Aún para las personas no especialistas le es común los aportes de China a Europa, es más podemos pensar donde estaría Europa si no fuera por la brújula, la pólvora, el timón de codaste, el sistema de velas, el arnés de tiro no muy conocido que es un aporte chino, en Europa el enganche de los animales (caballos o bueyes) se realizaba por el cuello y esto cansaba al animal porque lo ahorcaba, fue china que desarrolló un arnés en donde la presión se producía en los omóplatos y eso permitía mucha más comodidad al animal; la explotación agrícola europea creció enormemente debido a su introducción.
Hay también que señalar que el desarrollo chino fue constante, autores europeos de los siglos XVIII y XIX decían que China se había quedado en el pasado, que hasta el siglo XIV su civilización era superior a la europea pero luego se quedó detenida producto de su pensamiento confuciano. Pero esto no es así, como ejemplo podemos citar que para mediados del siglo XIX China extraía salmuera de pozos de una profundidad de 1000 metros, es decir un kilómetro por debajo de la superficie y con tubos hechos de varas de bambú.
Europa va a alcanzar esta profundidad recién 40 años después, en la extracción del petróleo y con tubos de hierro y de acero, una pequeña diferencia.
Ahora bien, surge una pregunta ¿Por qué si China tenía todos los elementos que permitieron la explosión geográfica y de dominio en Europa no se produjo en ella? Ya Needham en sus conferencia apuntaba, desde una perspectiva sociológica, que esto se debía a que el comerciante que tenía un poder económico importante, como en la mayoría de las culturas, no pensaba como ideal que su hijo lo siguiera en su empresa haciéndola más poderosa sino que deseaba que se convirtiera en un letrado y llegara a formar parte del Colegio Imperial. En primera instancia podemos pensar que esto era por una cuestión de poder político, pero a mi entender es mucho más profundo. El letrado representaba la imagen del Sabio, que para la cultura china significaba la máxima expresión del hombre como hombre, de la misma manera que por ejemplo el ideal de un zapatero es lograr alcanzar el máximo dominio de su técnica para realizar los mejores zapatos, el sabio es el que ha desarrollado todas sus capacidades como hombre.
Es decir que estamos en un plano netamente cultural, tomando en cuenta la separación que hace Alfred Weber entre civilización y cultura, la civilización son los elementos que pueden pasar de un pueblo a otro directamente mientras que la cultura es lo que determina la idiosincrasia de un pueblo.
Esta imagen de hombre está insertada en la imagen de naturaleza que tiene el pueblo chino. Para rápidamente tener una idea de cómo percibe el chino la naturaleza podemos tomar como ejemplo la pintura china. Si vemos un cuadro claramente resalta una imagen totalizadora de la naturaleza, montañas, lagos, ríos, una ciudad, y el hombre es un pequeño detalle dentro del cuadro, puede aparecer definido o no, haber pisadas que conducen a una figura diminuta, etc. Pero siempre es la naturaleza la que domina, el hombre es una parte de ella.
Esta concepción la debemos buscar en los orígenes del pueblo chino, en los comienzo de cualquier comunidad la naturaleza juega un papel sumamente importante pues el hombre depende de ella para su subsistencia y organiza su vida a semejanza de ella. Los chinos tenían como divinidad a Shang Di, que luego con los Zhou pasa a ser Cielo (Tian) y la naturaleza era una expresión de él por lo que tenía un orden y en la familia, a semejanza de la naturaleza, también existía un orden. Teniendo como base estos elementos van a surgir las dos líneas principales del pensamiento chino. Tomando como eje la naturaleza tenemos el Taoísmo, que en su desarrollo va a buscar las “leyes” que rigen el cosmos, dando lugar en el Dao De Jing a la idea de retorno, todo cumple un ciclo de generación, desarrollo y muerte, para volver a empezar, pues observa que en la naturaleza todo es cíclico, el sol sale y se pone, la luna crece y decrece, las plantas, etc. Si tomamos como eje la familia tenemos el Confucianismo, las relaciones familiares son el centro del orden y se proyectan a la sociedad dando lugar a las relaciones Soberano-Súbdito, Padre-Hijo, Esposo-Esposa, Hijo Mayor-Hijo Menor, Amigo-Amigo.
El pueblo primitivo chino veneraba a la Tierra a través de sus dos representantes más importantes: las montañas y los ríos. Tenía la creencia en la supervivencia del alma después de la muerte, veneraba con gran piedad a sus antepasados a quienes ofrecía sacrificios de acuerdo con las estaciones del año. Consideraban que los antepasados eran los encargados de vigilar las conductas de sus descendientes, por orden de Shang Di, favoreciéndolos a no según lo merecieran; existían difuntos que recibían la veneración de toda la comunidad por sus beneméritas acciones. Deberíamos aclarar que esta aparente religiosidad, desde nuestra perspectiva occidental, no la podemos denominar religión como en otros pueblos, ni como podríamos encontrar posteriormente en los grupos religiosos budistas o taoístas. Tanto la fe en Shang Di como la veneración de los antepasados están íntimamente relacionadas con su vida social y política pues no concebían una dicotomía del hombre en cuanto a lo religioso por un lado y lo social y político por el otro.
El hombre era una unidad y toda su vida dependía del Cielo tanto en su origen como en su conservación y era en la organización política donde se atendía el culto a Dios, a los antepasados y se salvaguardaba la pureza doctrinal.
