Ciencia y tecnología aplicada al desarrollo. LA BIOTECNOLOGÍA Y SUS PERSPECTIVAS

La población humana superó los 7.000 millones de habitantes en el mundo y según la ONU1, para este 2015, se alcanzarían los 7.300 millones. Con este aumento de habitantes, la superficie posible de ser cultivada está llegando a un límite y, a la vez, la situación produce un incremento en los costos ambientales.

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El Banco Mundial estima las hectáreas agrícolamente utilizables en 4.900 millones, lo que inevitablemente determinará una creciente y agresiva presión sobre la productividad del suelo.

Con la tecnología disponible y la que presumiblemente pueda generarse en el plazo inmediato, el aumento de productividad necesario podría lograrse, pero debe advertirse que, de no incorporar en simultáneo, medidas de sustentabilidad, dicha productividad será a expensas de una mayor tasa de extracción de nutrientes del suelo. A modo de simple ejemplo, de lo esencial que constituye la incorporación de nuevos conocimientos científicos y tecnológicos, en un intento por paliar esta grave situación, debemos considerar que la reposición total de estos nutrientes mediante fertilizantes químicos no es sostenible ambientalmente y, por ende, es esencial la incorporación de biofertilizantes amigables con el medio ambiente.

Para ello, privilegio la definición de Biotecnología como: “Aquella ciencia que abarca desde la producción de commodities y specialities (biofármacos, química), hasta semillas y animales transgénicos, como así también, los procesos de remediación ambiental y aquellos relacionados con la sustentabilidad de los ecosistemas productivos”.

Para tan amplio espectro de procesos, solo recientemente se verifica una mayor disponibilidad de las denominadas tecnologías ómicas (high-throughput), así como el acceso público a las secuencias genómicas de diversos tipos celulares de interés biotecnológico. Esta situación, lejos de constituir una desventaja para la Argentina, representa la oportunidad de privilegiar la formación de recursos humanos que sepan “leer” estos nuevos conocimientos y aplicarlos a las inmensas ventajas relativas que posee el país con respecto a otros. Es indudable que todos estos factores están modificando, sustancialmente, el paradigma de la investigación biológica y, por ende, las modalidades bajo los cuales se implementan los nuevos desarrollos biotecnológicos.

Esta situación, si es acompañada por una decidida política de desarrollo científico y tecnológico orientado, constituye una expectativa cierta de estrechar la brecha tecnológico-productiva con los países centrales, acompañando lo necesario para maximizar las posibilidades de éxito en los desarrollos biotecnológicos nacionales, los que a su vez, redundan en una máxima economía de recursos. Es decir, existe hoy la justificación y al mismo tiempo la necesidad de lograr una política científica tecnológica independiente, perdurable y que privilegie los objetivos nacionales abordando las áreas de vacancia y de máxima perspectiva en el desarrollo económico de Argentina y Latinoamérica. Este desarrollo deberá ser fuertemente interdisciplinario, debiendo hacer accesible y efectiva la transferencia de las metodologías generadas al desarrollo de los sistemas biotecnológicos y/o para su aplicación al área de la biomedicina incluyendo, de manera prioritaria, al sector productivo de capital nacional.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA APLICADA AL DESARROLLO

Hacia el necesario diseño de proyectos nacionales que comprometan a todos podría pensarse que la biotecnología, (por el hecho de englobar tanto objetivo potencial) podría definir poco en un contexto que dista de poder financiar todo aquello que se diseña en el papel y en la teoría.

Por ello, es fundamental la búsqueda de alternativas productivas y estrategias de planificación de desarrollos públicos nacionales o regionales de envergadura, que promuevan en simultáneo la inserción de PyMEs a los mismos y el aprovechamiento nacional del conocimiento, dando fundamento concreto a la idea-objetivo del emprendimiento.

Esto se reduce a que la Argentina debe constituir un país de aplicación del conocimiento generado y no limitarse al licenciamiento de patentes, evitando que se terminen adquiriendo valores agregados sobre la base de desarrollos realizados por recursos humanos argentinos.

En este marco, se podría afirmar que, cuando convergen conocimientos con decisiones de política científica claras, no solo se permite el máximo aprovechamiento de los recursos humanos, sino también se promueve el desarrollo simultáneo de políticas de inclusión social y soberanía, como bien recordaba la Presidente de la Nación, en la reciente inauguración del Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA),dependiente de las empresas ARSAT e INVAP, donde se realizan las pruebas del satélite argentino Arsat 1, y más adelante, los programados Arsat 2 y 3, los cuales ofrecerán variedad de servicios en telecomunicaciones, para todo el continente. Si este hecho resulta destacable, también lo es el hecho de que más de 1.000 PyMEs se hayan visto relacionadas con tales desarrollos.

