Año tras año, un sinnúmero de vidas se pierden en el camino. Tan sólo durante el año 2014, se supone que más de 3.400 personas han muerto durante dichas travesías; en lo que va de este año 2015, más de 1.750 per­sonas han fallecido ahogadas, en tan­to la cifra de víctimas mortales se prevé que será aún mayor, dado que incluso se ha reducido la asistencia disponible para socorrer a las embarcaciones en peligro.

La operación de salvamento de la marina italiana “Mare Nostrum” constituyó una gran misión de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, establecida por Italia tras las dos trage­dias acaecidas en Lampedusa en octubre del año 2013, que se cobraron cientos de vidas,” Mare Nostrum” fue interrum­pida en el mes de noviembre del año pasado a causa de la falta de fondos por parte de los Gobiernos europeos y, desde entonces, no ha sido reemplazada por otra intervención.

El año pasado, más de 218.000 personas llegaron a Eu­ropa por mar; de ellas, 170.000 lo hicieron a Italia. En los cuatro primeros meses de 2015, Italia ha registrado más de 26.500 llegadas. En Grecia, el número de personas que han llegado en estos meses asciende a 27.000. Solo en las islas del Dodecaneso, el número es cinco veces mayor que en 2014; el 75% de las personas que han llegado al archipiéla­go son sirios.La propia Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Fron­tex) afirma que el 80% de las personas que llegan a Europa son potenciales refugiados.

Rescate y asistencia sanitaraia de MSF

En respuesta a la necesidad urgente de actividades de bús­queda y salvamento marítimos para evitar más muertes in­necesarias, la organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) emprendió, por primera vez, una ac­ción directa de búsqueda, rescate y atención médica en el mar. Desde mayo del presente año, dos barcos con personal sanitario de MSF, el MY Phoenix, junto con la organización es­pecializada en búsqueda y rescate MOAS (Migrant Offshore Aid Station), y el MS Bourbon Argos, recorren el Mar Mediterrá­neo para facilitar la asistencia a personas en peligro. En los primeros 20 días de operaciones (entre los días 2 y 20 de mayo), los buques han rescatado 1.817 personas, incluyen­do en este número a 352 mujeres y 123 niños.

El 13 de mayo por la tarde, el barco de Médicos Sin Fronteras (MSF) Bourbon Argos, realizó su primera misión de búsqueda y salvamento desde que zarpó el día 9 de mayo del puerto siciliano de Augusta: rescató a 477 personas (319 hombres, 141 mujeres y 17 niños) que viajaban en un barco de pesca a unas 30 millas náuticas (55 kilómetros) de la costa de Libia. La mayoría procedían de Eritrea aunque también viajaban a bordo personas originarias de Bangla­desh, Siria y Somalia. Solo un día después, este grupo fue desembarcado en Augusta.

Al día siguiente, los dos barcos socorrieron en el Me­diterráneo central a cuatro embarcaciones que trataban de llegar a Europa. El MY Phoenix, rescató dos barcos con un total de 188 personas a bordo.

El mayor operativo en estas dos semanas de operacio­nes se produjo el jueves 14 de mayo cuando el MY Phoenix asistió a una embarcación con 561 personas a bordo. La nave trasladaba a 365 hombres, 136 mujeres y 60 niños (15 de ellos menores de 5 años), procedentes sobre todo de Eritrea y Siria.

Esta intervención “extraordinaria” se continuará desa­rrollando entre mayo y octubre de este año, con el fin de responder al enorme aumento de personas que han muerto o han tenido que ser rescatadas en este período en el Medi­terráneo. Para MSF, la situación actual representa una crisis humanitaria creada por las políticas europeas, que no puede ni debe ser ignorada. Esta misión, obviamente, salva vidas y alivia el sufrimiento humano, pero también constituye, de manera intencionada, una declaración política que apunta a los gobiernos europeos que estánutilizando el Mediterrá­neo como valla fronteriza y niegan, de manera deliberada, una misión con la capacidad de búsqueda y rescate adecua­da en las aguas de las que son responsables por convención internacional y por cualquier norma de decencia humana. Es necesario crear maneras seguras y legales para que estas personas, legítimamente desesperadas, soliciten asilo sin poner sus vidas en riesgo de esta forma.

