El Mercado Común del Sur (Mercosur) es un bloque regional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (este último se incorporó recién el 12 de agosto de 2012).

El bloque supranacional fue creado el 26 de marzo de 1991 con la firma del Tratado de Asunción. En este mismo se estableció la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países; el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común; la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Parte y la armonización de las legislaciones para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

A su vez, su existencia como persona jurídica de Derecho Internacional fue decidida en el Protocolo de Ouro Preto, firmado el 16 de diciembre de 1994, que entró en vigor el 15 de diciembre de 1995. Dicho Protocolo estableció un arancel externo común, y desde el año 1999 existe una zona libre de aranceles entre sus integrantes, aunque exceptuando a una serie de productos, entre ellos el azúcar.

El objetivo principal de la creación de este bloque consiste en incrementar la eficiencia y la competitividad de los países miembros, consolidando mercados más amplios y promoviendo el desarrollo económico de las economías a través del uso eficiente de los recursos disponibles en la región, a fin de lograr una unidad comercial que les permita insertarse y competir a nivel internacional.

En el contexto de la estrategia tendiente a la apertura comercial, se ha implementado una política de relaciones exteriores muy activa. De esta forma, en el marco de la ALADI, se ha trabajado de modo intenso en la renegociación de los acuerdos preferenciales preexistentes con los demás países miembros.

No obstante, a pesar de los objetivos en común en cuanto a materia comercial, las asimetrías entre las economías de Argentina y Brasil con respecto al resto del bloque han sido motivo de queja de los países más pequeños como Uruguay y Paraguay, quienes se ven en desventaja frente a los socios económicamente más grandes y han criticado en varias ocasiones el tutelaje que ejercen los primeros sobre el Mercosur.

En este contexto, el objetivo de presente artículo es analizar la evolución del comercio exterior en el Mercosur, considerando en primer lugar el agregado del intercambio con el resto del mundo, y luego se examinarán las cifras de comercio al interior del bloque. En tercer lugar, se analizarán las ganancias derivadas del comercio, tanto por volumen como por precios, y por último se presentarán las consideraciones finales.

EVOLUCION DEL COMERCIO EXTERIOR DEL BLOQUE

a. Mercosur hacia el resto del mundo

Durante el período de estudio que va desde la creación del Mercosur hasta el año 2012, se observa que tanto las exportaciones como las importaciones se incrementaron de manera sostenida, manteniendo en la mayoría de los años un saldo comercial positivo.

Analizando el desempeño de las importaciones a lo largo de la existencia del bloque, se observa que estas se incrementaron de 44.307 millones de dólares en el año 1991 a los 135.213 millones que alcanzaron en 2012, lo que representa un alza del 288,5%. En tanto, las exportaciones fueron de 60.688 millones de dólares en 1991, mientras que en 2012 totalizaron 437.100 millones, presentando un incremento del 223,10%. De esta forma, el avance de las importaciones desde la conformación del bloque regional fue superior a la expansión de las ventas al exterior.

En tanto, si se considera el período 2000 a 2012, se observa que el crecimiento de las exportaciones superó al de las importaciones, aunque de manera marginal. Mientras que las ventas al exterior acumularon un alza del 178,5%, las compras se expandieron a una tasa del 177,9%.

Examinando la evolución de las exportaciones y de las importaciones en los últimos tres años de estudio, se observa que en 2010 y 2011 las exportaciones crecieron a un ritmo promedio del 27%, mientras que en 2012 se registra una contracción del 2,5%. Las importaciones, en tanto, mantuvieron una tendencia similar, ya que durante los años 2010 y 2011 crecieron en un promedio del 30%, mientras que en 2012 solo lo hicieron en un 1% como consecuencia de la desaceleración económica de los principales socios económicos del bloque. Esto redujo significativamente el saldo comercial favorable del Mercosur, sin que los valores ingresen a la zona de los números negativos.

