron luego de la Segunda Guerra Mundial, al terminar la dominación europea que los había colonizado a partir del siglo XVI. En el siglo XXI el resultado es un mundo islámico que se distribuye entre: a) Países árabes con gran mayoría musulmana: África Magreb y oriente próximo, Península Arábiga, Golfo Pérsico; b) Países islámicos no árabes: Turquía, Irán, Afganistán y Pakistán; c) Países árabes del norte de áfrica: Argelia, Egipto, Libia, Marruecos, Somalia, Sudán, Túnez, y d) Países del Cáucaso y Asia musulmana: India, Indonesia, Pakistán.

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María Cecilia Benac es conferencista, escritora e investigadora. Magister en Políticas Públicas (Flacso), Profesora en Diplomacia y Licenciada en Relaciones Internacionales (USAL). Especializada en seguridad y estudios internacionales. Entre otros posgrados realizados, se destacan los de la Universidad de Leiden (Países Bajos), Emory, Yale (EEUU) e IESE (España). Docente de la Escuela Argentina de Negocios entre otras instituciones. proyecto humanitario comunicacional, el cual dirige hasta la actualidad. Como miembro de Reporteros Sin Fronteras, cubrió los conflictos y guerras en Medio Oriente entre 2010 y 2016. Participando también de Misiones de Seguridad y Acción Humanitaria en Palestina, Egipto, Líbano, Marruecos y Siria. Es periodista y redactora en medios especializados.