¿POR QUÉ LA OEA Y LA UNASUR SON TAN DISTINTAS?

Si bien como cualquier tipo de organización que agrupe distintos países, la OEA y la Unasur comparten fines comunes tales como promover la paz, impulsar el desarrollo de los estados y, consolidar y defender la democracia, las diferencias en cuanto a sus orígenes y a los objetivos específicos que persiguen las muestran como organizaciones muy diferentes. La OEA y la Unasur tienen historias y realidades muy distintas; mientras que la Organización de Estados Americanos nace como un órgano de representación del conjunto de países americanos frente al resto del mundo, la Unión de Naciones Suramericanas tiene el objetivo de conseguir la integración regional a nivel económico, cultural y social al estilo de la Unión Europea, en la búsqueda de potenciar el desarrollo a nivel nacional y a nivel región. Es así que se pretende construir con los años un bloque sólido que proteja a los países hacia adentro y los potencie en sus relaciones exteriores frente al resto del mundo. En contraposición, la OEA no busca reforzar los lazos entre los países al interior del organismo ni avanzar sobre la integración en ningún aspecto; en realidad representa a un conjunto de países que se dan a si mismos una organización que los nuclea y que tiene la potestad a través de sus instituciones y funcionarios, de interceder para resolver conflictos de nivel internacional en que se vean involucrados cualquiera de sus miembros. Es también un órgano de representación del continente a nivel mundial y funcionó desde sus inicios como una herramienta de Estados Unidos para involucrarse en cuestiones de otros países que pudieren perjudicar su política exterior y su liderazgo a nivel continental y mundial en los últimos 50 años.

Repasando brevemente sus orígenes y su historia podemos entender el contexto en que nacen estos organismos, los objetivos que persiguen y cuáles son los intereses que motivan su desarrollo.

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HISTORIA DE LA OEA

Tras la Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional tenía que acomodarse al nuevo escenario en el que Estados Unidos había quedado como principal potencia hegemónica a nivel mundial. Desde su nuevo lugar de país hegemónico, Estados Unidos es el principal impulsor, en 1945 de la idea de crear una organización que nuclee a todos los países del continente americano; y es a raíz de esa iniciativa que, en 1948, con motivo de la 9° Conferencia Internacional, 21 países firman en Bogota, Colombia, la Carta de la Organización de los Estados Americanos luego de tres años de negociaciones. Conjuntamente con esta, los mismos países adoptan el Tratado Americano de Solución Pacifica de Conflictos y la Declaración de Deberes y Derechos del Hombre. Con esta nueva organización se buscaba afianzar lazos entre los países, y crear mecanismos de resolución pacífica de conflictos a través de negociaciones y la participación de observadores y mediadores externos representantes de los diferentes países. La nueva organización entonces se conforma como un organismo internacional de representación como lo era la ONU a nivel mundial; de esta manera los países americanos tenían un órgano que los representara frente al mundo, a quien acudir en casos de conflictos frente a otros estados, y con la tutela de Estados Unidos que constituía en ese momento una garantía de seguridad económica y protección para países subdesarrollados o en vías de desarrollo.

La Carta de la OEA fue reformada a lo largo del tiempo en cuatro oportunidades: la primera reforma tuvo lugar en 1967 en la Cumbre de Buenos Aires, cuando se reglamentó la incorporación de nuevos estados y se estableció la creación de la Asamblea General, una institución importante para la toma de decisiones que estaría representada por todos los países miembros de la OEA. En ese mismo año se produjeron las primeras incorporaciones de nuevos miembros hasta llegar a los 35 actuales en 1991. En 1986 en Cartagena se firmó una segunda reforma que reglamenta y reafirma algunos conceptos fundamentales de la organización. En 1992 en Washington DC se produce otra importante reforma en la que se establece la posibilidad de sancionar y suspender a algún miembro que sufre el derrocamiento de su gobierno por un golpe de Estado interno que atente contra la democracia. Al año siguiente, en 1993 en Managua se dio una última reforma de la Carta de la OEA que no incluyó cambios significativos en su contenido.

De todas maneras, y sin estar previamente estipulado en su Constitución, existe un antecedente de sanción a un Estado miembro; en 1962 Cuba fue suspendida e imposibilitada de participar en el sistema interamericano por su alineación con el bloque comunista y atentar contra la unidad continental.