Además de lo expuesto, se observa que desde su origen el bloque buscó generar nuevos lazos económicos que le permitieran incrementar el comercio extra-bloque. Así se firmaron acuerdos comerciales con Chile (1996), la Comunidad Andina (1998), México (2002), India (2003), la Unión Aduanera África Austral y Egipto (2004), Israel (2007) y Palestina (2011), entre otros. Asimismo, recientemente se reabrieron las negociaciones con la Unión Europea (UE) para lograr un acuerdo comercial que privilegie el intercambio de productos.

Además de la posible integración de la Unión Europea, se encuentran en tratativas acuerdos comerciales con la República de Corea, el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán), el Reino de Jordania y la República de Turquía.

Por otra parte, debe destacarse que el perfil exportador se encuentra muy definido en la región: la mayoría de los productos que se venden al resto del mundo son granos y cereales, carnes, bienes de capital y calzado, mientras que el perfil importador del Mercosur se encuentra más diversificado, dado que compra agroquímicos, software, gas, petróleo (previo a la incorporación plena de Venezuela al grupo de países integrantes) y productos tecnológicos.

b. Mercosur intra-bloque

El Mercosur conforma el área económica e industrial más dinámica, competitiva y desarrollada, no solo de Latinoamérica, sino de todo el Cono Sur. Con el trascurso de los años se ha convertido en el cuarto bloque del mundo debido a su importancia y a su vez, por el volumen de sus transacciones.

Entre los años 1991 y 2012, el comercio intra-bloque ha sido dinámico y, si bien en los dos primeros años, el saldo comercial resultó negativo, para el resto del período manifestó un avance importante de las exportaciones respecto de las importaciones. Las exportaciones pasaron de ser 6179 millones de dólares en 1991 a un valor de 58.832 en 2012, lo cual pone de manifiesto un crecimiento acumulado del 307,5% en todo el período. Por otro lado, las importaciones que comenzaron siendo de 6619 saltaron a 56.677 en 2012, lo que demuestra una evolución del 299,3%. En este contexto, la brecha entre las compras y las ventas realizadas entre las economías integrantes del Mercosur arrojó un saldo comercial negativo en 1991 con un valor de -440,8 millones de dólares, el cual logró revertirse, y se situó en alrededor de 2154 para el año 2012.

Analizando la evolución de la última década, entre 2000 y 2012 las exportaciones se incrementaron un 151,5%, con 21.349 millones de dólares en 2000 y alrededor de 58.832 en 2012. Por su parte, las importaciones aumentaron un 151,9%, evolucionando de 20.707 en 2000 a una cifra que ronda los 56.677 en 2012. Por lo tanto, la balanza comercial prosiguió su rumbo alcista, ya que como resultado de las operaciones comerciales en 2000 rondaba los 641,7 frente a los 2154,7 exhibidos en 2012.

Considerando la marcha de los últimos años, se observa que el mayor incremento de las exportaciones se sitúa en 2010 tras la salida de la crisis internacional y en menor medida en 2011, cuyas cifras resultan del 29% y 21,1%, respectivamente, y a su vez, las importaciones continuaron el mismo rumbo alcista pero a un ritmo menor, y fueron del 27,8% en 2010 y del 17,7% en 2011. Evidenciando un saldo comercial favorable, en 2012 el escenario comercial “puertas adentro” se revierte tornándose negativo, con un desplome de las exportaciones del -7,2% y del -4,3% de las importaciones.

Si se examina la participación intra-bloque de las exportaciones, es decir aquellas dirigidas a algún país integrante del Mercosur, respecto al total que realiza el bloque en su conjunto hacia el mercado internacional, y de igual manera las importaciones, se observa que esta ha marchado durante el período 1991-2012 de forma similar en ambos casos, aunque tal como se observa en el siguiente gráfico, en el caso de las exportaciones queda al descubierto un comportamiento más volátil al presentado por el de las importaciones, que resultó ser más estable.

La participación de las exportaciones intra-bloque respecto del total prosiguió un rumbo creciente desde la creación del Mercosur hasta 1998, año en el cual alcanza un máximo del 23,6%, explicado por el alto nivel de comercio intra-industrial entre Argentina y Brasil, principalmente en la industria automotriz y farmacéutica.

