La inteligencia criminal es el aprovechamiento de información procesada que proporciona conocimiento adicional respecto de las actividades criminales dentro de un proceso de investigación. La inteligencia criminal como producto analítico provee información que normalmente es desconocida por los investigadores y que puede ser utilizada como parte esencial de los esfuerzos en la aclaración y solución de casos criminales de cualquier naturaleza.1

En ese contexto, José Manuel Ugarte la concibe como “aquel aspecto de la actividad policial dirigido al estudio de las organizaciones criminales, que emplea los métodos de inteligencia para este aspecto específico de inteligencia criminal. No es actividad de inteligencia propiamente dicha o en sentido estricto. Es una actividad fundamentalmente policial y se caracteriza porque debe hacerse por organismos policiales y por personal que cumple funciones de auxiliar de justicia, con conocimientos de derecho procesal y de derecho penal, tendiente a investigar organizaciones criminales que amenacen, pongan en riesgo o atenten contra la vida, el patrimonio y los derechos y garantías de los ciudadanos o contra el Estado de derecho, sus instituciones o el sistema representativo y republicano”2.

NOCIÓN Y MARCO NORMATIVO

En rigor, la expresión inteligencia criminal, lejos de vincularse a la utilización de oscuros procedimientos relacionados con el espionaje y el terrorismo de Estado, toma un giro distinto ya que se conforma un sistema metodológico destinado a sujetos y objetos específicos. Por un lado se refiere a los rasgos típicos de la criminalidad, el criminal, distinguiendo la delincuencia común de la organizada. Por otro lado abarca la información reunida de distintos tipos de amenazas, riesgos y factores de inseguridad, como materia prima para análisis criminal. “los métodos de inteligencia fueron tomados del campo militar para traspolarse al terreno policial3”.

Su contexto normativo comprende “la parte de la inteligencia relativa a las actividades criminales específicas que, por su naturaleza, magnitud, consecuencias previsibles, peligrosidad o modalidades, afecten la libertad, la vida, el patrimonio de los habitantes, sus derechos y garantías y las instituciones del sistema representativo, republicano y federal que establece la Constitución Nacional”, todo ello según el artículo 2° de la Ley 25.520 de Inteligencia Nacional.4

No obstante, la implícita sensibilidad del tema y los niveles de complejidad que presenta, determinan un marco teórico normativo muy ajustado, que se traduce en un severo control democrático de la actividad, propio de la forma republicana de gobierno.

Esto significa que los organismos enumerados en la ley citada que integran el Sistema de Inteligencia Nacional, poseen dos limitaciones muy relevantes: (a) El título II de la norma referida a la Protección de los derechos y garantías de los habitantes de la Nación, enmarcando el funcionamiento del sistema dentro de las previsiones de la Constitución Nacional, en clara alusión a la protección de derechos humanos individuales, y (b) el Control parlamentario del Titulo VIII de la ley, conformado por una Comisión bicameral en el marco del Congreso de la Nación.

PRINCIPIOS GENERALES

Como toda disciplina metodológica, los sistemas de inteligencia criminal utilizados en el mundo, presentan comunes denominadores que integran paradigmas a seguir en el estudio de la información. Y en tal sentido señalamos los principios enumerados por Fabiano5 que buscan comprensión y observancia para una organización y producción de Inteligencia Criminal óptima.

· Conocimientos específicos: se obtienen mediante la formación de especialistas en cada uno de las ramas delictivas hacia las que se encamina la tarea de Inteligencia.

· Sencillez: el actuar de Inteligencia debe ser concreto, por lo tanto todo aquello que pudiera ser complejo, será desechado totalmente. Los procedimientos ingeniosos deberán traducirse en órdenes claras y formas fáciles de ejecución. Los requerimientos e informes no deben caracterizarse por comentarios sofisticados.

· Alcance: la difusión o llegada del producto al usuario deberá efectuarse con criterio selectivo a fin de satisfacer los requerimientos que se formulen, como así también, anticipar lo que se estime pueda resultar de interés a determinados usuarios del sistema. Deberá evitarse difundir a quien no hará explotación de la misma y en donde no se aplique el concepto de restricción del conocimiento difundido.