Quizás este, sea un ejemplo a seguir e imitar por otras áreas de la economía nacional.
En el área de la biotecnología, se debería evaluar la posible producción de medicamentos e insumos médicos a nivel nacional, lo cual promovería un desarrollo que permitiría la incorporación de los recursos humanos nacionales y la optimización de instalaciones hoy disponibles, algunas de las cuales incluso, fueron beneficiadas, oportunamente, por subsidios de la Presidencia de la Nación. Un ejemplo lo constituye el Instituto Biológico de La Plata (2.540.000$), el cual produce 70.000.000 de comprimidos medicinales al año, a un precio inferior en un 80% al producto que depende de importaciones. Este hecho debería ser analizado minuciosamente para promover el desarrollo biotecnológico nacional en el área, lo que permitiría la sustitución de importaciones, que año tras año van en aumento, incrementado el desequilibrio de la balanza de pagos. Para ello es necesaria la efectiva implementación de la Ley 26.688, que promueve las vinculaciones entre EBT s en la temática médico-sanitaria y las Universidades Nacionales y los Organismos de Ciencia y Tecnología.

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La enorme importancia de tal decisión puede ser fácilmente evidenciada, teniendo en cuenta que el mayor comprador de medicamentos es el propio Estado nacional. Un análisis concienzudo de las áreas de posible interacción del sector público de investigación, con el sector privado y estatal de producción de productos biotecnológicos, permitirá observar que su número es elevado y debería ser atendido por una política que busque el máximo aprovechamiento de los recursos humanos disponibles, en la generación de las tecnologías nacionales necesarias.

LA PROV. DE BS. AS. Y LA BIOTECNOLOGÍA

Para el desarrollo de una biotecnología con objetivos de inserción real en la economía argentina, es fundamental tener presente que, en la Prov. de Buenos Aires, se localiza alrededor de la mitad (un número cercano a 60) de la capacidad empresaria nacional con objetivos biotecnológicos, con una facturación que supera holgadamente los 2.000 millones de pesos anuales. Así mismo, y teniendo en cuenta que la Prov. de Bs.As. constituye a nivel nacional el territorio con: Mayor Producto Bruto Interno (PBI), mayor número de habitantes, mayor número de Universidades Nacionales, mayor número de empresas y “masa crítica” en biotecnología, es indudable, que su papel en el desarrollo productivo futuro del país es decisivo.

A dichas consideraciones, debe sumarse el hecho no menor, de que la Prov. de Bs.As., a diferencia de otras provincias, posee un organismo provincial con objetivo prioritario en la promoción de la investigación científica y en la transferencia de la tecnología: la Comisión de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Prov. de Buenos Aires (CIC).

Un reciente relevamiento de la infraestructura Biotecnológica en la Provincia (realizado y financiado por la CIC) permitió determinar que la aplicación de productos biotecnológicos en el agro ocupa el primer lugar. Ello no sorprende, dado que en el territorio provincial se encuentra uno de los mayores polos semilleros de Latinoamérica, destinado a la producción de semillas transgénicas, mutagenizadas y/o producidas mediante fitomejoramiento tradicional. A ello se suman otras empresas PyMEs con elaboración de productos biotecnológicos, las cuales se encuentran en pleno desarrollo. En este sentido, cabe mencionar, a las empresas de inoculantes y productos de bioformulación (bioinsecticidas y otros productos biotecnológicos), las cuales poseen presencia en el mercado nacional, siendo reconocidas mundialmente.

A estas actividades se añaden los desarrollos en biotecnología con destino a la producción ganadera, los que han experimentado un claro impulso en los últimos años, en particular en los aspectos de reproducción y sanidad animal.

Aun así, el relevamiento indicaría que sería deseable un incremento de las empresas con capacidad de clonar, sexar embriones, semen, fertilizar in vitro y mejorar la selección de reproductores bovinos, caprinos y porcinos. Así mismo se menciona que existe una buena capacidad de desarrollo potencial en productos biotecnológicos como: las vacunas recombinantes y los reactivos de diagnóstico.

Finalmente, el estudio de relevamiento explicita las enormes potencialidades para el desarrollo biotecnológico de insumos y servicios relacionados con el cuidado y el restablecimiento de la salud humana.

Como corolario de la situación de las empresas de biotecnología en la Prov. de Buenos Aires se concluyó que constituyen “una interesante base productiva e innovadora” pero que aún no ha sido posible constituir un tramado de interrelaciones público-privadas e interempresarial, que maximice los recursos humanos y las capacidades instaladas para conformar un sólido modelo productivo.

En definitiva, lo que se reclama es el diseño y puesta en marcha de una red capaz de sumar sinergias a las actividades productivas que hoy constituyen, mayoritariamente, iniciativas personales y/o mono-institucionales.