A partir de 1999 se desmorona, primero debido a la devaluación del real tras la crisis brasilera en 1999 y luego la argentina en 2002, hasta el 2003 que se sitúa en el 11,3%, representando la mitad del valor exhibido 5 años atrás. Luego, desde 2004 la participación evidencia, pese a los vaivenes, una evolución más uniforme, cuyos valores para 2010 oscilan entre el 11,8% y el 15%. A partir de entonces, la participación se contrajo y se situó en 13,5% en 2012.

Con respecto a la marcha de la participación de las importaciones hacia el interior del bloque respecto del total, se observa un desarrollo armonioso pese a pequeñas oscilaciones sufridas. Entre 1991 y 1994 se advierte un crecimiento del 14,9% al 19,2%, y al año siguiente sufre un retroceso, repitiendo el proceso de repunte y descenso en los 2 años posteriores. Es significativo que por una década, comprendida entre 1999-2009, la participación osciló en torno al 18%, y en 2010, tras la crisis financiera que sucumbió la economía mundial, se desmoronó representando un 14,8% en 2012, que a su vez es un 0,1% menor al valor exhibido en 1991, lo que pone en muestra una participación abatida durante todo el período bajo análisis.

En este contexto, uno puede preguntarse si esta situación se debe a una reducción de las compras de los países entre ellos, a fin de preservar su saldo comercial y por consiguiente el nivel de reservas, o bien, las economías miembros del bloque han decidido llevar a cabo una política más liberal y, por lo tanto, realizan sus compras más significativas a países del extra-Mercosur.

c. Ganancias del comercio: precios, cantidades y términos del intercambio

La dinámica del comercio mundial de los últimos años ha configurado características excepcionales para los países integrantes del bloque, debido a la inserción internacional de estos países. El ingreso de China, y más tarde de India, al mercado global, ha generado una presión positiva sobre los precios de los alimentos, principales exportaciones de los países del Mercosur. Entre 1991 y 2012, los precios de las exportaciones del bloque regional se incrementaron por encima del 109%, mientras que los de las importaciones solo avanzaron un 31% durante el mismo período. Esta evolución desigual de precios de comercio exterior le ha permitido al Mercosur un fuerte incremento en sus términos del intercambio, –que miden el poder de compra de las exportaciones respecto de las importaciones– los cuales aumentaron un 71% punta a punta.

No obstante, el mayor avance en cuanto a la suba de los precios de las exportaciones a nivel regional se dio durante la última década. Entre 2000 y 2012, los precios de las ventas al exterior aumentaron un 118%, aunque el alza del precio de las importaciones se aceleró respecto de la comparación de las dos décadas de vigencia del bloque regional: los precios de las compras al resto del mundo se incrementaron por encima del 53%, lo que dio lugar a una menor expansión de los términos del intercambio, los que se expandieron más de un 57% en el período considerado.

Analizando la dinámica de los últimos años, se observa que durante los dos años posteriores a la crisis económica mundial, los precios de las exportaciones regionales se dispararon, y aumentaron un 18,6% en 2010 y un 25,1% en 2011; mientras que los de las importaciones subieron un 4,8% y 12,6%, respectivamente. De aquí que durante 2010 los términos del intercambio se incrementaron un 13,2% y un 11,2% en 2011. No obstante, en 2012 se revirtió la tendencia, los precios de las ventas externas cayeron un 1,4%, mientras que los de las compras aumentaron un 1%, lo cual dio como resultado una caída del 2,4% del poder de compra de las exportaciones.

Si, en lugar de examinar los precios, se analizan las cantidades, se observa un comportamiento más dispar. Entre 1991 y 2012, las cantidades exportadas por los países del Mercosur se incrementaron un 106,7%, mientras que las importadas se expandieron más del doble: entre los años considerados, las compras al exterior crecieron un 246%.