· Acción operativa: está relacionado con la actividad de reunión informativa, explotación de fuentes, producción de inteligencia y difusión, insistiendo en la dinámica de continuidad que caracteriza al ciclo de Inteligencia que se propuso.

· Objetivo: toda actividad debe estar orientada a la obtención de resultados concretos y preferentemente definitivos para poder activar.

· Seguridad: los medios de Inteligencia Criminal desarrollan actividades en sus zonas de responsabilidad e interés, lo cual obliga a extremar medidas de protección del medio y de la información. Es exigencia de la especialidad poseer una “conciencia de seguridad” amplia y estricta basada en la disciplina del secreto, la discreción y la aplicación de medidas. La más alta vulnerabilidad la provoca que la delincuencia conozca lo que un organismo de Inteligencia Criminal sabe de ellos.

· Equipo: los objetivos no serán logrados por oportunos y exitosos esfuerzos individuales sino por la práctica utilización y adecuado desempeño de un conjunto de personas y medios.

· Conducción centralizada y ejecución descentralizada: la mejor forma aplicable es la unidad de comando.

· Sorpresa: se procede en tiempo y espacio preservando el factor sorpresa (secreto + velocidad) procurando que la delincuencia no advierta el ejercicio de actividades.

· Variedad de Fuentes: cuanto mayor sean en lo cualitativo y cuantitativo las fuentes, se asegura calidad del producto informativo.

· Oportunidad: es prioridad absoluta sobre los restantes principios; siempre se deben satisfacer los tiempos cronológicos o de oportunidad que los decisores esperan del producto.

· Exactitud: la aproximación a la verdad absoluta con el ánimo de proveer certeza y el sano juicio o criterio de los analistas para apreciar la realidad delictiva sin vicios o influencias socioculturales, se convierten en indispensables para la credibilidad de la especialidad.

· Espacio: el estricto respeto a los escalones de comando en los cuales se desempeña y la observancia de las zonas de responsabilidad determinadas.

· Capacidad: el desarrollo de potencialidades basadas en los recursos del organismo y la capacitación/ actualización del personal que permitan adecuación para la explotación informativa en el medio delictivo.

· Previsión: “El ver antes” es el sentido profundo de la Inteligencia Criminal, considerando que a partir del producto se elaboraran futuras acciones.

· Prospectiva: Una de las características de nuestro tiempo es la dinámica de las acciones y la velocidad de las transformaciones sociales y por ende también de las delictivas, plantean una necesidad de proyección a futuro respaldada por técnicas, procesos sistemáticos y sistemas idóneos.

· Servicio: la misión es proveer a la conducción los elementos coadyuvantes para las decisiones de forma de elaborar productos apreciados y necesarios.

· Flexibilidad: el campo de la Inteligencia criminal debe adaptarse rápidamente a situaciones imprevistas o cambiantes para ser efectiva.

· Continuidad: la acción ininterrumpida asegura la permanente actualización y dinámica del sistema.

· Depuración: la posibilidad de acumulación de datos carentes de actualidad o necesidad de empleo, el análisis adecuado advirtiendo las posibilidades de engaño y la confusión deben ser premisas que permitan mantener un sistema de consulta y tratamiento de total aprovechamiento de los datos.

· Utilidad: característica deseada de todo el accionar de producción en la operación.

· Enfoque: los últimos instrumentos normativos de la Inteligencia Criminal han legitimado con transparencia pública el accionar; proveyendo con claridad las pretensiones de conocimiento de los estados respecto a las actividades del Crimen Organizado y delincuencia en general. Las clasificaciones de Inteligencia Tipológica e Inteligencia Especifica proponen un amplio campo de acción que los organismos específicos deben respetar.

· Registro: no puede desarrollarse prospectiva sin el conveniente tratamiento de los antecedentes y situación en tiempo real de los problemas en estudio; es por ello, que la Inteligencia Criminal requiere del apreciado almacenamiento de información respecto de la delincuencia que admita su consulta rápida y completa para coronar la eficacia de las acciones operativas e informativas.

· Organización: es la correcta disposición de los medios con el pertinente enlace que encauce la ejecución, optimizando recursos y sosteniendo la integridad.

· Sistema: la pertenencia de una organización de Inteligencia Criminal es siempre a un sistema mayor que lo provee de un propósito específico generando una interrelación y retroalimentación.