La toma del poder por parte de Fidel Castro no fue bien recibida por Estados Unidos por razones político-ideológicas en un contexto de tensión marcado por la Guerra Fría. Es así que, impulsado por de Estados Unidos, y con apoyo de la mayoría de los países de la región, se excluyó al país centroamericano de la organización como sanción por los sucesos internos. Recién en 2009, tras las asunción de Barak Obama como presidente de Estados Unidos y con el pedido especial de los representantes de algunos países de la organización para que se trate el tema, Cuba fue admitida nuevamente a formar parte y participar en las reuniones y decisiones de la OEA.

Algo similar sucedió en julio de 2009 con Honduras que se mantuvo por 2 años sancionada por el golpe de Estado que sufrió el presidente Manuel Zelaya por parte de la Fuerzas Armadas locales. En este caso se aplicó por primera vez el articulo 21 de la Carta Democrática Interamericana que indica que ante una situación de este tipo, el país en cuestión queda automáticamente suspendido hasta que se recupere la estabilidad. Recién en junio de 2011, y tras las reuniones encabezadas por representantes de la OEA, el presidente Zelaya pudo volver a su país y se dejó sin efecto la sanción.

HISTORIA DE LA UNASUR

La Unión de Naciones de Suramérica es un organismo de carácter regional que comenzó a tomar forma en la última década y funciona formalmente desde 2008. Se trata de una organización nueva, todavía en formación, que nace con el impulso de una nueva generación de gobernantes que ascendieron al poder en los distintos países de la región con un tinte ideológico de centro-izquierda. Con el objetivo de alcanzar un nivel de integración más profundo y completo a nivel regional, los presidentes de 12 países dieron inicio en 2004, durante la III Cumbre Suramericana, a este nuevo proyecto liderado por el ex presidente brasilero Lula da Silva y por el mandatario venezolano Hugo Chávez, acompañados por Néstor Kirchner, Evos Morales y Fernando Lugo entre otros.

Esta iniciativa fue tomando forma y en 2008 todos los presidentes suscribieron el Tratado Constitutivo de la Unasur que entró en vigencia en marzo de 2011.

Los objetivos de esta nueva organización son principalmente conformar un proyecto de integración más abarcativo que los organismos subregionales como pueden ser el Mercosur o la Comunidad Andina. De esta manera se propone agrupar a todos los países de la región para lograr potenciar sus virtudes e impulsar el desarrollo a nivel regional. No es un detalle menor la creación de esta nueva organización por fuera de la órbita de Estados Unidos que históricamente ha ejercido una fuerte influencia sobre toda la región.

LAS RELACIONES ENTRE UNASUR Y ESTADOS UNIDOS

La creación de la Unasur demuestra una actitud por parte de los países de Sudamérica de marcar una diferencia entre ellos y Estados Unidos. No es algo nuevo decir que tienen distintas realidades y necesidades, y más allá de las influencias que ha tenido Estados Unidos sobre toda la región, ha mantenido durante la década pasada una relación tensa con la mayoría de los países sudamericanos. Los mandatos de G. W. Bush coincidieron con la emergencia de gobiernos de corte socialista en muchos países de la región que atentaron contra las relaciones bilaterales. Con la excepción de los casos de Chile y Colombia, que durante ese periodo mantuvieron un buen diálogo y buenas relaciones comerciales con Estados Unidos, el resto de los países sufrió desencuentros y sus relaciones empeoraron por estar en desacuerdo con la política exterior mantenida por el ex presidente norteamericano. Encabezados por Hugo Chávez y acompañado por un importante crecimiento durante en este periodo de Brasil, la subregión ha tomado más fuerza y se fue gestando este nuevo organismo. Toda esta situación generó mayor unión entre los países de la región y la buena relación entre Chávez, Lula, y Néstor y Cristina Kirchner, sumado a Múgica y Evo Morales entre otros, intentando fortalecer el bloque para insertarse en el sistema internacional con otra fuerza y sin la necesidad de depender de Estados Unidos.

LOS ORGANISMOS EN AL ACTUALIDAD

Más allá de la gran influencia que ejerce Estados Unidos dentro de la OEA, este organismo cuenta con instituciones permanentes de carácter supranacional y funcionarios propios que representan al organismo y no a los países de manera particular. Además, cada uno de los países miembros tiene representantes propios dentro de la Asamblea y el Consejo que representa sus intereses y ejerce su derecho a voto en la toma de decisiones. En ese sentido también presenta características que lo diferencian de la Unasur.