La religión y la política se encontraban tan íntimamente ligadas que un buen gobernante tenía que ser religioso y virtuoso en extremo. La autoridad del emperador provenía de Shang Di, del llamado posteriormente “mandato del Cielo” (Ming), así el Cielo vigilaba su gobierno y si no cumplía con su deber abusando de su autoridad perdía dicho mandato y pasaba a otro más digno. Los cambios a las dinastías Shang y Zhou se atribuyeron a que el Cielo “ve por los ojos del pueblo y oye por sus oídos” y ordenó destronar a los emperadores tiranos.
Para darnos una idea de la relación entre el Cielo y el hombre podemos ver algunas citas que aparecen en las odas del “Clásico de la Poesía” (Shi jing), en la oda 241 encontramos:
“El [Cielo] ha hecho al hombre y lo gobierna,
oye sus quejas, es misericordioso, su providencia elige y prepara,
con centenares de años de anticipación, a la casa Zhou para que
a su tiempo, reciban el mandato de gobernar el Imperio.”
También en la Oda 260 encontramos detalles sumamente interesantes:
“El Cielo, que ha producido los hombre,
les ha dado el ser (wu) y la ley.
El pueblo guarda la ley
ama las bellas virtudes.
El Cielo mira a la casa Zhou
por sus preclaras virtudes y
se inclina a esta tierra de abajo.”
Por último en la Oda 254 podemos apreciar claramente la relación entre el Cielo y el hombre:
“Los hombres y el conocimiento que el Cielo tiene de ellos
se armonizan como la ocarina se armoniza con la flauta,
como las dos partes del jade de las credenciales
Se ajustan y coinciden entre sí.
Como coincide lo que se da y lo que se recibe.”
Tiene suma importancia el hecho de que el emperador era el único que podía sacrificar a Shang Di, los señores feudales sólo asistían al emperador y podían rendir sacrificios en sus capitales a los espíritus de la Tierra y a sus antepasados. Esto produjo que no se desarrollara una casta sacerdotal con las consecuencias de que no se produjo la creación de una teología u oraciones que conformaran un ambiente religioso. Se desarrollan en su lugar fórmulas de encantamiento de tipo mágico y lo oracular se establece como lo dominante en la relación Hombre-Dios. De esta manera se desarrolla la especulación ritual hasta implicar a todos los seres del universo convirtiéndose en una liturgia cósmica que el sinólogo Vandermeersch llamará “estructuración litúrgica del universo”. Esto parece ser la consecuencia de que la mentalidad arcaica china está caracterizada por la prioridad dada al formalismo frente al finalismo. Es decir a diferencia de occidente que prioriza lo teleológico, el fin de la acción, el chino concentra todo su esfuerzo en la forma. Este principio se va a reflejar posteriormente en Confucio cuando en las Analectas (Lun Yu) encontramos la idea de “hacer por nada”, que no se trata de un predeterminismo, el hombre debe poner todo su empeño en lograr su objetivo, el que se logre depende en última instancia del Cielo, es decir que no cumplimos nuestros deberes cuando no se alcanza el objetivo sino cuando no nos aplicamos debidamente en el proceso que nos lleva al mismo.
Que se logre o no el objetivo no es lo importante lo fundamental es la forma, el medio, que me conduce al mismo.
Esta tendencia hacia el ritualismo, en contraposición a lo teológico, también lo podemos observar en el clásico Libro de las Mutaciones (Yi Jing) donde se va pasando del Señor de Arriba (Shang Di) al Cielo (Tian), en el cual van dejando de existir huellas de lo sobrenatural para dar lugar a una cosmologización de toda la realidad. Se produce una homogeneización de todo el cosmos y de sus manifestaciones instaurándose un continuum entre el hombre y el Cielo (Tianren Heyi) entre lo tangible y lo invisible.
Pasamos a una toma de conciencia que se realiza simplemente con una intuición del sentido de la moralidad tal como la podemos experimentar por medio de una experiencia común. A través de esta experiencia se obtiene una intuición profunda y directa de nuestra solidaridad con todos los seres del cosmos sin pasar por un conocimiento discursivo.
Por lo que vemos tenemos en la base de la cultura china a la naturaleza y al hombre en relación con ella. Esta visión y la idea de armonía entre ambos conceptos es algo permanece hasta nuestros días y creo que es uno de los legados culturales más importantes que ofrece hoy la cultura china a Occidente. Estamos muy preocupados por el medio ambiente y agredimos constantemente la naturaleza porque la consideramos como un medio para obtener beneficios y no como los chinos como un todo del cual formamos parte y que si alteramos una parte afectamos el todo.
Para terminar quisiera comentar un detalle que está en el libro de la Historia (Shu Jing), en una parte cuenta que cada tres años los príncipes de los feudos visitaban al emperador y cada seis años el emperador visitaba los diferentes feudos.
Dentro de las actividades que tenía que hacer el emperador al llegar a una ciudad importante, aparte de distintos rituales era visitar a las personas que habían cumplido más de cien años. Esto evidencia por un lado que había una población longeva en aquellos tiempos y por otro lado el respeto de que gozaban los ancianos, la vida da sabiduría. Esto lo vemos hoy en día cuando observamos como los hijos llevan a sus padres ancianos a las plazas a realizar ejercicios y estar en comunión con el Cosmos. Si lo comparamos como se trata a los mayores en Occidente donde los encerramos en geriátricos para que esperen la muerte sin molestarnos creo que es mucho lo que la cultura china puede ofrecernos hoy en día.