Sistema Universitario Argentino. CIVILES Y LA FORMACIÓN EN DEFENSA

Ante el desinterés político, las Instituciones Educativas Militares se fueron diversificando sin un criterio ordenador generando un dinamismo caótico, donde cada una de las FF.AA. desarrolló componentes propios, sin articulación con sus pares y desvinculados del Sistema Educativo Nacional.

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A pesar del avance que significó, a mediados de la década de 1990, la extensión de un título universitario a los subtenientes, guardiamarinas y alféreces, la ausencia de lineamientos precisos que orientaron en lo sucesivo ese proceso, atentó contra la excelencia académica de esas certificaciones.

A efectos de subsanar el conjunto de inconsistencias que habían posibilitado una distorsión en la formación e instrucción de militares y civiles en el campo de la defensa, se impulsó un proceso de transformación normativa, organizativa y curricular, esencialmente una modernización institucional.

Un antecedente de la transformación fue el debate generado a partir del proyecto “La Defensa Nacional en la Agenda Democrática” (2004). Esta iniciativa trató la temática educativa y permitió delinear un primer marco de ideas, que fue procesado y sistematizado en 2006, tras la creación de un Consejo Consultivo para la Reforma de la Educación de las Fuerzas Armadas. Tal consejo tuvo como mandato evaluar, aportar experiencias, recomendaciones y otras visiones complementarias al proceso de formación y capacitación de las FF. AA. y del conjunto de los recursos humanos de la defensa nacional.

La formación de civiles para la defensa constituye otro eje fundamental en el fortalecimiento de la capacidad de gobierno civil de la política de defensa nacional

La transformación del subsistema educativo de la defensa giró en torno a los siguientes ejes:

  • La creación de una instancia especializada de conducción política.
  • La creación de un órgano educativo para la formación superior conjunta.
  • El establecimiento de cursos básicos y conjuntos de especialidades diversas.
  • La actualización de los planes de estudio de los institutos básicos y superiores de formación.
  • La promoción de complementariedad entre los Institutos Universitarios de las Fuerzas Armadas con el Sistema Universitario Nacional.
  • El diseño de programas de formación de civiles para la defensa (Libro Blanco, 2010: 315-6).

Diseño de Programas de Formación de Civiles para la Defensa Nacional

El objetivo perseguido es formar profesionales civiles que atiendan a la especificidad temática que presentan las distintas responsabilidades de la conducción de la defensa y dotarlos de las capacidades técnicas y administrativas, para interactuar con personal militar y funcionarios políticos del Estado. Ante una situación de limitada oferta académica local, en cuanto a formación de civiles en temas de defensa, se impulsó la creación de las instancias para formar profesionales civiles especializados, dotados de las habilidades y conocimientos para desempeñarse en este ámbito y ejercer su conducción.

La Escuela de Defensa Nacional constituye el principal centro de perfeccionamiento de civiles en el tema. Su fin es adaptar su estructura y oferta académica para participar, eficazmente, de una red educativa al servicio de la defensa en cooperación con Universidades Nacionales, Organismos de Investigación (CONICET y similares), los Institutos Universitarios de las FF. AA. que disponen de instancias de formación a distancia y el Estado Mayor Conjunto a través de la Escuela Superior de Guerra Conjunta (Libro Blanco, 2010: 327-8).

Creación de una instancia especializada de conducción política

Desde la restauración democrática y hasta mediados de la primera década del siglo XXI, el Ministerio de Defensa no había desarrollado una instancia orgánica de nivel político con responsabilidad en la conducción del subsistema educativo de la defensa. La necesidad de un ámbito tal no había resultado imperiosa en un contexto de gestión delegativa, pero devino improrrogable ni bien se decidió asumir, con un abordaje sistémico, la dirección y control de la política educativa militar desde el Ministerio de Defensa. Con esa racionalidad se creó la Subsecretaría de Formación (2007), asignándole la responsabilidad de asistir en la formulación de políticas de enseñanza, formación y capacitación para la defensa nacional en todos sus niveles. Además, debía de participar en la dirección y coordinación del funcionamiento de los establecimientos educativos de las Fuerzas Armadas, del manejo de las relaciones en la materia con otros países, instituciones y organismos internacionales y en la asistencia al diseño de las políticas para la formación del personal civil de la defensa. Bajo su dependencia se encuentran: la Escuela de Defensa Nacional y la Dirección General de Institutos Universitarios de las Fuerzas Armadas.