El trabajo de MSF con los refugiados, los solicitantes de asilo y los migrantes se extiende mucho más allá de esta nueva acción de salvamento en el Mar Mediterráneo entre Libia y Europa. La organización trabaja con estas personas durante casi todo el proceso de su travesía. Se ha comenzado atendiendo pacientes en sus países de origen como en Siria, Irak, Mali y Afganistán. Brindando atención médica a las po­blaciones en los países de primer refugio como Jordania, Lí­bano, Etiopía y Kenia, en sus proyectos en países de tránsito como Túnez, Grecia y Serbia, y en los diferentes centros de recepción en Italia. Las personas a las que rescatan y tratan son a menudo las mismas personas a las que atienden en los más de 63 países en los que cuentan con proyectos opera­cionales. Así, los equipos de MSF son testigos de los resulta­dos que los conflictos, el hambre y las necesidades producen en muchos Estados de África, Asia y Oriente Medio.

Si bien MSF, como organización médico-humanitaria, no se encuentra en posición de asesorar sobre las políticas de migración, ciertamente está en condiciones de hablar sobre las consecuencias de las políticas migratorias, de las que es testigo, tanto en sus clínicas como en sus hospi­tales todos los días. A su juicio, el hecho de que cada vez más personas estén arriesgándose a intentar cruzar el mar, y quizás morir en el intento, no es sólo el resultado de factores como las guerras en Siria y Somalia (sucesos que se han traducido en más de 51 millones de personas obli­gadas a abandonar sus hogares), sino que es también la consecuencia directa de las políticas de inmigración cada vez más restrictivas. Independientemente de la altura que Europa le de a sus muros y de cuántos obstáculos se colo­quen en el camino, los devastadores conflictos y las crisis seguirán obligando a la gente a huir de sus países de ori­gen con el fin de salvar sus vidas.

Según MSF: “Europa ha dado la espalda a las personas que huyen de algunas de las peores crisis humanitarias de nuestro tiempo”, denuncia Arjan Hehenkamp, direc­tor general de la organización. “La decisión de cerrar las puertas y construir alambradas representa que hombres, mujeres y niños se vean obligados a arriesgar sus vidas y emprender un viaje desesperado a través del mar. Ignorar esta situación no va a lograr que desaparezca. Europa tie­ne todos los recursos y la responsabilidad de poder evitar más muertes en el umbral de su territorio y debe actuar para ponerles fin. No podemos poner fin a las guerras y a las desgracias que obligan a las personas a abandonar sus países de origen, pero sí tenemos la oportunidad de redu­cir el número de muertes y proporcionar asistencia crítica a miles de seres humanos que cruzarán el Mediterráneo este verano. Los Gobiernos europeos han optado por dar prioridad a la vigilancia y a la protección de sus fronteras frente al auxilio a quienes tratan de llegar a Europa. Hasta que se produzca un cambio de política, la reticencia co­lectiva de Europa a proporcionar alternativas seguras para quienes desean llegar a nuestras costas seguirá costando vidas”, afirma Arjan Hehenkamp.

Los equipos de Médicos Sin Fronteras en la región mediterránea, tanto en tierra como en el mar, trabajan para proteger y proveer asistencia médica urgente. Se trata de acciones vitales para salvar vidas, aunque para la organi­zación dicho accionar no resuelve la situación general a largo plazo, sino que ésta debe pasar por la creación de canales y mecanismos seguros y legales para que las perso­nas puedan migrar y solicitar el asilo correspondiente en el continente europeo.

El MY Phoenix es un buque de investigación que ha sido especialmente adaptado por MOAS, para fines de salva­mento. Tiene 40 metros de largo y una capacidad máxima para 400 personas. La tripulación consta de 20 personas y se compone de un equipo de profesionales dedicados a la vigilancia, búsqueda y rescate, además de un equipo médico de MSF que se halla capacitado para proporcionar atención médica de emergencia de calidad, una vez que los pacientes estén a bordo, pudiendo tratar una amplia gama de condiciones sanitarias, desde las quemaduras solares y la deshidratación, hasta la reanimación y el soporte vital avanzado. Los días transcurren entre trabajos logísticos, reu­niones acerca de la seguridad en el barco y explicaciones del capitán. La seguridad es clave, hay que tener en cuenta factores y riesgos relacionados con el control de multitudes, con las pequeñas embarcaciones atestadas en alta mar y con los planes de contingencia para cada situación.