En la Unasur existen instituciones de carácter intergubernamental, donde los gobiernos nacionales tienen mucha influencia. Si bien tienen instituciones permanentes y otras en construcción, no existen todavía funcionarios e instituciones que funcionen con completa independencia de los gobiernos nacionales. El camino para lograr esta independencia es muy complicado porque conlleva a la pérdida de soberanía por parte de los Estados y por ende de poder por parte de los gobernantes nacionales.

El punto de mayor cercanía entre estos organismos tiene que ver con el desarrollo de instituciones propias que se ocupen de la resolución de conflictos de los Estados parte. Si bien tienen distintas herramientas, y persiguen diferentes intereses, cada una de ellas tiene participación y se involucra en los diversos conflictos que puedan perjudicar a uno de sus miembros y ofrece alternativas válidas para alcanzar una solución a través del dialogo y la negociación.

En los últimos años han sucedido algunas situaciones que involucran países que pertenecen a ambas organizaciones y es interesante observar cuales son las reacciones y respuestas que brinda cada una de ellas de acuerdo a los intereses creados en relación a cada caso.

EL CONFLICTO COLOMBIA – VENEZUELA

La crisis diplomática entre estos países comenzó en julio de 2010 cuando Álvaro Uribe, todavía presidente de Colombia, denunció ante la OEA la presencia de grupos guerrilleros de las FARC y el ELN en territorio Venezolano. Ante esta acusación Hugo Chávez decide romper relaciones diplomáticas con su vecino y dio comienzo a una intensa crisis política, que tardaría varios meses en resolverse. Tras los primeros días de conflicto, ambos países aceptaron la intervención de organismos externos para intentar superar la crisis y acercar posiciones para llegar a un acuerdo. En esa época, en Colombia ya había sido electo para asumir como presidente en agosto de ese año, Juan Manuel Santos lo que se recibía con esperanza para retomar un dialogo más fluido con Venezuela. De todas maneras, si bien ambos estaban dispuestos a llevar adelante una negociación, Chávez pretendía que el tema fuera tratado dentro del seno de la Unasur, en la que tiene mayor influencia y mantiene buenas relaciones con casi todos los mandatarios. Al mismo tiempo, Colombia se encontraba mejor dispuesta a tratar con la OEA por verse más cercana a Estados Unidos, por lo que se presentaba allí una lucha de intereses que debían superarse para conseguir finalmente superar la crisis. Finalmente, con el cambio de gobierno en Colombia y la exitosa participación de los enviados de la OEA y la Unasur, los mandatarios de ambos países se reunieron el 10 de agosto y retomaron las relaciones diplomáticas.

PARAGUAY: JUICIO POLÍTICO AL PRESIDENTE LUGO

En Paraguay, el juicio político y la posterior destitución del Fernando Lugo en junio de este año, provocó importantes y variadas reacciones en todo el continente. Este hecho no pasó inadvertido para los gobiernos de la región y los presidentes sudamericanos salieron rápidamente a repudiarlo y a denunciar que se produjo un quiebre del sistema democrático en el país vecino. Tras la asunción del hasta entonces vicepresidente Federico Franco para completar el mandato hasta las elecciones en 2013, tanto el Mercosur como la Unasur decidieron sancionar y suspender provisoriamente a Paraguay y no reconocen al gobierno actual como autoridad legítima.

Como contrapartida, la OEA tuvo una respuesta muy distinta, y a través de su secretario general Insulza informó que no creen necesario ni acertada la decisión de sancionar a Paraguay por estos hechos. Influido por Estados Unidos, desde la Asamblea General entienden que la crisis política interna que vive Paraguay, sumado a las sanciones que sufrió por parte de los organismos subregionales, ocasionan suficiente perjuicio al pueblo paraguayo y entienden que no corresponde según lo sucedido sancionarlo por ningún motivo. De esta forma no hicieron caso al pedido de los representantes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela para que se sancione a Paraguay.

Frente a esta situación, el presidente Federico Franco presentó sus quejas frente a la ONU por las sanciones recibidas por considerarlas ilegales entendiendo que no tuvo la posibilidad de ejercer su derecho a una defensa frente a todas las acusaciones. De esta forma, se mostró en contra de permitir la asistencia de observadores de la Unasur en las elecciones ya que entiende que si está suspendido, el organismo no tiene por qué participar; el actual mandatario sostiene que no fue violada la Constitución y que no permitirá que ningún representante del Mercosur o la Unasur participe como observador en los próximos comicios ni que se involucren en los asuntos internos de su país.