La Escuela de Defensa Nacional constituye el principal centro de perfeccionamiento de civiles en el tema

La Subsecretaría es responsable de intervenir en la formulación de las políticas de capacitación y formación de las Fuerzas Armadas, estableciendo normas y pautas metodológicas acordes con los lineamientos de modernización del Estado. Así mismo realiza la supervisión, evaluación y certificación de la capacitación permanente llevada a cabo en los organismos educativos correspondientes de las FF. AA. También participa en la formulación y control de la ejecución de planes y programas de estudio, es la encargada de la articulación entre los Institutos Universitarios de las Fuerzas Armadas y las políticas del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y, por último, de la integración de los Institutos Universitarios de las FF. AA., entre sí y con el Sistema Educativo Nacional (Libro Blanco, 2010: 316-7).

La formación en defensa

Se realizaron entrevistas a dos niveles de actores vinculados con el tema de la formación en defensa: académicos civiles de la defensa y Subsecretario de Formación del Ministerio de Defensa.

Al preguntar por las características más importantes que debería tener la formación en defensa, destinada a profesionales civiles, en principio, la indagación tiene que ver con el currículum tanto oculto como explícito de la carrera. Sin embargo, se busca no solo referencias a las materias o conocimientos puntuales que puede o debe tener un especialista civil en defensa, sino relacionadas con todo aquello que constituye su habitus. En tal sentido se espera de los entrevistados que expresen sus puntos de vista sobre cuáles serían los principios y pertenencias que diferencian a los actores que integran el campo de la defensa.

Así, por ejemplo, que puedan describir de forma general los gustos, aspiraciones y preferencias que orientan los intereses y prácticas de los sujetos inscritos en el campo de la defensa. Así mismo, que puedan hablar de las expectativas posibles en función de las estructuras sociales, las relaciones de poder y fuerza que se den en el ámbito de la defensa. Finalmente, que expresen los valores esperables o, a transmitir, conforme al grupo social de pertenencia.

En tal sentido se indagó sobre: políticas y formación superior para la defensa, características deseables para la formación de civiles en defensa y condiciones académicas de cátedras y carreras, en relación con la formación de civiles para la defensa, desde la perspectiva de los actores entrevistados.

Respecto a las políticas y formación superior para la defensa, la investigación dio cuenta de los siguientes hallazgos:

  • En la década del 90, los tres Institutos de Formación de las Fuerzas Armadas se incorporan al Sistema de Educación Superior, hecho considerado como proceso de ciudadanización.
  • La gestión Garré (2005-2010) al frente del Ministerio de Defensa asumió de manera más comprehensiva y efectiva el concepto de control civil en la educación castrense.
  • La vinculación entre formación militar y universidad, desde 1983 a la actualidad, buscó reducir la percepción de las distancias sociales y promover la circulación de saberes y experiencias.
  • La Ley 24984/98 de reestructuración de las Fuerzas Armadas establece que los sistemas educativos del Ministerio de Defensa, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea conforman un sistema en sí mismo, coordinado y supervisado por el Ministerio de Defensa.
  • La finalidad del sistema educativo de la defensa es brindar educación profesional según: cargo, rol y función a desempeñar en las Fuerzas Armadas, ámbito conjunto y áreas de la Defensa Nacional.
  • Este sistema educativo de la defensa evitará capacitar o dar títulos de grado en las especialidades que ya lo haga el Sistema Educativo Nacional.
  • La Escuela de Defensa Nacional (EDENA) depende directamente de la conducción política del Ministerio de Defensa y es el centro de especialización civil, mediante una enseñanza interdisciplinaria de nivel universitario.
  • La EDENA tiene la misión de integrar los distintos sectores de la comunidad y desarrollar estudios/investigaciones sobre: estrategia, planeamiento estratégico y Defensa Nacional.
  • La transformación del subsistema educativo de la defensa, en cuanto a civiles, implicó: la creación de una instancia especializada de conducción política (la Subsecretaría de Formación) y el diseño de programas de formación de civiles para la defensa.
  • El objetivo de la formación de civiles es que puedan atender la especificidad temática de las distintas responsabilidades de la conducción, dotarlos de capacidades técnicas y administrativas, capacitarlos para interactuar con personal militar y funcionarios políticos.
  • La Subsecretaría de Formación tiene la responsabilidad en la formulación de políticas de enseñanza, formación y capacitación para la defensa en todos sus niveles y particularmente del diseño de políticas para la formación de personal civil de la defensa.

Respecto a las percepciones sobre características deseables para la formación de civiles en defensa, la investigación brindó los siguientes datos:

