Se hallaron restos de la llamada Cultura de Harappa, desarrollada a orillas del río Indo y sus afluentes, dicho sitio está ubicado en la zona noroeste del llamado Sub-Continente Indio. Los arqueólogos encontraron unas figuras de terracota representando personas, en posturas muy similares a las que se practican en las actuales clases de Yoga, y un par de sellos de piedra con figuras humanas, en supuesta actitud de meditación.

Si bien, en aquella cultura, aún no se encontraba sistematizado el Hatha Yoga, ya que sus textos fundamenta les proceden del siglo X d. C. en adelante, aunque no se pueden precisar fechas exactas, sí, podemos inferir que los hombres de aquel entonces ya conocían muchos de los beneficios que su práctica acarrea.

Actualmente, son muchos los médicos que invitan a sus pacientes a tomar clases de Hatha Yoga para mejorar su calidad de vida. No obstante, es usual que, los que nunca han asistido a una clase se pregunten: ¿Qué es el Hatha Yoga? ¿Qué se hace en una clase de Yoga? ¿Se requiere algún conocimiento previo para poder practicarlo? ¿Es realmente beneficioso? Algunos también se cuestionan: ¿No es sólo para la gente mayor? ¿Por qué el médico me indica practicar Yoga, si apenas tengo 30 años?

Todas estas preguntas, muy válidas por cierto, tienen su base en el hecho de que realmente desconocemos qué es y cómo se practica esta disciplina.

En primer lugar, podemos comenzar diciendo que, la palabra «Yoga» se puede traducir, entre muchas otras acepciones, como “unión”, y la palabra «Hatha» suele traducirse como “poder” o “esfuerzo”. Se deduce, entonces, que la práctica continua de esta forma de Yoga, provee el poder necesario, o la fuerza precisa, para que el cuerpo del practicante no sea víctima de enfermedades que lo debiliten.

Por otra parte, también se puede dividir la palabra Hatha en dos partes: «Ha», que es un epíteto del sol, y «Tha», epíteto de la luna. De ahí, que muchos traducen la frase Hatha Yoga como el Yoga que armoniza o equilibra los pares de opuestos, trayendo como consecuencia el bienestar físico tan deseado.

Tomando conocimiento de lo anterior, podemos considerar que, en las clases de Yoga, se hacen principalmente una serie de Asanas, o posturas, que brindan al practicante tanto flexibilidad, como tono muscular. En otras palabras, dichas posiciones mejoran la movilidad articular y otorgan firmeza a los miembros del cuerpo, para que éste pueda obtener mayor rango de movimiento y, a su vez, una postura más sólida.

Previamente a la sesión de Asanas, el período fundamental de las clases de Hatha Yoga, se realizan una serie de ablandamientos de las principales articulaciones, que tienen por objetivo esencial, que el alumno pueda armar, mantener y desarmar, de un modo más correcto, dichas posturas. Estos trabajos preliminares suelen ser muy sencillos y, una vez aprendidos, pueden ser practicados, en forma individual y diariamente, tanto en el hogar como en el trabajo.

A su vez ,en las clases se realizan ejercicios respiratorios, los cuales aumentan la capacidad pulmonar y ayudan a mejorar todos los procesos involucrados con dicho sistema, especialmente, son los practicantes que padecen asma quienes más sienten los efectos benéficos de estos trabajos.

Debemos aclarar que no se requiere ningún conocimiento previo para la práctica de Hatha Yoga. Las instituciones y/o los instructores se encargan de orientar a los alumnos a las clases más adecuadas para cada uno. Existen clases introductorias, con Asanas sencillas para los alumnos principiantes, o más complejas en el caso de los alumnos avanzados. También los docentes deberán tener en cuenta si las personas presentan un diagnóstico sobre alguna problemática de salud o, si se trabaja con gente de avanzada edad.

Esta es la gran virtud del Hatha Yoga, su práctica resulta beneficiosa para gente de todas las edades. Del mismo modo que el agua toma la forma del recipiente que la contiene, así el Yoga se puede adaptar a las diferentes necesidades de los alumnos que lo practican.

