Bombardeos en Siria 2020

#Reconciliando Mundos se suma a la condena de los actuales ataquen de bombas en Siria y adhiere a la petición internacional para poner fin a esta violación de DDHH.

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Hola,
Si hace unos días te explicábamos las terribles consecuencias de los bombardeos en el noroeste de Siria, lamentablemente hoy nos vemos obligados a volver a denunciar esta horrible situación.

“Exigimos que detengan los ataques indiscriminados. Ya no sabemos cómo hacer para que cumplan con el Derecho Internacional Humanitario: incluso la guerra tiene sus reglas”, denuncia nuestra directora general, Marta Cañas.

Hemos pedido muchas veces a las partes en la guerra siria, a sus aliados y al Consejo de Seguridad de la ONU que hagan todo lo posible para poner fin a estas violaciones.

Basta ya. La población civil debe ser protegida.

Durante todo el martes 25 de febrero, áreas con densas poblaciones de personas desplazadas dentro y alrededor de la ciudad de Idlib y la ciudad de Marit Misirin fueron atacadas con bombas y proyectiles. Al menos dos escuelas y dos jardines de infancia que albergan a familias desplazadas fueron bombardeados.

Esa misma noche, los tres hospitales que apoyamos en la zona se vieron inundados por la afluencia urgente de pacientes. Al menos 14 de los pacientes gravemente heridos son niños.

Uno de los cirujanos del Hospital Quirúrgico de Idlib nos explicó pocas horas después de los ataques aéreos: “Algunas de las heridas eran amputaciones, lesiones neurológicas y otras lesiones. La mitad eran niños y mujeres. Cundió el pánico en la ciudad con el sonido de los bombardeos, de las sirenas. La gente entró en pánico. Fue un día muy sangriento y duro”.

Dos de estos hospitales han sufrido bombardeos cercanos, con proyectiles aterrizando a menos de 100 metros. Cuatro médicos que trabajan para el Hospital Central de Idlib sufrieron heridas leves por la explosión.

“¿Cuántas madres tienen que sostener a su bebé en brazos mientras caen bombas por todas partes? ¿Cuántos padres tienen que tranquilizar a sus hijos y hacerlos reír, mientras estalla el fuego?”, lamenta Cristian Reynders, nuestro coordinador de proyectos para el noroeste de Siria. “La esperanza de la gente de Idlib es una sola: preservar la vida humana. Y sus esperanzas se reducen día a día, minuto a minuto”.

Los bombardeos indiscriminados en áreas civiles se han convertido en un sello distintivo de esta guerra y el Gobierno sirio debe comprometerse a cumplir con el Derecho Internacional Humanitario y respetar las reglas de la guerra.

Condenamos rotundamente estos hechos.