El personal, a su vez, está preparado para brindar consultas de atención primaria, tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes y diversas enfermedades del corazón, así como ser­vicios de obstetricia, incluyendo la atención para un parto seguro, según sea necesario. Para una óptima atención, la clínica está equipada con equipos médicos esenciales, entre ellos cuentan con un monitor que permite medir los nive­les de dióxido de carbono en la vía aérea de un paciente, la saturación de oxígeno en sangre y realizar electrocardiogra­mas. El Phoenix además está equipado con dos botes infla­bles de casco rígido que pueden ser lanzados al agua para llegar a aquellas embarcaciones en peligro y poder transfe­rir a los pasajeros. También cuenta con dos helicópteros con cámara de vigilancia de gran tamaño.

El equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), embarcado en los buques, está conformado por trabajadores sanitarios (personal médico y de enfermería) y trabajadores especia­lizados, entre ellos: logistas, técnicos de agua y saneamiento y mediadores culturales.

Por su parte, el MS Bourbon Argos tiene una capacidad para transportar de 300 a 350 personas rescatadas y es ca­paz de realizar maniobras con rapidez para responder a una llamada de socorro. Con 68 metros de eslora, esta nave ha sido específicamente adaptada para realizar actividades de localización y rescate. Se han fijado en cubierta varios con­tenedores para equipar el barco con salas de urgencia, de observación y consulta, y espacios específicos para almacén, depósito de cadáveres y sanitarios.
Los rescates se llevan a cabo de dos maneras diferen­tes: cuando un bote en peligro es descubierto durante la vigilancia, los barcos comparten la información con el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo Italiano (MRCC), ubicado en la ciudad de Roma, que ayudará a de­terminar el estado de la embarcación y las necesidades de las personas a bordo. A continuación, el mencionado Cen­tro dará las directrices al Phoenix y al Bourbon Argos para brindar el apoyo necesario. Alternativamente, el MRCC en Roma se pondrá en contacto con los equipos de rescate a bordo de ambos buques, y los dirigirá a toda aquella em­barcación que ya hayan identificado la cual se encuentra en peligro.
“Setecientas muertes en un día son cifras propias de una zona de guerra. Esta tragedia humanitaria está, actualmente, frente a los ojos de todos, pero Europa no está dispuesta a hacerle frente. Es por ello que vamos a comenzar operacio­nes de primera mano en el mar, en un intento por salvar tantas vidas como nos sea posible “, dice Loris De Filippi, Presidente de MSF. “Solamente mediante la apertura de ca­nales seguros y legales para ofrecer protección en Europa podremos prevenir miles de muertes más en el mar. Pero como organización médico-humanitaria no podemos es­perar por más tiempo”.

MSF ha solicitado a los gobiernos europeos garantizar rutas seguras y legales para llegar al continente, la reanuda­ción de las actividades de búsqueda y rescate en el mar, y la preparación de planes de emergencia en las fronteras con el fin de garantizar las condiciones de recepción adecuadas para aquellos que buscan un refugio seguro en Europa.

Además de las operaciones mencionadas de búsqueda y rescate por parte de los buques MY Phoenix y Bourbon Argos, MSF facilita atención médica a las personas que son trasladadas al centro de recepción ubicado en Pozzallo (Sicilia-Italia), allí proporciona los primeros auxilios psicológicos en los puertos de desembarque y ofrece apoyo en materia de salud mental en los centros de asilo de la región siciliana de Ragu­sa. Así mismo, MSF impulsa proyectos de apoyo a migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en Grecia y Serbia, no solo prestando la debida atención médica, sino también distri­buyendo artículos de socorro y realizando actividades para la recuperación y rehabilitación de víctimas de tortura.

Para mayor información visitar el sitio oficial: www.msf.org.ar