Con una vasta experiencia en el área militar, y luego de un intento de golpe de Estado decidió involucrarse en la política, aunque esta vez por vías democráticas. Luego de fundar el Movimiento por la Quinta República (MVR), gracias al descontento social con la clase política y las medidas económicas de los ’90, Chávez incrementó rápidamente su popularidad, sobre todo con el sector de izquierda del electorado, utilizando una consigna de base: “Refundar la República”.

Luego del triunfo en las elecciones de 1998 pasó a ser el 47° presidente, llevando a cabo lo que él denomina “Socialismo del Siglo XXI”, incluso con frases como “Patria, socialismo o muerte”. Entre sus políticas de Estado, Chávez ha sabido reducir en un 15% la pobreza y en un 10% la pobreza extrema, según cifras del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela. Ha llevado a cabo una política sostenida de priorización de la educación, donde se destina casi la mitad de la inversión social. En materia de salud ha logrado reducir la mortalidad infantil. Desde la industria del petróleo, supo incrementar el poder de negociación de la OPEP, aumentando exponencialmente el ingreso producido por el precio del barril.

Utilizando los “petrodólares” ha generado una herramienta de negociación con países como EEUU (a pesar de las constantes críticas hacia ese país) y ha ganado el cariño de muchos países con difícil acceso al crédito internacional alrededor del mundo, como la Argentina, beneficiados por su bondad, aunque la tasa de interés no sea la más recomendable para aquellos países.

La confirmación del liderazgo mundial de Venezuela en reservas petroleras, tras certificar un volumen de 297.000 millones de barriles, lo ubican en una situación de comodidad y en posición de salvar millonarios déficits en las arcas del Estado, si no fuera por los incrementos en el valor del barril de petróleo. Algunas de las críticas que se le pueden realizar a los casi tres períodos de Chávez son el hiperpresidencialismo que ejerce, minimizando el valor institucional del Poder Legislativo y el Poder Judicial, en el que amplió el número de magistrados de 20 a 32.

La estatización de empresas, expropiación de tierras y la no renovación de licencias a medios de comunicación son puntos como mínimo cuestionables en un país democrático. Los ejemplos son la considerable reducción en la producción ganadera en la zona del Charlote, un déficit que debe ser cubierto por la importación de cabezas de ganado, cuando en la década del ’90 Venezuela cubría el consumo interno de carne. La limitación a los medios de comunicación opositores al gobierno y la estatización de empresas son casos que deben ser analizados con profundidad debido al nivel de complejidad de sus apreciaciones por la opinión pública.

En la agenda de Chávez se encuentran las elecciones presidenciales de 2012, en las que por el momento algunas consultoras lo muestran con una imagen positiva de más del 50%, aunque el porcentaje se reduce a la hora de contestar por un posible cuarto período. Su situación se verá estrechamente relacionada con el precio del barril de petróleo, evitando que Venezuela entre a una crisis financiera. ◊