La elección del slogan no es azarosa de­bido a que este bloque regional tiene la potencialidad de convertirse, en unas décadas, en la cuarta economía mun­dial después de China, India y los Es­tados Unidos. Repasando la evolución del espacio regional, ECOWAS se cons­tituyó oficialmente el 28 de mayo de 1975, tras la firma del Tratado de Lagos y, actualmente, tiene sede en Abuja, Ni­geria. Los países miembros desde su constitución son: Be­nín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea-Bissau, Guinea, Liberia, Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo. En la misma fecha había suscripto Mauritania, la cual pasó a ser miembro cesante en el año 2000, y en 1976, un año después de la conformación del bloque, se integró Cabo Verde.

Los primeros años de la Comunidad fueron complica­dos por las notables diferencias culturales, étnicas, lingüísti­cas y políticas, entre otras, de los países miembros, sin em­bargo, con el paso de los años, el compromiso de avanzar hacia un verdadero espacio común ha dado lugar a que la organización institucional del bloque regional sea similar a la de la Unión Europea, y en la actualidad cuente con ocho órganos principales: La Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno; El Consejo de Ministros; El Parlamento de la Co­munidad; El Consejo Económico y Social; El Tribunal de Justicia de la Comunidad; La Comisión; El Banco de Inversión y Desarrollo de la ECOWAS; y La Orga­nización de Salud de África Occidental.

Entre los mencionados órganos debe aclararse que la Comisión cumple un papel destacado, debido a que es la principal entidad responsable de la implementación de to­das las políticas y medidas adoptadas por la Conferencia de Jefes de Estado y el Consejo de Ministros, la cual fue establecida en el año 2006 para sustituir a la Secretaría. La misma se encuentra compuesta por nueve miembros de países que conforman el bloque, los que son seleccionados de manera rotativa.

Dentro de los múltiples objetivos de este espacio re­gional, el principal de ellos es crear un único y gran blo­que a través de la unión económica y comercial. Para esto, ECOWAS cuenta con dos instituciones de las mencionadas: la Comisión y el Banco para la Inversión y el Desarrollo1. En esta línea, en el año 1993, el tratado constitutivo fue revi­sado para acelerar el proceso de integración y conformar una unión económica y monetaria con el fin de estimular el crecimiento y el desarrollo, en este aspecto, de la región, con los objetivos de eliminar los derechos aduaneros para el comercio intra-bloque, como así también los impuestos con efectos equivalentes; establecer un arancel externo co­mún (AEC); armonizar las políticas económicas y financie­ras y conformar una zona monetaria única.

Si bien aún no se ha logrado conformar la zona mone­taria única, respecto de este último punto debe destacarse que dentro del bloque se encuentra constituido un sub-blo­que de ochos países que conforman la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (WAEMU, por sus siglas en inglés) los cuales comparten el franco CFA2 como moneda común. La WAEMU fue creada por un tratado firmado en Dakar, Senegal, el 10 de enero de 1994 por los jefes de Esta­do y de Gobierno de Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Malí, Níger, Senegal y Togo y el 2 de mayo de 1997 se in­corporó Guinea – Bissau.

En el contexto descripto, la finalidad del presente artí­culo es presentar los aspectos económicos y comerciales del bloque, analizando sus principales actores y la dinámica de los mismos. Así mismo, también se introduce la “ECOWAS- Visión 2020” que resume los objetivos más importantes del bloque, los cuales articulan una visión estratégica de largo plazo; y por último se presentan las consideraciones finales.

DESEMPEÑO ECONÓMICO: FORTALEZAS Y DEBILIDADES

El potencial económico de ECOWAS se encuentra represen­tado por el amplio mercado interno constituido por unas 295 millones de personas. Además, el espacio de integra­ción comercial3 en el que se encuentra inmerso el bloque genera fuertes sinergias para la expansión hacia afuera, complementándose de esta forma un fuerte mercado do­méstico con una dinámica demanda externa.

En primer lugar, analizando el desempeño macroeco­nómico del espacio económico constituido por los 15 paí­ses, se verifica que el producto bruto interno (PBI) del blo­que es de aproximadamente 675 mil millones de dólares, el cual se expandió un 6,7% durante 2014 y se estima que durante este año crecerá a una tasa del 7%.