Académicos civiles de la defensa

  • No hacen referencia a contenidos relacionados con lo militar.
  • No se mencionan intereses y prácticas a adquirir, estructuras y relaciones sociales a aprehender, valores propios del campo, es decir, no aparecen referencias a elementos que especifiquen el habitus del campo.
  • Evidencian una fuerte impronta de saberes relacionados con la Ciencia Política y Relaciones Internacionales.
  • La defensa presenta una dificultad simbólica, al no lograr conceptualizarse en toda su dimensión y confundirse conceptualmente con la Seguridad Internacional.
  • El pensamiento hegemónico del momento no da cuenta de todos los debates existentes en el área.
  • El campo de la defensa no crece ni se fortalece en su estructura conceptual y de reproducción, debido al sesgo simbólico.
  • Las instituciones militares que se dedican a estudiar la defensa, como objeto en sí misma, se diferencian de las universidades civiles, donde la temática es abordada con deficiencias conceptuales y profesionales.
  • El campo de la defensa presenta desventajas para los profesionales civiles, dado que por diversas razones no todos acceden a la formación en ámbitos militares (donde se cree que está el mayor conocimiento del tema).
  • Algunas características del habitus de la defensa tienen que ver con la capacidad de análisis y comprensión de la lógica y lenguaje de temas como: doctrinas militares, conflictos armados, valores, actitudes y habilidades con las que, en general, los civiles no están familiarizados.

Respecto a las percepciones sobre condiciones académicas de cátedras y carreras, en perspectiva a la formación de civiles para la defensa, la investigación proporcionó la siguiente información:

Académicos civiles de la defensa

  • En el sistema universitario argentino, la defensa no es un tema para el cual se han generado espacios y condiciones académicas, en esto tiene que ver el prejuicio ideológico.
  • Es importante comprender la interacción civil-militar, la apertura de los ámbitos militares de formación restringida, la convivencia académica; la inclusión entre civiles y militares conlleva la comprensión, el manejo de lenguaje común, el conocimiento de sus culturas, las reglas de juego, valores, actitudes y la producción conjunta de conceptos y productos culturales.
  • Cualquier universidad tiene la capacidad de formar civiles para la defensa, pero hace falta el incentivo económico que solvente las investigaciones.
  • La formación de civiles para la defensa tiene objetivos y funciones diferentes a la formación y conocimiento de los militares sobre la ciencia militar.
  • El sistema universitario, en general, no cuenta con los recursos humanos que tengan el conocimiento necesario en la especialidad de la defensa.
  • Hay dos campos en proceso de consolidación, el de la defensa y el de la seguridad internacional, donde este pareciera absorber al primero.
  • La defensa enfrenta la dificultad de producir un capital cultural propio.
  • Uno de sus actores centrales tiene un discurso ideológico hegemónico que deslegitima los valores de su capital, el desprestigio de dicho capital le quita incentivos a quienes quieran o puedan invertir en este.
  • El campo de la defensa presenta debilidades en cuanto a los actores que poseen la acumulación necesaria de capital cultural para transmitirlo.

Subsecretario de Formación del Ministerio de Defensa.

Sus opiniones, desde su percepción, fueron:

  • La dificultad está en la propia tradición universitaria respecto a ocuparse e involucrarse con la política y la realidad del Estado.
  • La defensa encuentra suficientes respuestas en el sector universitario, el rechazo es solo de algunos, no es generalizado.
  • La conducción política actual cuenta con el respaldo y producción académica necesaria y suficiente, que además, selectivamente, vincula gobierno y universidad en la producción de capital cultural y funcionarios para el gobierno civil.
  • No hay una política para revertir, cambiar o achicar las diferencias y posturas ideológicas de la comunidad académica respecto a la defensa.
  • Hay una falta de percepción política respecto a la necesidad de incentivar el tema, legitimarlo ideológicamente y potenciar el valor de su capital cultural.
  • El área se halla fortalecida en cuanto a ciencia y tecnología, donde aportan las Ciencias Naturales, sin embargo presenta su mayor debilidad en cuanto a las Ciencias Sociales vinculadas a la defensa.
  • No se menciona el aporte de profesionales civiles formados en defensa, lo que da a pensar que el aporte es desde las Ciencias Sociales en general, pero no necesariamente desde carreras de grado con posteriores especializaciones en defensa.
  • No se menciona la defensa entre las áreas o ministerios beneficiados por los intelectuales que colaboran con la gestión actual.

A partir de lo expuesto, podemos concluir que en la vinculación entre políticas y formación superior para la defensa se dan ciertos hitos de fortalecimiento civil del área, tales como: una comprensión más efectiva del control civil, puesta en práctica por la conducción del Ministerio de Defensa en el período 2005-2010; la búsqueda mediante la formación universitaria militar de una reducción de la distancia social con el ámbito civil y la promoción de la circulación de saberes y experiencias; la creación de una instancia de conducción política especializada para el sistema educativo de la defensa, mediante la puesta en funcionamiento de la Subsecretaría de Formación; y el considerar la capacitación-formación de civiles en defensa, como un eje de fortalecimiento democrático del área.

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Maestrando en el Instituto Universitario del Ejército. Escuela Superior de Guerra “Tte. Gral. Luis María Campos”, Tesis: Universidad y Defensa: vínculos, aportes y tensiones del Sistema Universitario Argentino a la formación de posgrados orientados a civiles para la Defensa Nacional.