Considerando la evolución de la última década, desde el año 2000 las cantidades vendidas aumentaron un 52,7%, mientras que las compradas crecieron un 109,6%. Mientras que si se analizan los tres últimos años para los que se cuenta con información, se observa que las cantidades vendidas al resto del mundo se incrementaron menos que las compradas. En 2010, las cantidades vendidas crecieron un 6,6%, en 2011 un 2,5% y en 2012 cayeron un 1,2%, mientras que las cantidades compradas se expandieron un 29,7% en 2010, un 10,8% en 2011 y se contrajeron un 0,2% en 2012.

CONSIDERACIONES FINALES

La conformación de un mercado común para los países del Cono Sur se sustentaba en la extrema necesidad de unirse como pueblos vecinos para estrechar lazos comerciales y acuerdos entre sí, con la finalidad de poder insertarse en la esfera internacional y competir con sus productos a la par de las grandes potencias mundiales, sobrepasando ese límite que los circunscribía a una demanda local, o bien, en algunos casos, a nivel regional, pero con una visión más reducida de progreso.

Analizando las cifras más de dos décadas después, se observa que este objetivo ha sido llevado a cabo a medias. Desde el punto de vista de comercio agregado, es indiscutible la creciente internacionalización de las economías del bloque regional en conjunto. No obstante, esta expansión comercial ha sido también incentivada por la creciente globalización de la economía mundial, por lo tanto, es complicado cuantificar qué parte del aumento de los intercambios internacionales se debe a la acción de las economías conjuntas como bloque y cuánto a la globalización per se.

Sin embargo, debe destacarse el desempeño conjunto en cuanto a superávit comercial sostenido con el resto del mundo, con exportaciones creciendo fuertemente, tanto en términos de precios como de cantidades, e importaciones al alza pero con un desempeño más moderado, lo que permitió a la región, sobre todo en la última década, acrecentar los saldos positivos de su cuenta corriente.

Si bien el desempeño hacia el resto del mundo fue favorable durante el último decenio, mirando “hacia adentro” del Mercosur, las cifras indican lo contrario. Se ha dado una fuerte caída en la participación de las exportaciones intra-bloque, especialmente desde 1998, año que alcanzó el máximo debido al alto nivel de comercio intra-industrial existente en ese período entre Argentina y Brasil. El desplome de las dos economías más grandes del bloque trajo aparejada una notable contracción de los intercambios hacia el interior del bloque, y las cifras de la década anterior aún no se han recuperado.

En cuanto al perfil productivo de la región, una de las ventajas que poseen los países miembros es la diversidad de recursos naturales con los que cuentan, junto con el clima propicio, que permiten el desarrollo de las actividades en las cuales cada uno se especializa, como es el caso de Argentina con sus exportaciones de productos agrícolas o de Venezuela con el petróleo. Sin embargo, esta ventaja comparativa puede jugarle en contra en el largo plazo al Mercosur, debido a la alta dependencia de la región a las materias primas. Con los precios de los commodities en niveles récords, se desincentiva la diversificación del perfil productivo de estos países, los cuales no han hecho mucho esfuerzo por avanzar en la producción de productos manufacturados de origen agropecuario o industrial de mayor valor agregado. De esta forma, siguen coexistiendo sectores de alta productividad ligados a las exportaciones de productos primarios, con sectores manufactureros de productividad media, sin miras a poder insertarse de manera competitiva en los mercados internacionales. Es hora de hacer un giro de la industria regional. ◊

Co-autores:

Mariano Carpineti: Licenciado en Economía (UBA), Magíster en Finanzas Corporativas (UCEMA). Consultor, investigador, docente USAL, UCES. área de expertise: finanzas corporativas, macroeconomía, microeconomía, política económica. Mariana Scialabba: Licenciada en Economía (UBA), área de expertise: economía industrial, macroeconomía, contabilidad del crecimiento.

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Lic. en Economía (UBA), Posgrado en Economías Latinoamericanas (CEPAL, NU). Mg. en Economía Aplicada UCA. Economista CATALAXIA Consultores. Asesora de empresas, organismos públicos nacionales e internacionales. Docente de Microeconomía, Macroeconomía, Economía Internacional y Cuentas Nacionales en UBA, UCES, UP, USAL, UB. Columnista de Infobae, El Economista, Cronista Comercial, Reconciliando Mundos, Desarrollo Industrial.