En base a estos lineamientos, se podrían establecer como prioritarios los siguientes objetivos, para el desarrollo de la biotecnología en la Prov. de Buenos Aires:

  • Promover la rejerarquización de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Prov. de Bs.As. (CIC), debiéndose analizar los aspectos positivos y negativos (y la pertinencia o no) de la posible creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología Provincial. En este mismo sentido, se hace necesaria la jerarquización de la Carrera del Investigador Científico de la CIC, de su personal de apoyo a la investigación y de sus programas de formación de recursos humanos, lo que incluye la consolidación y aprovechamiento integral de su sistema inédito (en vigencia) de becas para formación de orientaciones científicas de los estudiantes universitarios avanzados. Al mismo tiempo, al actual régimen que regula la actividad del personal dedicado a la investigación en la provincia, habrá que sumar nuevas formas de trabajo que faciliten la presencia de ese personal en las empresas productivas; que promuevan la creación de EBT ́s y que habiliten el desempeño de los científicos y tecnólogos del sector público en actividades de consultoría.
  • Analizar la instrumentación efectiva de Tecnicaturas Superiores en áreas estratégicas con dependencia directa de la Educación Superior de la Dirección de Escuelas de la Provincia, promoviendo el diseño de currículas semipresenciales en colaboración con la CIC y las Universidades y Municipalidades de una determinada zona de influencia. Se deberá tender a la regionalización de la demanda, priorizando el dictado de nuevas carreras (algunas ya aprobadas pero sin dictado actual) como la Tecnicatura Superior en Piscicultura; la Tecnicatura Superior en Biotecnología; entre otras.
  • Posibilitar la creación de conglomerados académicos/productivos que contemplen como prioritario la transferencia de tecnología y la asistencia tecnológica de alto nivel.
    Como hipótesis de trabajo puede evaluarse la creación de Centros de Investigación, Capacitación Académica y Transferencia de Tecnología (CICT) provinciales con doble dependencia entre Universidades y la CIC. Su creación debería ser acompañada con la creación de un Programa de Becas y Proyectos Estratégicos de la CIC, consensuados con la región de incidencia.

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  • Promover e incentivar, la asociación con la Nación en el financiamiento conjunto de PICTOs (Proyectos de Investigación Científica y Tecnológicas Orientados) con evaluación ejecutiva de la CIC y financiados por el FONCYT (Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología).
  • Aplicar el dictado de un mayor número de Maestrías a nivel agronómico en Universidades con asiento en la provincia, que incluyan una tesis de graduación directamente relacionada con proyectos productivos (preferentemente con incorporación de nuevas Biotecnologías) asesorados por las Escuelas de Negocios universitarias.
  • Impulsar el aprovechamiento máximo de las líneas de financiamiento alternativo para las pequeñas y medianas empresas con sede en la provincia a través del MINCYT (Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación) y las líneas de subsidios y préstamos a tasas subsidiadas
    denominadas FONTAR (Fondo Tecnológico Argentino) y FONARSEC (Fondo Argentino Sectorial). Su promoción y facilitación al acceso a tales líneas de financiamiento, es especialmente válido para las pequeñas y medianas empresas, las cuales tienen dificultades objetivas para desarrollar o incorporar tecnologías, a diferencia de las grandes empresas y especialmente las de carácter transnacional, que acceden con fluidez a los avances tecnológicos, tanto por la acción de sus capacidades locales de I&D, como también por la de sus casas matrices.

CONCLUSIONES

Es de suma relevancia destacar la esperanzadora situación que planteó la aprobación en el presupuesto del año 2014, con un notable incremento en 7.800 millones de pesos, en cuanto a los recursos para la ciencia y la tecnología.

Dichos fondos han sido destinados, al Fondo Nacional para la Educación Técnico-Profesional (en los niveles medio y superior no universitario); a la promoción y al financiamiento de las actividades científicas y tecnológicas del CONICET; a la investigación aplicada y a la innovación tecnológica desarrollada, enfocada en el sector agropecuario.

Dicha realidad, solo determina el camino lógico para poder lograr un desarrollo científico y tecnológico, que apuntale la actividad productiva nacional, en búsqueda de una mayor independencia y competitividad. Dado que el conocimiento con utilidad, casi nunca es de libre circulación.

En realidad, constituye un bien preciado que se compra bastante caro, o bien, se desarrolla de manera autónoma.

La no comprensión de tales realidades ha determinado que la adquisición de la tecnología, que genera bienes y servicios, haya constituido un problema histórico, tanto del país como de la región latinoamericana, es por este motivo que resulta prioritario, el diseño y la producción soberana de la misma.

En conclusión y para analizar, deseo dejar una reflexión personal, a tener en cuenta: “Estoy convencido de que en las áreas de ciencia y de tecnología es importante tener presente que, nadie se debe sentir más de lo que es, ni menos de lo que puede ser”. ◊


(1) www.esa.un.org.