EL CICLO DE LA INTELIGENCIA CRIMINAL

Se parte de un concepto primordial: la información. Resulta tal un dato o conocimiento de una actividad relevante para la seguridad pública que desde el punto de vista judicial conforma un evento aún no confirmado, el cual incorporado al proceso debidamente verificado, conforma la categoría de evidencia.

De esta forma se comienza con la información en bruto denominada: HARC (Hechos, Amenazas, Riesgos, Conflictos). Esta información es de interés porque se afecta a la paz social, y a partir de ellas de producen líneas de investigación para dirigir estrategias que orienten a prevenir crímenes y reducir sus índices.

La incorporación de información debidamente verificada de utilidad judicial, se realiza por medio del ciclo deInteligencia Criminal, el cual conforma “una secuencia de actividades que se divide en pasos a través de los cuales se procura en forma racional y lógica, obtener la inteligencia requerida, cualquiera sea el nivel en el que se emplee. El ciclo generalmente es un proceso de cuatro pasos que comienza con un requerimiento de parte del consumidor ó una amenaza latente, riesgo ó conflicto a la seguridad, luego sigue la reunión de información del mismo, a continuación su análisis y por último la difusión a los interesados”6.

La producción de Inteligencia Criminal puede realizarse teniendo en cuenta tres dimensiones básicas:

·1· El delito, en cuanto objeto de estudio volcado en la realidad (es decir, no el delito como figura en el código penal, sino el crimen acontecido en el mundo real que es delito).

·2· El autor o la víctima del delito (sujetos vinculados con el delito).

·3· Los métodos utilizados para aclarar o resolver el incidente (es decir, una vez cometido el crimen por el delincuente hacia su víctima, su reconstrucción histórica hasta que recibe el castigo penal).

Pero no solo dicha metodología es utilizada en el ámbito de la seguridad pública o ciudadana. Como bien refiere Ramírez Acosta en el artículo citado, “también, la Inteligencia Criminal es utilizada para el desarrollo de análisis de predictibilidad con enfoques básicamente preventivos para diseñar estrategias de seguridad operacional y de tratamiento de ilícitos al interior de grandes organizaciones. La inteligencia está concebida para la acción, para la toma de decisiones y no solo como meros reportes de cumplimiento de tareas”.

El intercambio de inteligencia entre autoridades de seguridad y de los órganos persecutorios y de procuración de justicia, es en realidad el corazón de esta disciplina. La Inteligencia Criminal ofrece un apoyo inapreciable a las fuerzas de la ley y el orden, y se constituye en una herramienta fundamental en la investigación encubierta para combatir y erradicar el crimen organizado.

CÓMO FUNCIONA LA INTELIGENCIA CRIMINAL

A modo de ejemplo. Si en una ciudad o en un partido se produce un repentino aumento de denuncias por robo de vehículos de alta gama, al analizar la distribución de la delincuencia se estudia el alcance del problema, el lugar, horarios de robos, y el modus operandi. Así se comprueba por ejemplo que el 80% de los hechos suceden en dos localidades específicas, entre las 23.00 y las 02.00 hs., y se estima que los delincuentes provienen de una localidad vecina. Los resultados de este tipo de análisis y la Inteligencia Criminal obtenida llevan a que la policía comprenda cuál es el problema, de qué se trata y determine su plan de acción (que puede ser aumentar la vigilancia en esos barrios por la noche, informar a los vecinos para adoptar medidas preventivas).

El objetivo de la metodología de inteligencia no tiene finalidad judicial específica como la criminalística, que busca la reconstrucción histórica para saber cómo fue el crimen y quien fue su autor, sino más bien tomando esos datos con un sentido de reconstrucción estratégica, se busca la prevención del delito.7 Para tal fin se utilizan las técnicas estadísticas, gráficos, informes y mapas del delito. Con dicha información se ubican características generales de delincuentes fijando patrones comunes, subjetivos y de actuación, y también métodos de resolución de casos, analizando y comparando hechos criminales de igual naturaleza.