Por otra parte, tal como se observa en el gráfico 1, des­de 1981 (primer año de información disponible completa) hasta el estimado para el año 2019, el crecimiento promedio del espacio regional en su conjunto es de 4,4% anual, debido a la debilidad y volatilidad del nivel de actividad experimen­tada durante la década de los ’80; mientras que si se consi­dera este mismo indicador desde el “boom” iniciado en el año 2001, la media trepa a una expansión del 6,8% anual.

No obstante, debe destacarse que en el interior de la región se verifica una fuerte heterogeneidad en el tamaño de las economías. De esta forma, tal como se observa en el gráfico 2, más de la mitad del PBI generado durante 2014 (55,9%) correspondió solamente a Nigeria, el cual es el país más poblado del continente africano y el séptimo a nivel mundial4, y se encuentra dentro del grupo de los de­nominados “Próximos once”, el cual está compuesto por los once países emergentes con mayores perspectivas de inversión y crecimiento.

A su vez, debe considerarse la transformación produc­tiva que se verificó en la economía nigeriana desde que en la década del ’60 se descubrió la existencia de petróleo, pa­sando de ser una economía de producción agrícola a una de carácter industrial5. No obstante, es importante destacar que la fuerte dependencia con respecto a este recurso na­tural en manos de empresas extranjeras, no ha permitido que la expansión económica se derrame sobre el bienestar de la población.

La segunda economía del bloque es Costa de Marfil, que sigue muy de lejos a Nigeria, representando el 11,9% del producto generado. A diferencia de Nigeria, la actividad principal de esta economía es la agricultura, cuyos principa­les productos de exportación son el café y el cacao, econo­mía que se ha diversificado y ha recibido gran cantidad de inversión extranjera por los lazos cercanos mantenidos con Francia desde la independencia de 1960.

Por último, Sierra Leona es la tercera economía en apor­te al PBI durante el año 2014, y aunque es uno de los paí­ses más pobres del planeta, cuenta con grandes reservas de diamantes, bauxita y rutilo, lo que permite una gran fuente de ingresos.

De esta forma, debido a la enorme participación de Nigeria en el PBI, el desempeño conjunto de la región de­pende casi exclusivamente de lo que ocurra con su desem­peño económico.

Sin embargo, las mayores economías que forman parte de ECOWAS han presentado dinámicas tasas de crecimien­to económico durante los últimos años. En el gráfico 3 se puede observar el desempeño económico desagregado por país para el año 2014: Nigeria se expandió un 7%, Costa de Marfil un 8,5% y Sierra Leona un 8%, y se estima que du­rante los próximos años se mantenga el dinamismo, a pesar de la fuerte caída de los precios de las materias primas, la cual afecta a estos productores de hidrocarburos, productos agrícolas, metales y minerales.

Demostrándose que el crecimiento económico no es el principal problema que aqueja al bloque regional, sino que la principal dificultad es el desarrollo de largo plazo. La problemática se suscita en el hecho de que, en dicho espacio común, no ha sido posible avanzar hacia un me­jor aprovechamiento de los beneficios que se derivan de la existencia de un vasto mercado interno, debido a la fuerte concentración del ingreso en muy pocas manos, y con más de un 60% de la población viviendo aún con menos de un dólar por día.
Por lo tanto, es necesario concentrar y maximizar los esfuerzos en mejorar la distribución del ingreso para poten­ciar una mayor expansión económica, en la que se pueda crecer de manera balanceada no solo en torno al aumento del consumo interno sino también a la inversión y no úni­camente sobre la base de las exportaciones.

COMERCIO EXTERIOR Y ESPACIO DE INTEGRACIÓN

Tras la creación de ECOWAS, el comercio exterior ha pasado a tener una dimensión más amplia: la del desarrollo. Debido a esto, la política comercial del bloque, desde sus inicios, ha sido diseñada para incrementar el comercio intra-regional, expandir el volumen de comercio y, en general, impulsar actividades económicas dentro de la región que generen impactos positivos en el bienestar de los habitantes, a través del desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza.
A fin de contextualizar el tamaño del bloque, según da­tos oficiales de ECOWAS6, la región tiene un comercio total que promedia los 208 mil millones de dólares, de los cuales 137 mil millones corresponden a exportaciones.