Fue muy común, hasta hace algunos años, que en muchas de las familias hubiese alguna familiar mayor, que tomara clases de Yoga. Actualmente, es la gente de la segunda edad, e incluso adolescentes, los que más se acercan a alguna institución o bien, a instructores particulares, para tomar clases de dicha disciplina. Este fenómeno, no tan nuevo, es producto de un mayor conocimiento de la misma. Si nos remontamos a unos veinte años atrás, la gran mayoría de los profesores se limitaba a enseñar una serie de posturas básicas, las cuales, incluso, eran adaptadas para que pudiesen ser practicadas por la gente mayor. Hoy en día, los nuevos docentes han adquirido conocimientos más profundos y, no sólo conocen las posturas clásicas y sus múltiples variantes, sino también muchas más que enriquecen, de modo muy significativo, sus clases, tornándolas más intensas, por lo cual la gente joven prefiere esta práctica en lugar de otras disciplinas.

Hemos mencionado que las Asanas del Hatha Yoga proveen fuerza y flexibilidad y que los ejercicios respiratorios incrementan la capacidad pulmonar, sin embargo allí no terminan los beneficios que el Hatha Yoga puede proveernos. Existen una serie de posturas de equilibrio, cuyo beneficio principal, es el desarrollo de la concentración. La gran mayoría de las personas tiene serios problemas a la hora de focalizar su mente cuando realizan cualquier tarea, por ello es que, con práctica constante, los ejercicios de equilibrio del Yoga ayudan a mejorar la atención en las diferentes labores a realizar. A pesar de que este beneficio es incorporado por todos aquellos que realizan una práctica continua, podemos decir que es la gran masa de estudiantes quienes mejoran, notoriamente, su capacidad de concentrarse. Por este motivo es recomendable tomar clases desde jóvenes, ya que luego se podrán trasladar los logros obtenidos, tanto al desempeño profesional, como a todas las actividades que se emprendan.

Las clases de Yoga incluyen la práctica de Relajación, hacia el final de la práctica, el instructor propondrá una relajación guiada para que los alumnos puedan eliminar las posibles tensiones que hayan quedado del trabajo físico. Tanto los principiantes, como los avanzados se benefician de esta instancia puesto que, los primeros aprenden, de a poco, a quitar el cansancio voluntariamente, mientras que los segundos logran yacer acostados, en completa quietud, para un descanso más profundo.

Otra de las adquisiciones durante el aprendizaje, es el ejercicio que se realiza para aquietar la mente. Un gran maestro de la India, Svami Vivekananda, afirmaba que” la mente del hombre es como un mono que salta de una rama a otra, es decir, pasa de un pensamiento a otro, y lo primero que el hombre tiene que aprender, antes de aquietarla, es conocer a qué ramas el mono salta o saltará, es decir, cuáles son los pensamientos a los que su mente se dirige”. La herramienta del Yoga para lograr este propósito es la Meditación, existen diferentes modos de practicarla, pero es conveniente que se proponga cuando el alumno es avanzado, para obtener más y mejores resultados. Puede decirse que las posturas, los ejercicios respiratorios y la relajación van iniciando, al practicante, en un proceso de aquietamiento interno, y que la Meditación sería el trabajo que ayudaría a culminar tal introducción.

El hombre actual, atrapado en la vorágine de la vida moderna, se encuentra en un stress constante y es muy fácil que pierda su serenidad, mediante una gran batería de técnicas de Meditación, los alumnos de Yoga van hallando el camino para aquietar el torbellino de pensamientos que abruman su mente y lo desestabilizan. Se trata de un trabajo complejo que requiere gran esfuerzo y una práctica permanente, pero con el tiempo se logra modelar la voluntad, y el esfuerzo realizado se materializa en la gran recompensa: la tan ansiada tranquilidad mental.

De este modo podemos concluir diciendo que: la práctica de Hatha Yoga es fundamental para mejorar, en gran medida, la calidad de vida. Es de vital importancia que los profesionales de la salud la recomienden, ya que fortalecerá la sanidad física y mental de sus pacientes. Las personas con largas jornadas laborales que pasan varias horas sentadas y/o aquellos que llevan una vida muy sedentaria, encontrarán en esta disciplina la forma de proveer a su cuerpo, el trabajo físico necesario para contrarrestar esas interminables horas frente a un escritorio o una computadora.

Los amantes de las milenarias disciplinas del exótico mundo oriental practican Hatha Yoga, porque vivencian, experimentan y comprueban sus resultados; es ideal para erradicar, con práctica constante, todos los impedimentos que obstaculizan el camino para el desarrollo de una vida sana y en armonía. ◊

El hatha yoga se basa en una serie de posturas corporales, llamadas ásanas, cuyo propósito es lograr que el cuerpo esté apto para la meditación