MODELOS DE INTELIGENCIA CRIMINAL EN EL MUNDO

Los modelos de inteligencia en el mundo comenzaron a destacarse por la búsqueda de objetivos específicos. Vale decir, como la finalidad de la inteligencia criminal es la mejor respuesta del Estado ante las amenazas y la prevención del crimen, surgió un paradigma referido por Howard Atkin (citado por Repalli), donde se consigna “mantener el orden con la Inteligencia”8, de modo tal que involucra una Inteligencia y un producto, diseñados para informar la toma de decisiones de la policía a niveles táctico y estratégico. La utilidad de mantener el orden con inteligencia generó métodos y modelos diversos:

· Mantener el orden proactivamente.

· Mantener el orden orientados al problema.

· Mantener el orden basados en la comunidad.

· Mantener el orden Intolerantemente (conocido como Tolerancia Cero).

· Repetir victimización.

· Mantener el orden dirigido al objetivo.

· Mantener el orden por objetivos.

Estos modelos de mantención del orden poseen comunes denominadores:

·a· La generación de productos analíticos e Inteligencia precisos y oportunos, relevantes para metas operativas, que describen la naturaleza y el alcance de los problemas que afectan la jurisdicción de la organización actuante.

·b· El uso de estos productos analíticos y de Inteligencia para desarrollar y guiar estrategia, planeación operacional o cualquier acción dirigida a estos problemas.

·c· Monitoreo continuo y evaluación para determinar el impacto de acción sobre los problemas, y el desarrollo continuado que comprende el cambio o el progreso.

Algunos modelos destacados

El modelo SARA (Scanning Analysis Response Assessment) –o DARE (Detección, Análisis, Respuesta, Evaluación) – es utilizado en EEUU y Gran Bretaña, para la reducción de la delincuencia y es una parte integral del modelo policial comunitario. Consta de cuatro etapas:

Una derivación del método SARA, es el proceso COMPSTAT utilizado por la policía de Nueva York basado en cuatro principios para la reducción del crimen:

·1· Inteligencia precisa y oportuna.

·2· Tácticas efectivas.

·3· Despliegue rápido de personas y recursos.

·4· Seguimiento insistente y valoración de la táctica.

Con dicha metodología se revisa la inteligencia para identificar formas de reducir problemas específicos del crimen en tiempos y lugares determinados. Vale decir una aplicación del SARA en escala de tiempo y lugar concretos. Otro modelo de interés aplicado a la delincuencia organizada es el utilizado por la Oficina de Políticas de Control Nacional de Drogas (Ondcp) referido a Áreas de Alta Densidad en Tráfico de Drogas (HIDTA’s según sus siglas en inglés), que implica la valoración de inteligencia basada en amenazas para actuar conforme las siguientes etapas:

·1· Desarrollo de la valoración de amenaza inteligente.

·2· Formulación de estrategia basada en la valoración de dicha amenaza.

·3· Desarrollo e implementación de iniciativas basadas en esta estrategia.

·4· Medición de salidas y resultados.

Y finalmente en Gran Bretaña el Modelo Nacional de Inteligencia del Reino Unido (NIM), como modelo para mantener el orden enfocado en problemas específicos del crimen, cambiando el organigrama de actuación de los modelos empresariales. El modelo ofrece productos de administración de Inteligencia estandarizada que intenta facilitar el intercambio entre agencias, y a través de las fronteras en todos los niveles. Se busca que los analistas se den a la tarea de generar productos de Inteligencia que ayuden a identificar objetivos empresariales, así generan nuevas bases de análisis y evaluación.

Para finalizar, y rescatando las expresiones de Repalli, citando a Hernan Goldstein (2001), se rescata la finalidad de la inteligencia criminal en las políticas de seguridad pública, siempre enfocada a la función del mantenimiento del orden público. Así, la política de seguridad pública orientada a la solución de problemas criminales ubica en el más alto nivel de importancia los siguientes principios:

·a· Las nuevas respuestas al problema criminal deben ser de naturaleza preventiva.

·b· Las nuevas respuestas al problema criminal no deben depender de la acción o uso del sistema de justicia penal.

·c· Se deben involucrar otras agencias gubernamentales distintas a la policía que puedan apoyar en la planificación y ejecución de estrategias.

·d· Se deben involucrar a las organizaciones privadas y a las comunidades, cuando su participación proporcione el potencial de reducir significativamente el delito. ◊