Sin embargo, ocurre lo mismo que con el nivel de acti­vidad: existe una fuerte concentración en Nigeria que lleva a cabo aproximadamente el 76% del comercio total. Conti­nuando Ghana (9,2%) y Costa de Marfil (8,6%), lo que im­plica que las tres mayores economías concentran el 93,8% del intercambio comercial. Así mismo es necesario destacar que si bien la región cuenta con un superávit comercial de 47,3 mil millones de dólares a nivel agregado, 58,4 mil millones corresponden a Nigeria y 3,4 mil millones a Costa de Marfil, por lo que el resto de los países miembros tienen déficit en su balanza comercial.

Según la misma fuente de información citada en el pá­rrafo previo, debido a la abundancia de recursos naturales, tanto en Nigeria como en Costa de Marfil, Ghana y Senegal se concentra el 87% de este comercio, el 79% de las expor­taciones regionales y el 94% de las exportaciones totales.

En el contexto de concentración y heterogeneidad des­cripto, el intercambio internacional total del bloque se ha in­crementado en promedio un 18% anual entre los años 2005 y 2014 y el mismo se encuentra concentrado en productos minerales (petróleo, hierro, bauxita, manganeso, oro) y agrí­colas (café, cacao, algodón, caucho, frutas y verduras).

Por otra parte, el 24 de febrero de 2014, diez años des­pués de la negociación de un Acuerdo de Asociación Eco­nómica (AAE) con la Unión Europea (UE), se acordó el documento final. Sin embargo, hacia el interior del bloque se han suscitados numerosas preocupaciones por el peso de Nigeria, debido a que el perfil productivo de la misma, el cual es de carácter industrial, es muy diferente al del resto de las economías con predominancia agrícola, y por lo tanto, requiere de distintas políticas económicas y comerciales.

El mencionado acuerdo, por un lado, prohíbe los aran­celes a las importaciones, los cuales en etapas de industria naciente protegen a las firmas que comienzan a operar creando un mercado interno cautivo; mientras que por otra parte priva a los Estados miembros de ECOWAS del uso de los impuestos a las exportaciones, los cuales son utilizados por los países para producir una materia prima de uso par­ticular disponible para uso local.

De esta forma, la UE le da un amplio mercado para que los países africanos destinen sus productos primarios, pero replica las condiciones de “colonialismo del siglo XXI”: materias primas baratas, a cambio de inundar los países africanos con manufacturas europeas, un paso atrás para los avances que venía realizando el bloque regional en térmi­nos de desarrollo económico hacia actividades de mayor valor agregado.

Por otra parte, con el objetivo de facilitar el comercio tanto a nivel intra como extra-bloque, en enero de este año se ha establecido un arancel externo común (AEC) por el cual los países miembros pagarán una tarifa uniforme en todas las fronteras de la sub-región. Este AEC es un notable avance en el proceso de integración, ya que desaparecen los impuestos de circulación de bienes dentro de la región y se genera una igualación de condiciones para los productos provenientes de otros países y/o regiones.

VISIÓN 2020

Desde su creación en mayo de 1975, ECOWAS ha promo­vido la cooperación económica y la integración regional como herramienta para el desarrollo económico de los paí­ses miembros. A pesar de los esfuerzos a lo largo de los años, a partir de junio de 2007, la Autoridad adoptó una serie de objetivos, los cuales se plasmaron en un documen­to titulado: “ECOWAS Vision 2020”7.
A nivel regional, se espera que se haya completado en el año 2020 el proceso de integración entre los 15 países miembros, en un marco de mayor competitividad y aper­tura tanto hacia el interior como el exterior del bloque. También se plantea el objetivo de una diversificación de la estructura productiva hacia actividades de mayor valor agregado y mejoras sustanciales en la infraestructura; mayor flexibilidad en la movilidad de los recursos tanto produc­tivos como humanos; mejora en el acceso a los sistemas de salud y educación, y mecanismos a nivel regional que operen hacia el interior de los países a fin de garantizar paz, estabilidad y seguridad.

A nivel nacional se espera que cada uno de los países se comprometa con una serie de cuestiones que permitan llevar adelante el plan más integral: deben plantear fuer­tes políticas de desarrollo con énfasis en la integración re­gional; realizar esfuerzos en materia judicial, institucional y política en pos de internalizar los efectos de la integra­ción en sus estrategias internas de desarrollo; y colaborar en la sustentabilidad colectiva del proyecto, entre otras. Se intentará reforzar la democracia en cada uno de los países, dándole un marco de sustentabilidad a partir del fortaleci­miento institucional.

Desde el punto de vista económico y monetario, se es­pera que haya un mercado único y unificado a nivel regio­nal, y que además exista una moneda común (que integre a los países que aún se encuentran fuera del WAEMU) que permita la total integración tanto a nivel financiero como comercial. El objetivo planteado hacia el 2020 se enfoca en el fortalecimiento del sector privado, el cual debe guiar el proceso de desarrollo realizando inversiones en torno a actividades competitivas.

Si bien las expectativas son bastante amplias en algu­nos casos, la existencia de voluntad de buscar consensos en torno a las temáticas planteadas, ya es un punto a favor. Hay que estar pendientes de la evolución de la región du­rante los próximos años, pero si la tendencia de los últi­mos tiempos se mantiene, es probable que algunos de los objetivos se logren. No obstante, el principal problema a resolver es el relacionado con el desarrollo y la pobreza de la región.

CONSIDERACIONES FINALES

Si bien la región tiene un gran potencial, también hacia su interior muestra serias debilidades. Una de las más impor­tantes que debe destacarse es la dualidad y multiplicidad de la arquitectura de integración, la cual se encuentra divida entre los países anglo y francoparlantes.

Esta división ha dado lugar a que en 1994 ocho paí­ses de herencia francesa (excepto Guinea-Bissau) formen la mencionada WAEMU, la cual cuenta con una moneda en común, el franco CFA, que tiene su paridad respecto al euro, respaldada por el Tesoro francés. De esta forma, la mayor estabilidad monetaria que se origina en la converti­bilidad monetaria da mayor margen de progreso hacia la integración económica entre este grupo de países que hacia el resto de ECOWAS.

Por otra parte, el acuerdo firmado con la UE en 2014, si bien brinda un mayor mercado a los bienes primarios producidos por los países miembros, también les quita grados de libertad en cuanto a la determinación de las po­líticas comerciales óptimas y necesarias para el desarrollo productivo de la región, aunque a nivel agregado se bene­ficia por el mayor volumen de intercambio que se origina a partir del acuerdo, analizando en detalle se verifica que, en términos de desarrollo, los beneficios no son tantos. Si los países de ECOWAS buscan alejarse de la dependencia de productos primarios y convertirse en un centro de produc­ción, el mercado de África sigue siendo la mejor opción, mientras que el acuerdo con la UE lo lleva a perpetuarse en la producción de bienes primarios y ceder el espacio de las manufacturas a los productos europeos.

Desde el punto de vista político es notable remarcar la transición hacia las democracias como así también los no­tables progresos en resolver (y prevenir) conflictos de largo plazo prevalecientes en la región.

No obstante, no debe perderse de vista que África Oc­cidental representa una región bastante compleja tanto a nivel político como a nivel cultural por la gran diversidad de sus religiones, sus dialectos, sus vestigios de los sistemas coloniales reforzados por la división lingüística, existien­do fuertes heterogeneidades entre los países en cuanto a la abundancia relativa de fuerza de trabajo, tierra, energía (pe­tróleo y gas) y los recursos minerales, con predominancia de Nigeria ,país que cuenta con la mitad de la población y genera más del 50% del PBI.

En última instancia debe resaltarse una de las princi­pales características con más negatividad de los países que conforman ECOWAS: los altísimos niveles de pobreza e de inequidad social en más del 60% de la población total. ◊


 

(1) Hasta el 2001 la denominación de este banco fue “Fondo para la Cooperación”.
(2) Esta moneda tenía una paridad fija con respecto al franco francés. Desde el o1/o1/1999, el franco CFA está fijado al euro, aunque la convertibilidad del mismo sigue siendo garantizada por el Tesoro francés.
(3) El comercio del bloque se analiza en forma separada en el próximo apartado. (4) Superando a Japón y a Rusia.
(5) Se destaca la industria petroquímica, de automóviles y las refinerías.
(6) La cifras fueron obtenidas de la página oficial de ECOWAS: http://www.ecowas.int/ecowas-sectors/trade/
(7) Disponible en línea en: http://www.ecowas.int/wp-content/uploads/2015/01/ECOWAS-VISION-2020.pdf

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